La banda que más creció durante 2011, generando amores y odios, llego al NOA por primera vez. RS te cuenta y te muestra su paso por Salta.
Cíclicamente el rock en Argentina pone en lugares de sobre exposición a bandas o solistas con trayectorias de años. Algunos se lo merecen y otros no. Lamentablemente esto (casi siempre) viene con un deterioro de la obra posterior al salto a la masividad. Le paso a Babasónicos, le está pasando a Massacre, y como máximo ejemplo tenemos a Alfredo Casero que ya ni siquiera hace música.
En 2011 le llegó el turno a Tan Biónica, banda que a mitad de los 2000 logró con su primer EP un par de hits under, y llamó la atención de los amantes de distintos géneros rockeros con su disco debut, mezclando electro rock, pop rabioso, algo de hip hop con ska y mucho pulso punk.
En su segundo material se licuaron en el pop cancionero, con el Coldplay más inofensivo y Diego Torres como referentes sonoros, aunque mantuvieron algo de la oscuridad y desesperanza en las letras. Vale aclarar que durante mucho tiempo una radio de “puro rock nacional” le dijo a miles de personas que el actor de La Furia es rock, mentira que se creyeron varios.
Justamente ese segundo disco acaba de ganar un Premio Gardel como mejor álbum pop del año, revalidando lo obvio, ya que durante 2011, radios y canales de televisión fueron presas de las letras y las melodías pop de los hermanos Moreno Charpentier.
Antes que nada, vale aclarar que lo más triste del recital, la certeza de que ya no existen más los Teddy Krueguer, esa prometedora banda que tuvo Salta. Hubiera sido “menester” que toquen antes o incluso después.
En la noche del jueves 15 de diciembre, el público esperó un buen tiempo en la larga fila afuera de La Estación Mega Disco y adentro mató la expectativa escuchando mucho rock yanqui, brit pop inglés y algo de The Beatles, la música que sonó en la previa.
La gran mayoría de las setecientas personas que se acercaron al show eran chicas sub 18 y este era su primer recital o el primero con algo de rock, por lo menos eso delataban las polleras, shorts y sandalias. Se sabe que en un recital donde va a haber agite no es recomendable tener las piernas descubiertas, muchas lo aprendieron a la fuerza esa noche.
Y hablando de hits, el primero de ellos fue “Beautiful”, que encendió un baile de celulares y cámaras digitales. En esta era hiperfacebook, hace rato que «capturar» le ganó la batalla a “vivir” el momento.
La gira que los trajo fue el Obsesionario Tour 2011, cosa que se tomaron muy en serio porque durante la hora y media de show sonaron once de los doce temas del mencionado álbum, producido por dos Bersuit Vergarabat.
Chano se mostró como un frontman muy comunicativo durante todo el recital, ya sea gesticulando las letras o posando durante los momentos en los cuales no cantaba. Los trajes de época, elegidos como uniforme en la primera parte acrecientan su fuerza visual en ciertos momentos, por ejemplo cuando el vocalista repasa “Clocks” de Coldplay en un sintetizador.
“Loca”, el ultimo single de la banda logra algo Sabinero, ya que cientos de mujeres cantan que una mina “no entiende nada de vivir y no sabe nada del amor”. “Obsesionario En La mayor” es casi inaudible, y causó otro baile de cámaras y celulares en la oscuridad del local. Una versión en acústica de “Mis Madrugaditas” cerró la primera parte, este buen tema de Canciones del Huracán (2007) hizo que una treintena seguidores de la primera época levanten los brazos y todo el resto descansé.
En la segunda parte el boliche se convirtió en una electro party rockera y la parte más baja del local en una ardiente pista de baile, porque se vivió lo mejor que Tan Biónica tiene en su escueto arsenal.
Sonaron temas como “Veneno” (la canción más vieja de la noche), “La Comunidad” pegadita de “El Duelo” (ambas son piezas sobresalientes del último disco). Y el combo final fueron “Ella” y “Chica Biónica”, que desataron un excelente pogo (hasta hubo mosh). Si, las mismas niñas que gritaban ¡Chano te amo!, saltaron de lo lindo, situación que, después de la gran aceptación de temas como “Eso Vive” de Catupecu Machu o “Como Ali” de Los Piojos, no resulta para nada extraño.
La banda se fue y volvió con “Lunita de Tucumán” otra letra Sabinera, antecedida de una versión casi acapela de “El Amor Después del Amor”. Y para cerrar la noche llegaría un tema que el público coreó casi entero en el último descanso: “Arruinarse”. Una canción bien al estilo de The Cure, que volvió a levantar las voces y el pogo en esos corazones jóvenes pero abatidos por enamoramientos que pagaron mal. Saben decir los mayores que los primeros amores son los peores y los que endurecen los corazones.
Prometiendo volver cada ocho meses, los biónicos se despidieron abrazados y fueron muy aplaudidos por los presentes. Al finalizar varios partieron con dirección hacia los autos de sus padres, unos pocos suertudos consiguieron remis o taxi y la gran mayoría se hizo sopa por la fuerte lluvia que cayó durante casi toda la noche.
El poder de convocatoria de la banda que más sonó en 2011 pasó la prueba de fuego en la difícil escena salteña, a pesar del altísimo costo de las entradas. Recordemos que casi por el mismo precio se pudo ver un gran festival en el Estadio Delmi.
En esta noche se manifestó que la interesante propuesta primigenia de la banda está edulcorada en un pop radiable, pero si este grupo le quita la alta rotación que tienen cosas repulsivas como Arjona y demás, bienvenidos sean. Pero sería triste que los que se acercaron al rock con la música de los hermanos Moreno Charpentier no indaguen más allá.