Coberturas

Viejas postales

Apoyándose en su gran talento y en una emotiva lista de temas, Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale recorrieron parte del NOA con su nuevo espectáculo. Cobertura del show en Salta.

La visita anual a esta altura es fija, y es que Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale tienen una especial relación con la región NOA, y siempre congregan una buena concurrencia. Extrañamente, sus visitas en solitario no han corrido con tanta buena suerte.

En Salta se los pudo ver de forma gratuita y con una multitudinaria convocatoria en los últimos dos años: frente al Cabildo en 2010 y en el amplio festival Fiesta de la Patria Grande en 2011. El 2012 encuentra al prestigioso dúo recorriendo el país con la presentación de Clásicos y acústicos, su reciente CD + DVD grabado en vivo en el renovado Teatro Colón. Con estos shows pasaron en el último fin de semana por Santiago, Jujuy y finalizando en Salta la mini gira norte.

El recital en nuestra ciudad se desarrolló el domingo 9 en el Teatro del Huerto, arrancó pasadas las 21:15 con Juan Carlos Baglietto ubicado al centro del escenario, y rodeado por varios instrumentos de percusión que usaría a la largo de la velada; y secundado a su mano derecha por Lito Vitale quien tenía a su disposición un piano de cola (más algunas máquinas que usaría para meterle efectos a las teclas y a su voz, más adelante). “Renaceré, preludio para el año 3001”, “Como dos extraños”, “Garúa” y “Nada” (fuera de lista) formaron parte de esta primera sección dedicada a la música ciudadana, que contó con una buena explicación del por qué interpretan tangos de parte de Baglietto. Él fue uno de los primeros rockeros argentos en acercarse al tango, como luego harían Omar Mollo, Daniel Melingo y Javier Calamaro, por ejemplo.

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Con el ingreso de Irene Cadario (violín), Paula Pomeraniek (cello), Emiliano Álvarez (clarinete) y Luciano Vitale (flauta traversa) llegó la conmovedora versión de “El otro cambio, los que se fueron”, de Litto Nebbia, que sirvió para que el gran intérprete le dedique unas palabras a las recientes pérdidas físicas de Luis Alberto Spinetta y Juan Alberto Badía, sumado al falso interés de parte de sectores periodísticos en sus obras y legados. Se notaba un profundo enojo y mucha frustración en sus palabras.

“Dormite patria” (de Adrián Abonizio) y “DLG” (de Fito Páez) contaron con la banda completa, ya que se sumaron el hijo del cantante, Julián Baglietto (percusión y coros); Mariano Delgado (guitarra) y Guido Martínez (contrabajo y coros). Esto trajo un aumento considerable en los decibles y la definitiva transformación del show en electroacústico. El teatro salteño lucía casi lleno en la parte de plateas y lo poblaban en su gran mayoría espectadores de entre 30 y 50 años de edad.

La lista de temas comenzó a nutrirse de dos discos fundamentales para entender la propuesta del dúo: Postales de este lado del mundo (1991) y Postales del alma (1999). Nos golpean entonces letras y melodías de Jaime Dávalos, Eduardo Falú, Gustavo «Cuchi» Leguizamón, Manuel Castilla y Atahualpa Yupanqui. Los salteños respondieron a los gestos del rosarino y llenaron el teatro con sus voces, cantando letras que difícilmente suenen hoy en día en las más de cien radios que tiene la capital salteña, pero que todos se las saben.

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Como dato curioso, es increíble el parecido que han adquirido con los años el cantante rosarino y el precursor del stage divine Peter Gabriel, como así también el del ilustre pianista con Gabriel Rolón, el psicoanalista y escritor ex compañero de Alejandro Dolina en su longevo programa radial.

La parte final del show se lució con temas de Adrián Abonizio gran autor rosarino responsable de “El témpano”. Justamente con esta emocionante y elevadísima canción parecía llegar el final del show, pero debido a la insistencia del público y la amabilidad de los músicos, hubo dos canciones más: “Las cosas tienen movimiento” y “Tratando de crecer”, ambas compuestas por la joya que legó Baglietto a la música en español: Fito Páez.

En las dos horas de show fueron contundentes las grandes ductilidades y excelencia en su instrumento de parte de Vitale, responsable de las teclas más rockeras en canciones de Patricio Rey o de la parte más tranquila de Almafuerte. El porteño también sorprendió modificando su voz con auto tune en una oportunidad. Baglietto, quien aparte de ser la voz de la muerte, seguramente sea el mejor y más sentido interprete argentino de varios años hasta acá; siempre logra conmover metiéndose en la piel de las canciones, actuándolas, como hacían justamente los grandes tangueros; y de yapa regala buenos momentos de percusión y especialmente profundos solos con la eléctrica que recuerdan que cuando quiere puede rockerar con muchísimo sentimiento en la seis cuerdas.

Galería de Imágenes por Gastón Iñiguez: