Luego de atravesar un camino lleno de historias, realidad social y mucho calor, ROCK SALTA llegó a Santa María de Punilla, el lugar elegido por La Renga para reunir a miles de jóvenes (y otros no tanto), un día antes del show.
El Aeródromo rodeado de cerros y la monstruosa infraestructura montada eran solo uno de los tantos contrastes que pudimos apreciar en el lugar.
Pudimos ir viendo como se acercaba a la zona gente de todo el país y de países vecinos (Chile en especial), con la expectativa de averiguar que era lo que realmente estaba por suceder.
Si bien se sabían las bandas que participarían del Festival, poco se informó de los horarios, el orden era incierto y todo esto llevó a que la gente, lejos de molestarse, se entusiasme más, ya que si hay una banda que siempre saca algo de la galera para sus seguidores, esa es La Renga.
La noche del Viernes nos llevó a Villa Carlos Paz y una zapada para el recuerdo de los presentes, en un pequeño bar donde cruzaron sus caminos varios grossos de Argentina y de México.
El Sábado bien temprano, ya se podía ver que sería un día especial.
Entre el calor y la gran cantidad de gente que se acercaba, Santa María se preparaba a vivir una jornada única.
Entre asados, bandas en vivo, algo de beber, amistad y mucho, pero mucho calor, fue pasando la tarde.
Uno podía encontrase con Vitico o Luciano Napolitano en un Camping, charlar con Alex Lora por la calle o relojera que hacían Los Gardelitos por la zona.
Hasta que a las 17 hs. se abrieron “las puertas” del predio.
La gente fue ingresando con tranquilidad, pero a buen ritmo y no dejaba de sorprenderse con los 3 escenarios unidos entre si por rampas, dando lugar a que todas las bandas puedan ser oídas y vistas casi por igual ante toda la gente.
A las 19:30 hs, cuando abrió el Festival Lovorne, ya había una gran cantidad de rockeros dentro del lugar. Sonó prolijo y contundente mientras el sol intentaba ir desapareciendo.
Durante los últimos 2 temas, ya estaba listo Edelmiro Molinari en otro escenario, para arrancar apenas dijo adiós la banda del hijo de Pappo.
El ex Almendra y Color Humano continuó con el homenaje y reivindicación que está llevando a cabo La Renga para con los Fundadores de nuestro rock (ya habían invitado a Ricardo Soulé).
La gente más grande y muchos chicos que escuchan el rock de los ’70 disfrutaron de Edelmiro, gran ídolo de los integrantes de La Renga.
Muchos también disfrutaron de la presencia de Jorge Araujo (ex baterista de Divididos), acompañándolo en el Cajón Peruano.
La gente seguía ingresando al predio de manera ininterrumpida, cuando subió al escenario Mad.
La banda que ya cuenta con 12 años de trayectoria y una influencia muy marcada de AC/DC, dio un show potente que dejó contento a todo el público que les hizo el aguante.
Iba cayendo la noche, cuando salieron a escena los españoles de Koma, que estaban de gira por nuestro país y venían de compartir escenario con Almafuerte y en unos días hará lo mismo con Horcas.
Los oriundos de Navarra combinaron un rock pesado, con algunos toques y matices que habían acordar a A.N.I.M.A.L. Anárquicas letras definieron el estilo de esta banda que conoció a La Renga a través de la banda vasca Marea.
Empezaba lo más fuerte del Festival, ya casi de noche, con la salida al escenario de Los Violadores.
La legendaria banda, ya con 27 años encima, ofreció un correcto show, donde mucha gente esperó hasta ultimo momento para escuchar el clásico “…1, 2 ultraviolento…”.
Ya eran las 22 hs., cuando Los Gardelitos tocaron el primer acorde. Se pudo notar mucha presencia de seguidores del trío liderado por Eli Suárez, que se encargaron de ponerle un poco de fiesta a una multitud que, por momentos, hacia recordar al show rengo en el Autodromo.
Tocaron íntegramente su último disco “Oxigeno”, ningún hit, lo que les valió el malestar de algunos “seguidores”, que sólo querían escuchar los temas de moda.
Gran acierto por parte de la banda a mi entender.
Llegó el final con palabras de agradecimiento a los presentes y, sobre todo, a La Renga con la frase: “se dice q mejor q decir es hacer, y aprendí que mejor que hacer es SER, y eso es la renga, la renga ES”.
La última banda antes del plato principal fue El Tri.
Los mexicanos pudieron levantar al público con temas de su autoría como Triste Canción de Amor y Las Piedras Rodantes, interpretadas y difundidas en nuestro país por La Renga y 2 Minutos, respectivamente.
También tocaron Hey Hey My My, de Neil Young, versionado de muy buena manera.
Fue un show que no les convenció a todos, quizás haya faltado un poco más de ritmo, pero mostró que Alex Lora sigue más vigente que nunca, y que El Tri y La Renga fueron, son y serán bandas hermanas para siempre.
A la medianoche llegó el turno del Trío de Mataderos, que festejando sus 20 Años, veía como lo que soñaron iba saliendo a la perfección. Y eso que todavía faltaba demasiado.
La lista fue más o menos la que venían haciendo, más En Los Brazos del Sol, y El Hombre de la Estrella.
Se pudo ver a Chizzo, Tete y Tanque muy enérgicos, disfrutando el momento y el lugar, y a Manu y Leopoldo acompañando en los vientos de manera impecable.
Llegando al final, Chizzo anunció que habría un After Hour, con el show de Vitico y su banda, y una zapada final, invitando a quedarse a los que quieran.
Como siempre, Hablando de la Libertad cerró un show que quedará en la memoria de todos.
Las casi 40.000 personas que asistieron al Festival se fueron retirando en paz, mientras sonaba Creedence de fondo, aunque unas 3.000 se animaron a quedarse u rato más.
Pasada media hora, Viticus subió al escenario y arrancó con Necesitamos más Acción, de Riff, lo que hacía preveer lo que se vendría.
Lugo de 40 minutos de show invitó a subir al escenario a Chizzo a cantar lo que sería la anunciada zapada final que fue un gran Homenaje a Norberto Pappo Napolitano.
Sin guitarra, con vaso en mano, Chizzo fue el que manejó la batuta hasta las 5 y media de la mañana (no llegó el amanecer por el temporal que se avecinaba).
De buen humor, verborrágico, carismático, en otra faceta se lo vio al líder de La Renga.
De la zapada participaron, entre otros, Lalo Chico, Oscar Zárate y Charly Valerio (El Tri), Luciano Napolitano (Lovorne), Vitico (ex Riff), Locura Dilelio (ex La Renga), músicos de MAD y hasta el productor José Palazzo en el bajo, entre otros.
Fue un momento muy especial para todos los que estuvimos ahí, ya que con un homenaje tan sentido, cercano, de corazón y verdadero (no como varias bandas que solo quieren figurar), pudimos sentir que Pappo nos escuchó.
El temporal se acercaba, pero ya estaba todo dicho…
La Renga pasó por Punilla, dejó su Huella Invisible, esa que seguro perdurará, dejando atrás mil razones en el tiempo.
* Para ROCK SALTA, Santiago Castellanos.