Coberturas

Música viva

El Estrellero, Viva Elástico y Yataians compartieron fecha en Buenos Aires. 

Foto de Natalia Vidal – Gentileza Solo Para Entendidos

Lo bueno de ir a escuchar y ver bandas actuales (es decir, que tienen más futuro que pasado) es que las fechas que protagonizan suelen incluir ciertas características propias de la energía iniciática. No es una cuestión de edad ni algo exclusivo del under sino de esa parábola ascendente que es la mezcla de entusiasmo, creatividad y falta de aburrimiento o de costumbre. Como las relaciones, igual. La magia intacta de la primera etapa. El desafío es atravesarla y establecer un piso sólido que permita una existencia prolongada y digna. Ahí ya no acceden tantos.

Es viernes 6 de abril y tocan El Estrellero, Viva Elástico y Yataians en La Confitería, una vieja casona del barrio porteño de Colegiales que por el piso de madera, las escaleras gigantes, los espejos y cierta mística de antaño seguramente habrá albergado más de un cumpleaños de quince, algunos casorios y varias reuniones sociales de hombres en mangas de camisa y mujeres en traje sastre símil Evita. Pero esta noche el piso no está lustrado y el cementerio de latas abolladas de Warsteiner indican que, como decía Pappo, algo ha cambiado. El escenario precario al fondo, con pocas luces, recibirá a las bandas. La barra en el extremo opuesto contiene a la asistencia, que hoy no es tanta, por suerte, porque hace calor.

A las doce y media de la noche, cuando ya pasaron quince minutos de la hora anunciada para el comienzo de la fecha, Ale Schuster, cantante, compositor y guitarrista de Viva Elástico está en el baño y dice que quiere tocar ya. El show de la banda está programado para después de la una, en el segundo lugar de la grilla. Schuster intenta convencer a la organización para modificar los turnos. No hay caso. Viva Elástico que espere, como -otra vez- dijo Pappo una noche en Cosquín Rock cuando lo querían correr del escenario porque ya llegaba Molotov.

Así que sube El Estrellero, el quinteto de La Plata que integran Juan Irio (bajo y voz), Lautaro Barceló (guitarra y voz), Gregorio Jauregui (batería), Alejo Klimavicius (guitarra y voz) y Juan Baro Latrubesse (teclado). La banda publicó Drama, su primer disco, en 2016. El segundo, Los Magos, apareció el año pasado. Los dos son excelentes, no hay mucha vuelta que darle. Indie, claro. Melodías, claro. Guitarras. ¡Tres voces! Es muy difícil pasarla mal con un concierto de este grupo. El show dura una hora, el tiempo ideal para quedar con ganas de más y disfrutar canciones como “El deseo de fascinar”, “Rima”, “Desventajas”. ¡Cómo puede ser que El Estrellero no suene en todas las radios! ¡¡Qué les pasa a los musicalizadores!!

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A la una y media Ale Schuster ve su sueño hecho realidad. Y vaya si tenía ganas de tocar. El líder del grupo está encendido y se pone al hombro el show, lo lleva adelante y triunfa. Conquista al público (que claramente vino a ver a Viva Elástico en mayor porcentaje) a pesar de que el resto de la banda no está en la misma sintonía. Especialmente el guitarrista Mateo Zabala, que luce un poco incómodo arriba del escenario: en los dos últimos temas se saca la viola y se pone a caminar hasta que directamente se va antes de que termine el concierto.

Lo de Viva Elástico es el punto máximo de la noche. Yataians sufre esa descarga energética y la tiene que remar muy de abajo. Para colmo, el excelente reggae, dub y rocksteady que desarrollan en los dos discos editados hasta el momento (el tercero es inminente) no son los géneros más apropiados para cerrar la fecha después de las guitarras intensas de las dos bandas anteriores. Sin embargo suenan muy bien, como siempre. Quizás, lo único malo haya sido que no hicieron “Revelation”, que es un temazo.

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