Reseña del segundo disco de Gardenia.
CAMBIOS CONTINUOS
Un mundo audiovisual en DVD
Gardenia – UMMO (2011)
Gardenia, desde que recuerdo, ha sido una banda en constante movimiento. Desde sus precoces inicios hasta la fecha, solo Iván Luis continúa en la travesía como miembro formal y estable. El resto llegó, o dejó su huella, aportando cada uno desde su única visión. El plano histórico-musical del ahora quinteto también ha sufrido los avatares del tiempo, de la intranquila influencia, y del cada vez más complejo proceso creativo. El folklore, que manoseaba algunas estructuras, ya no tiene la presencia de años anteriores. Gardenia siempre ha sido un grupo inquieto, desde la innata concepción de sus presentaciones en vivo hasta la forma en que dispara al mundo sus composiciones.
En UMMO, su nuevo agrupe de canciones editadas, el cambio se dio esta vez en el formato. Se abandonó momentáneamente el habitual y se pasó al DVD, quizás con una impaciencia propia de mostrar visualmente todo lo que la banda ha sabido integrar en su nueva naturaleza. Con la ayuda ejecutiva de artesanos como Quique Silva, Diego Mamaní Di Giuseppe, y Bernardo Rodríguez Berri entre otros, el cortometraje presentado registra una completa sesión de grabación llevada a cabo en el ya reconocido Estudio EKO. Una sesión casi en vivo que nos muestra al grupo rodeado de una gran amiga: la imagen, propia y cuidada, que nos da cuenta del estado actual del porte artístico de la banda.
En lo estrictamente musical, luego de haber producido arduamente por meses su disco debut (Invocación a los pájaros, de 2009), aquí se respira menos detallismo en el corte final de las canciones. Con menos arreglos o extraños sonidos post-mezcla, UMMO es en parte una oda al fuego que nace cada vez que Gardenia decide pasear sin permiso por momentos únicos de sus shows. Allí donde nadie reclama que se regrese a tierra firme, en el medio de jams y sutiles instrumentaciones. Por otro lado, UMMO también es la apreciación de la composición en su estado más puro, donde se percibe la crudeza misma de la ejecución de los músicos, siempre con una volatilidad latente.
La obra esta compuesta por dos temas, Ummo y Un Punto Azul, el primero conteniendo tres partes propias en sí mismas. Gardenia aquí se pasea por el blues, a su excéntrica manera, con un cantante mostrando su faceta crooner, como despertando almas en un café-bar gastado, mientras el guitarrista Pablo Moreno pide pista y sus cuerdas se apoderan de todo. Se avanza y se transita el power rock, cada vez más pesado en la interpretación conjunta con efectivos riffs que desatan furia, llenándonos de vorágine visual. Las líneas graves de Sergio Caram, una sincopada base de Adrián Chocobar y los suaves sintetizadores de Adrián Moroni nos retrotraen de vuelta y nos elevan a un refinado blues de la era digital, esta vez con el invitado acompañamiento del clarinetista Federico Torres. Finalmente, el corte de difusión (Un Punto Azul) se percibe como un resabio del disco anterior, donde el math rock digitado por números imperfectos, lleno de mareo y desequilibrio, van tejiendo melodías en toda su combinación sonora.
Gardenia vive el cambio. UMMO, un nuevo mundo audiovisual ideado como una aparente necesidad de mostrar el presente, nos da lo último que muy pronto será pasado.