Billy Bond planea el regreso de La Pesada del Rock & Roll y lo cuenta todo en esta entrevista exclusiva. Además, nos cuenta mucho más. RS te muestra todo.
Saliendo al Sol
Billy Bond quiere volver. Hace años que viene amagando y ahora lo está haciendo con más fuerza. Envía señales desde la web, incita a sus amigos de Facebook a que difundan el proyecto y puedan lograr que muchas personas se adhieran al pedido. Siendo quien es (uno de los próceres del rock argentino) y habiendo tocado con tanta gente que ahora es parte intachable de la cultura de nuestro país, como Spinetta o García ¿tan difícil puede ser la vuelta?
“Para nosotros, tocar es fácil. Lo difícil es organizar la movida”, dice por mail el propio Billy, desde una computadora ubicada en San Pablo, Brasil, donde se radicó hace más de treinta años. “La movida” no es la del verano, sino que se trataría de un recital gratuito, en la avenida 9 de julio de Capital Federal, donde se reunirían Bond, los músicos históricos de La Pesada del Rock & Roll y los músicos que hayan sido influenciados por ese colectivo rockero que atravesó los escenarios a principios de los setenta.
Si dejamos de lado las plegarias de los ricoteros y los fanáticos de Hermética, podemos decir que el regreso de Billy Bond y La Pesada del Rock & Roll es el único que le falta al rock vernáculo. Durante los primeros años de la década del setenta, el Bondo lideró a un grupo de músicos que llevó la idea hippie de comunidad a los discos; grabando, produciendo y apoyando a casi la totalidad de los artistas que fundaron nuestro rock. Javier Martínez, Alejandro Medina, Claudio Gabis (o sea: Manal), Luis Alberto Spinetta, Pappo, Charly García, Jorge Pinchevsky, David Lebón, Black Amaya, entre otros, dieron forma a la banda y Bond se encargó de cantar casi todas las canciones, además de producir y dar forma a cada una de las placas editadas en esos años.
El repertorio de La Pesada, que arrancó en 1971, es una colección de clásicos imborrables, comenzando por “Salgan al sol”, la canción de Javier Martínez que Divididos versionó en 1998. Desde el primer disco hasta Billy Bond & The Jets, de 1978, que el músico grabó ya en Brasil; la producción discográfica del Bondo junto a los músicos que participaron de La Pesada es imbatible.
Ahora, Bond cree que es tiempo de cosechar y por eso planea el regreso que no se pudo concretar en el pasado. “Antes, (la vuelta) era un deseo de gente que quería ganar mosca. Ahora es más fácil. Tocar gratis es transparente y saludable”, afirma y se muestra confiado en que esta vez la posibilidad de una vuelta es muy grande: “Si yo no creyese, no me anotaría en una movida como la que estamos intentando con la 9 de julio. La nafta para todo esto está en creer”.
Bond sabe que si la vuelta se logra, muchos músicos que hoy gozan de una gran popularidad pero que no formaron parte de La Pesada por cuestiones de edad aceptarían encantados la invitación de participar. “Los dinos (sic) serán convocados, pero los nuevos músicos, la esperanza, también. Se trata de renovar las células”, indica Bond, que no quiere dejar afuera a nadie. Es lógico: con la vuelta de la vieja guardia no alcanza para justificar una 9 de julio, por lo que la renovación de células se busca también para tratar de conseguir la mayor repercusión posible.
Consultado por RS, Ricardo Mollo aseguró: “(El posible regreso) Me parece bárbaro. La Pesada me gustaba mucho. Uno de los primeros discos que me compré fue el de Billy con la cara pintada”. El líder de Divididos hacía referencia al álbum debut de La Pesada, comprado una tarde de verano en La Rioja, mientras estaba de vacaciones con sus padres. Mollo, Chizzo y Andrés Calamaro, serían los nombres destacados de las “nuevas” generaciones. También está en la mente de Bond convocar a Luciano Napolitano, el hijo del Carpo; y a veteranos que a comienzos de los setenta daban sus primeros pasos y alcanzaron a codearse con el movimiento, como Skay Beilinson. Según Billy, hasta que no se confirme la vuelta, ningún músico será convocado.
Sin revanchas
En 1972 se produjo uno de los mayores escándalos del rock argento, cuando durante un concierto de La Pesada, Bond invitó al público que estaba ubicado en las últimas filas del Luna Park a pasarse a los asientos vacíos más cercanos al escenario. La seguridad del lugar impidió el avance, forcejeando y golpeando a los que querían hacerle caso al cantante. Fue entonces cuando Bond pronunció su frase más famosa (“La violencia trae más violencia: ¡Rompan todo!”) y la noticia del recital terminó en la sección Policiales y no en Espectáculos. Desde esa noche, Juan Carlos “Tito” Lectoure, el ya fallecido hombre fuerte del Luna, tachó para siempre a La Pesada de sus listas.
Consultado acerca de la posibilidad de tocar en el Luna Park, como una especie de revancha, Bond declaró: “Sin revanchas. Ya estuve en el Luna Park, sentado al lado de Tito Lectoure. Se la pasó hablando conmigo como una hora sin reconocerme, haciendo negocios sobre un show que yo llevé al Luna. No le guardo rencor a nadie ni a nada. Tito se murió y yo estoy vivo. Se murió sin saber que uno de los tipos que más odió en su vida había estado con él repetidas veces”.