La banda, que viene de girar por Bolivia hace unas semanas, se presentó en Beel Zebul, con la intención de grabar un DVD. RS estuvo presente y te lo cuenta.
Texto y Fotos: Pablo Choke Torramorell – pchoke@rocksalta.com
Nada es casualidad
Un enorme trapo negro con el nombre “KRATOS” pintado en líneas blancas adornaba la pared externa de Beel Zebul y llamaba la atención desde lejos nomás. “Es histórico… ése trapo estuvo colgado en muchos lugares, hasta en el Estadio Ferro, pasó por muchas cosas” me dice Alfredo “Sury” Mecle – batero y mentor de Kratos – parado desde la puerta del local mientras recibía personalmente a uno por uno de los que iban llegando al lugar. O mejor dicho, una por una: el 85% de los asistentes a la fecha eran mujeres que aprovecharon la ocasión para lucir sus mejores pilchas y sus mejores rostros. “¿Acá tocan las bandas?, ¿acá es?, ¿por dónde se entra?”, preguntaban con frecuencia las señoritas en la puerta del local mientras eran acomodadas en sus sillas, casi listas para pedir sus respectivas bebidas y empezar a escuchar algo de música.
El show arrancó con media hora de retraso que, a lo que estamos acostumbrados, no es nada grave. La cantidad de gente era considerablemente buena, lo que le alzaba los pulgares a la banda y el sonido fue bueno, no hubo desperfectos, lo que le alzó los pulgares a las bandas. El pogo fue bajísimo y hasta casi elite, lo que nos bajó los ánimos a más de uno: Kratos suena fuerte, poderoso, pero no hubo permisos socialmente aceptados por los del público para ponerse a saltar en frente a todas las mesas y sillas bien acomodadas hasta el final de la velada. Diego Toledo, frontman de Makiavelo, una de las bandas de la noche, fue el primero en pedir un poco de agite pero no tuvo una buena respuesta, igual la gente se prendía y charlaba de lo más lindo en sus mesas contorneadas por botellitas de energizantes.
Subbe En Caset fue la encargada de abrir la noche bajo un muy buen recibimiento de los presente. Subbe está conformado por la mitad de Kratos más un frontman, Exequiel, un tanto carismático y otro tanto fan de su mismo estilo. A los tres temas del arranque de la noche me dí cuenta todo se trataba de una velada repleta de covers de hit’s romanticones que hasta llegaban a arañazos del mismísimo Jon Bon Jovi. ¿Querían rock? Tomá. Y nos dieron muchos covers – “llenos de lindos momentos” – que pegaron en el huesito de la alegría de más de una de las presentes que apoyaron incondicionalmente a lo que fue la primera presentación de Subbe en Caset.
Así subieron a escena – con mini coreografías choreadas de Operación Triunfo entre un hombre y una mujer – un pequeño desfile de muchachas que prestaron sus suaves voces para hacer sus propias versiones de las baladas para el alma del tierno y el corazón del nostálgico ochentero: Angie Cornejo fue la primera, le siguió “Maqui” Cañada y Pia Tobio Torres en otra versión más de Desconfío de la Vida de Norberto Napolitano. También, con una de las chicas sobre escena, hicieron otro de los covers que todos conocemos, “What’s Up” de 4 Non Blondes…canciones que casi mecánicamente nos transportaron a todos a una grilla de domingo por la tarde de VH1.
Después fue el turno de Makiavelo que vino a romper la estrucutra formada por la gente de Subbe con una guitarra un poco más pesadita y con canciones no tan retro. “Sueles Dejarme Solo” de Soda Stereo fue el arranque del trío que presentó un par de temas propios y tocó muchos covers: Green Day – “Ahora todos a pararse, ¿eh?” – para cerrar con Y Lo Que Quiero Es Que Pises Sin El Suelo, de Catupecu Machu. Sonaron bien y el juego de luces que tuvieron les ayudó bastante a tapar lo que quizás las voces conjugadas del guitarrista y el baterista dejaban como un pequeño agujero. Con canciones propias pero nada grabado aún la gente de Makiavelo subió y bajó del escenario con una actitud firme y con poco diálogo con el público en un principio. Y el momento cover/reunión de amigos siguió galopando con una de U2, With Or Without You volviendo, de vuelta, a sonar como hace un rato.
Ya sobre el escenario Kratos arrancó con los temas propios Mi Roca y Canción de Amor. Los covers llegaron con Wicked Games del grupo HIM y, parados desde este vereda, se pudo escuchar una buena versión de Show Me How To… de Audioslave, The Wall de Floyd y Sex Thing Type de Stone Temple. Es de rescatar la gran voz de Nelson Etchenique que se la escucha mejor en Libertad, el cuarto tema de su disco titulado Kratos. Con el recorrido de la noche por las tres bandas se pudo apreciar un gran cambio de climas entre descanso y descanso, a la mitad del show de Makiavelo la gente se empezó a retirar porque en su mayoría habían ido a apoyar a los de Subbe, para Kratos aparecieron amigos viejos de la banda y todo se volvió quizás un poco más íntimo, con dedicatorias hacia distintas personas de por medio. “Tirame un trago de agua urgente” me dice Sury desde la batería antes de Agua Viva, el último tema y caballito de batalla de la banda, ajeno a todo chiste de ocasión. El Aleta Castillo desde la viola enrulada y Matías en el bajo de vez en cuando se juntaban para tocar como susurrándose el uno al otro mientras Nelson enfocaba hacia un punto ajeno a todo y seguía cantando con la tradicional remera del viejo Punisher… como los que todavía quedábamos parados allí.
