Con El baile interior, los integrantes de Bersuit Vergarabat confirman su unidad artística y afianzan la química grupal de un combo popular que vive una nueva etapa.
Foto: Martín Azcárate
Una nueva noche fría. El sábado mostró una tarde soleada que hizo que muchos se confiaran y caigan ante el gélido clima que azotó la localidad de Rosario de Lerma, a unos treinta kilómetros de la capital salteña. El show de Bersuit Vergarabat terminó y los miles de jóvenes que viajaron desde Salta no querían ver lo que seguía en el festival Rosario le canta a la Patria. Había sido suficiente. El calor y la música que habían bajado del escenario habían provocado pogos jóvenes y ridiculeces adultas de los más entrados en años, que olvidaron que el alcohol y sentirse pendejo nunca son buenas combinaciones. Eso genera la música popular de Bersuit, que mezcla clásicos y nuevos temas que se bailan por igual.
Horas antes, en un hotel céntrico, Juan Subirá, Carlos Martín, Pepe Céspedes y Dani Suárez se relajaron y hablaron de todo: El baile interior, su flamante disco; el sonido bersuitero, las causas sociales y, claro, la distancia que los separa de Gustavo Cordera.
– Hace unos meses editaron El baile interior, un disco cancionero, fiestero, ecléctico. Básicamente, bersuitero.
– Juan Subirá: Sí, este disco es la confirmación y reafirmación de un concepto y una química grupal desde que la banda de algún modo se refunda cuando se va Gustavo. Es el segundo disco con las voces de Dani y Cóndor (Sbarbati), pero también con temas cantados por Pepe, Tito (Verenzuela) y por mí. Estamos muy contentos con el resultado final.
– Arranca con “Huayno 14”, que tira un mensaje muy para adelante.
– Carlos Martín: Frente a tanta “inseguridad” hay que cantarle un poco a la libertad.
– Dani Suárez: Sí, eso que te venden «cuidado, quedate en tu casa».
– Carlos: Creo que es el antídoto contra la inseguridad, o contra los que te quieren atemorizar.
– Dani: Rehenes mediáticos, como diría Víctor Hugo.
– Carlos: Es un antídoto ante eso, las cosas pueden estar mal pero hay que salir, no te podés quedar en tu casa.
– Le hicieron un tema a Spinetta y otro a Chavela Vargas. ¿Qué relación tenían con el Flaco?
– Juan: Luis fue un maestro, un guía para todos.
– Dani: Mucha admiración. Estuvimos hace poco en Tecnópolis haciendo un homenaje con Lito Vitale.
– Juan: Había muchos artistas y se hizo Artaud casi completo y como 28 temas más. Lito es la segunda vez que lo hace, hizo un repertorio totalmente distinto a la primera vez en Villa Gesell.
– Dani: Aznar había hecho un homenaje a sí mismo (risas).
– Juan: Fue muy lindo participar de ese evento, un honor.
– ¿Habían compartido escenario con el Flaco en alguna oportunidad?
– Juan: En el concierto a beneficio de los chicos de la escuela Ecos, por ese trágico suceso en la ruta.
– Carlos: Cuando Tito trajo el tema, era tan descollante, tan movilizador, nos hipnotizó esa canción.
– ¿Y con Chavela?
– Juan: No la conocíamos, hubiera sido muy lindo conocerla como cantante, como artista, pero también como personaje. Yo creo que para lo que representa socialmente la mujer ella fue revolucionaria. Rompió con un montón de estereotipos. Era desafiante, como dice el tema. Se fue de la casa a los quince años, se peleó con la familia, se empezó a vestir de hombre, a fumar habanos cuando se le cantaba, qué sé yo. Cosas que la distinguieron de la media. Y también fue una artista formidable, le imprimió al canto, a las historias de sus canciones una profundidad y un sentimiento maravilloso.
– ¿Cómo fue laburar con Cachorro López?
– Carlos: En este disco todos aportamos composiciones y cuando llega la hora de grabar el disco teníamos como cuarenta canciones. Entonces tuvo que entrar y entre todos consensuamos qué temas iban. Su laburo fue que el disco esté equilibrado, que tenga diferentes momentos.
– Llegaron a la TV con “Cuatro vientos” como cortina de Señores Papis.
– Juan: Fue la primera vez que nos pasó de esta forma. Ya habíamos hecho participaciones en otras cosas, como Malandra o PNP.
– Carlos: En el caso de Malandra se había hecho la música para la tira. En este caso no, la canción la trajo Dani y ya estaba adentro del disco. Por una cosa u otra coincidió en tiempo, forma y lugar para que calzara como anillo al dedo a la tira. De hecho, anticipó el lanzamiento del disco.
– Dani: Lo que pasa en la tele es incontrolable. Viste lo que es. Hoy fui al Patio de la Empanada, había una coplera y un chabón tocando la guitarra y me dice «ehh, te quiero, y lo voy a gritar a los cuatro vientos» (risas).
– El arte de tapa es obra de ustedes.
– Juan: Si, de Carlos.
– Carlos: Sí, yo pinto, las pinturas del interior ya tienen un tiempo. La de la tapa se me había disparado con un posible título, que era «Corazonada». A mí me gustaba mucho, de hecho le puse al cuadro ese nombre. Se lo mostré a los chicos, les gustó y quedó.
Las influencias
– En esta nueva etapa han forjado una gran amistad con Los Tekis y vinieron varias veces al NOA (ver Rock Salta 14). ¿El tema “Tilcara en carnaval” refleja esa amistad?
– Juan: El carnaval es impresionante en todo el Norte. En Tilcara es explosivo, un pueblito de diez mil personas que de repente hay setenta u ochenta mil, como hubo este verano y el anterior, es una locura.
– Carlos: Nosotros somos unos forasteros colados (risas).
– Juan: Pero colados bien, no invasores. Uno pasa por las calles y es impresionante prenderse en la fiesta del lugar.
– Carlos: Es maravilloso. Nos encanta difundir el carnaval tanto como la obra del Flaco o la de Chavela Vargas. Como herramienta de difusión también está bueno, cualquier argentino que quiera disfrutar de una fiesta tradicional, se va a encontrar con algo maravilloso.
– Pepe Céspedes: Que sepan hay algo más que el carnaval de Gualeguaychú.
– Carlos: Claro, este no tiene publicidad ni marketing, es otra historia.
– Juan: Por suerte no le hace falta.
– ¿Qué relación tienen con el folclore tradicional?
– Dani: ¿El de bombacha de gaucho?
– Juan: El más folclorero es el Cóndor.
– Dani: Yo me crié escuchando folclore y tango. Mucho después entró el rock.
– Pepe: En mi casa se escuchaba música de Paraguay, mi familia es de allá. A gran volumen en el patio de la casa.
– Juan: Ustedes y los vecinos (risas).
– Pepe: Sí, y el barrio entero. Con varios equipos sonando a la vez. Se mezclaba Creedence con Luis Alberto del Paraná o el Trío Los Panchos.
– Carlos: Yo creo que el folclore y el tango aparecen porque es ineludible en nuestra música, está presente siempre, algunas veces más visible que otras.
– Aunque siempre todo teñido de rock.
– Juan: Es como nuestro idioma.
– ¿Y con el nuevo folclore? Raly Barrionuevo, Bruno Arias, Orozco Barrientos.
– Juan: Hay una gran movida. Aca Seca está muy bueno.
– Carlos: No somos tradicionalistas nosotros.
– Juan: Es que seguimos siendo una banda de rock. Solamente que estamos atravesados por todo eso que nos gusta, lo que hemos vivido por experiencia, viajes o por el gusto de escuchar música. En Bersuit encontrás temas con diferentes estilos: chamamé, chacarera, huayno, tango, milonga, candombe o murga.
– Pepe: A nosotros siempre nos salió naturalmente, y cuando se incorporan Cóndor y Dani le agregaron esa impronta por el timbre de voz. Y Santaolalla en su momento se copaba con eso y veíamos que en sus producciones, como Café Tacvba, también tenía el folclore mexicano metido en la música. A nosotros nos gustó mucho eso.
– ¿Es la esencia de la banda?
– Dani: Y si, pasó a ser un poco nuestra personalidad.
– Carlos: Santaolalla fue el que hizo que nos animáramos a hacerlo porque nosotros teníamos esa veta hacía tiempo, pero era como que queríamos ser del rock, ¿no? Y él decía «bueno, sí, pero esto también es rock, lo hace más interesante». Y la verdad es que el rock tampoco nos sale tan bien, no somos tradicionalistas ni para hacer rock (risas).
– Dani: No tendríamos la paciencia para hacer nada tradicionalista. Es la personalidad de la banda pero también una necesidad de que se renueven los aires.
– Juan: Los que conformamos este grupo, con diferentes personalidades y aportes al sonido y la química grupal, somos tipos muy diferentes. Algunos quizás mucho más rockeros, como Oski o Tito, otros aportamos otras cosas. ¡Es lo que hay! (risas)
– ¿Y en el vivo cómo se sienten con eso? ¿Encontraron un equilibrio de estilos? ¿Con los temas nuevos cuesta armar una lista?
– Juan: Y, cuesta.
– Está claro que mucha gente se quedó atada a los clásicos de la banda.
– Dani: Es que los clásicos siguen estando y empiezan a entrar canciones nuevas. De hecho, de La Revuelta entraron y quedaron “Dios te salve”, “No te olvides”, “Cambiar el alma”. Llegaron para quedarse. Variando temas hace que lleguemos a todos los que nos van a ver, no encerrarse en el público de rock sino que ante un público popular o familiar todos la pasan bien.
– Pepe: En el Salta Boombox fue impresionante ver las familias. La pasamos bárbaro.
– En Salta han dado shows inolvidables (2004, 2008, Boombox), siempre han tenido gran respuesta del público.
– Pepe: ¿Cuál fue el de 2008, el que nos declararon personas no gratas?
– Juan: No, ese fue en 2004.
Salta, las prohibiciones, el compromiso
– Fue un caso ícono del rock en Salta. La prohibición de Romero.
– Dani: Era la época de “Árbol caer», de la Reserva Pizarro. Pusimos una bandera y nos bajaron los policías del escenario. Teníamos una bandera que no acusaba a nadie, decía «La protección del Parque Pizarro», o algo así. Nos vinieron a bajar por la bandera, la policía con armas.
– Los shows en Salta son muy recordados por distintos motivos. ¿Les pasa que hay provincias donde la pasan mejor que en otras?
– Juan: Y, eso pasa a veces. Por ejemplo, al principio íbamos mucho a Rosario, la banda era adorada. No me preguntes por qué, surgió de una manera inesperada.
– Carlos: Era una locura.
– Pepe: Yo creo que todo lo que es el interior, y el interior del interior lo redescubrimos estos últimos años y nos dejamos llevar por lo que pasa, es muy lindo. Como hablábamos al principio con lo de la paranoia, Dani siempre tira chistes cuando llegamos con el micro.
– Dani: ¡Qué inseguridad que hay por acá! Mirá, las bicicletas, la gente en la calle, las puertas abiertas, la gente tomando mate con las sillas en el frente de la casa. Y yo jodo porque ves eso y no lo podés creer.
– Pepe: Tuvimos como una nueva relación con todo el país, de punta a punta, pero adentro, viendo el baile interior. Un poco viene de ahí el nombre del disco.
– Hace unas semanas lanzaron el video de «De tripas corazón», filmado en la ex ESMA. La letra tiene un fuerte mensaje. ¿La banda está comprometida socialmente desde la música?
– Carlos: Sí, es seguir difundiendo este tipo de causas. Juan escribió la letra, Pepe le puso la música y la canción cobró una potencia y una profundidad que va más allá incluso de lo que dice. A mi forma de ver, quedó una canción bellísima. El mensaje creo que es algo que tenemos que seguir reafirmando día a día porque es una conquista que no tiene que ir nunca más para atrás. Los derechos humanos, la restitución de la verdadera identidad de los nietos encontrados y tantos logros en esa materia que se dieron en esta última década. Es necesario seguir insistiendo en esto para que sea una causa nacional, para siempre. Y ese es nuestro humilde aporte, a través de una canción.
– Juan: Es que es así, la memoria y este camino es permanente. Estuvo muy lindo poder hacer el video en lugares que fueron centros clandestinos de detención. Simbólicamente siniestros pero a la vez recuperados para la vida, para expresiones artísticas. En la ex ESMA tenés a las Madres, a H.I.J.O.S., a las Abuelas, ahora están haciendo un lugar para los pueblos originarios, la presencia de veteranos de Malvinas. Es un lugar impresionante, gigante. Un lugar para todos los que antes no tenían lugar.
– Pepe: Un lugar de horror convertido en pura vida, como dice la canción.
– También participaron en el Festival contra la Trata en Tucumán. ¿Siempre se han sentido cerca de los reclamos sociales?
– Pepe: Permanentemente nos ofrecen tocar aunque no siempre se puede. Lo de Marita Verón en Tucumán estuvo buenísimo, con bandas locales también. Muchas veces se ve porque se anuncia el festival, pero otras veces son anónimas, vamos a tocar y listo.
– Juan: El tema de la trata de personas es algo muy serio, muy profundo. La verdad que supera el conocimiento de la mayoría de las personas. Cuando estuvimos ahí con Susana Trimarco nos hizo un recorrido por todo el lugar donde está la Fundación, que también era un centro clandestino de detención, y nos mostró un poco todo el laburo que están haciendo, realmente nos partió la cabeza.
– Carlos: Con más de seis mil chicas rescatadas de la trata, ¿no? No es una cifra menor.
De todos lados
– Parecería que Bersuit ya no es una banda argentina sino latinoamericana. Han tocado mucho en todo el continente.
– Pepe: Al único lugar donde no fuimos es a Perú.
– Carlos: Fuimos una sola vez.
– Pepe: Es cierto, fuimos una sola vez y tocamos para seis personas.
– Juan: En el Hard Rock Café (risas).
– Carlos: No nos conocía nadie, era imposible, fue por el 98, 99.
– Suenan en muchos países donde la gente hace propias sus canciones, como les pasó a Soda o a los Cadillacs en su momento.
– Juan: Y, nosotros viajamos mucho y tocamos mucho en todos los países de Latinoamérica, Centroamérica y Estados Unidos.
– Carlos: Te vas enamorando de las cosas de cada país. Su comida, su cultura, su música, y todo eso va quedando.
– ¿Los argentinos somos medio bichos raros?
– Dani: Sí, aunque no me cierra la palabra «medio» (risas).
– Carlos: Y, sí. Pasa que tenemos la estampita de Maradona.
– Juan: Y ahora el Papa. Dios y el Papa. Y no nos olvidemos de Messi. ¡Como lo critican!
– Carlos: Hay que dejarlo, no hay que criticarlo. Es un artista y a los artistas se los ama, se los aplaude, se los celebra.
– Dani: O nada.
– Pepe: Ese es un tuit de Calamaro, muy bueno.
– Volvieron hace tres años y en 2012 editaron La revuelta. El título encajaba a la perfección.
– Juan: El título fue importante para nosotros porque cerró el concepto de un momento y de un sentimiento. Era la vuelta pero a la vez había una especie de revolución interna. Nos encantó el título, nos cerró mucho la idea y terminó siendo la canción que cerró el disco también.
– ¿Cómo fueron los dos años de parate? ¿Fue difícil volver a armar todo?
– Carlos: Estábamos todos con otros proyectos. Juan ya había grabado su disco solista, los chicos estaban con De Bueyes, yo estaba haciendo mis cosas. Cada cual estaba como disperso, enfocado en hacer otras propuestas.
– Pepe: Tito hacía años que había empezado un disco.
– Carlos: Que lo terminó ahora.
– Juan: Lo sacó ayer (risas).
– Carlos: Se hicieron otras cosas pero cada vez que nos juntábamos en algún evento, en algún recital de Juan o de los Bueyes tocábamos alguna canción. Nos juntábamos y pasaba algo fuerte, intenso, era como que la llamita estaba. Chiquita pero estaba prendida, se podía generar un gran fuego de vuelta. Y bueno, eso fue lo que sucedió con La revuelta.
– Dani: También fue un desafío ponernos la camiseta de la vuelta, y encarar todo con lo que sabíamos que se venía. De historia, de cosas densas, de todo lo hecho.
Revuelta sin Cordera
– Sabían que no iba a ser fácil dejar atrás la etapa anterior. La figura de Cordera era muy fuerte.
– Juan: Obvio.
– Carlos: Primero nos teníamos que convencer nosotros de que podíamos hacerlo. Creo que en esos eventos, esos pequeños shows se veía eso, que podíamos hacerlo, podíamos sacar adelante esas canciones con este nuevo formato, con este sonido. Me acuerdo que los primeros ensayos nos poníamos a tocar y al toque ya empezaba a sonar bien, nos daba confianza. La gente lo recibió bien, más allá que Gustavo se bajó y era la cara visible de la banda. La gente empezó a entender que había una banda que respaldaba todo ese sonido y que hoy en día sin la presencia de él suena igual de bien. O mejor.
– ¿Por qué se dio ese alejamiento? ¿Fue por cuestiones musicales, de rumbo como banda o decisiones personales?
– Juan: Yo la verdad es que no sé el motivo concreto, puntual. Si es uno o por ahí son muchos motivos. Gustavo nunca nos dio una explicación. Lo que sí te puedo decir es lo que imagino o puedo especular: que él tenía ganas de hacer otro proyecto, que de hecho lo hizo y está buenísimo. O que se cansó de nosotros, del grupo, o del personaje de él mismo, que era pesado. Era muy pesada la mochila que se había ido creando. No sé, razones puede haber un montón, también quizás razones comerciales, decir «tengo un buen negocio personal para hacer».
– Carlos: Para mi le pegó el cincuentón (risas).
– Dani: Yo voy más con la última que dijo Juan.
– Pepe: ¿Cuál fue la última?
– Todos: ¡Negocio!
– Juan: Y puede ser, pero también hay un proyecto artístico. Y en ese aspecto yo no reclamaría nada a una persona. Si Carlitos viene mañana y dice «che mirá, voy a hacer una banda nueva, quiero tocar mi música», me puede gustar o no, pero lo voy a entender. Pero con Gustavo fue todo medio raro, nunca se supo, no hubo un diálogo que vos decís «bueno, me voy loco, porque me pasa esto».
– Ese es el reclamo, puntualmente.
– Dani: Claro, hubo una manipulación de por medio que no debería haber estado. Por peso de historia, de amistad y de años de compañerismo. Digamos, todos somos libres y qué más queremos nosotros, que nos conocemos hace años, que el otro sea feliz y esté bien. Y por ahí la felicidad del otro es estar solo. Pero la manipulación de la historia fue el tema.
– ¿El cambio fue de él y no de la banda, ustedes siguen como siempre?
– Carlos: Él se fue, abandonó el proyecto y punto. No dio explicaciones y la puerta la dejó abierta, se fue.
– Juan: Supongo que en su cabeza siempre estuvo la idea de volver en algún momento, cuando realmente se le cantara las pelotas.
– Carlos: Está esperando el momento en el que le canten las pelotas (risas).
– Juan: La verdad es que nosotros en ese aspecto en un momento pateamos el tablero, en el sentido de que dijimos «loco, volvamos».
– Carlos: “Si no querés venir no vengas, pero nosotros vamos a seguir igual”.
– Juan: Y bueno, ahí empezó otra historia.
– ¿Les pesó pasar de la ultra masividad previa al parate a la incertidumbre de arrancar nuevamente?
– Juan: Ya tenemos 26 años de carrera, inclusive nos conocemos de antes, y cuando la historia es tan larga pasás por tantos momentos como River, hacer diez Luna Park seguidos, cosas muy fuertes. Pero también hicimos lugares chicos, para seis personas en Perú (risas). Pasaron muchas cosas.
– Carlos: La vida del músico, del artista en general, es sinuosa. No es siempre encumbrado y quedarte ahí para siempre. Sube y baja.
– Pepe: Hay que reafirmarlo cada vez.
– Carlos: Es así, la famosa frase «no es difícil llegar sino quedarse». Llegar se llega, pero también bajás, nadie llega y se queda. Los que llegan y se quedan se mueren en el éxito total. Todos en su momento tienen que tener altibajos, porque es así.
– ¿Esta reinvención los tiene conformes? ¿Están como imaginaban al juntarse nuevamente?
– Carlos: Estamos re contentos acá, trabajando (risas).
– Dani: La palabra no sé si es conformes, nos mantiene unidos y felices haciendo lo que queremos hacer, pasándola bien. Como decía Pepe, conociendo en estos años el interior del interior, volviendo a encontrarte con la gente, lanzando nuevos discos. Redescubriendo parte de la historia de la banda, cómo suenan hoy las canciones de los primeros discos y qué vienen a decirnos de nosotros. Algunas canciones se burlan de nosotros.
– Juan: El año pasado, cuando festejamos los 25 años, hicimos un repaso de toda nuestra historia. En esos tres Vorterix tocamos ochenta canciones, ensayamos cien. Fue un trabajo casi antropológico, de estar hurgando en nuestra música, en las palabras, en ese personaje que escribió esas canciones, que éramos nosotros mismos pero hace veinte años. Fue muy fuerte y lindo poder hacerlo, rescatamos muchas cosas.
– Con el público bersuitero de las primeras épocas, ¿qué onda?
– Carlos: Ya son abuelos (risas).
– Juan: No, tenés al Facha de Boedo, Susanita.
– Pepe: De la primera época hay muertos, presos, abuelos, recuperados. Pero muchos muertos (risas).
– Dani: Claro, pero los de la segunda época, esos del 95, los veo dejándoles el lugar a los pibes que estaban haciendo pogo ahora y ellos al costado haciendo el aguante tranquilos. Y eran los barderos que siempre estaban ahí.
– Pero siguen yendo. No es que esta nueva etapa no les gustó o no se la bancan.
– Juan: No, siguen yendo. Aunque el público se renueva todo el tiempo.
– Dani: Crecen, les pasan cosas.
– Juan: Pensá que nosotros tenemos entre cuarenta y cincuenta años, y los pibes esos también.
– Carlos: A esa edad no todos siguen yendo a ver recitales.
– Juan: Aunque muchos vienen con sus hijos.
– Carlos: Van padres, hijos y hasta nietos.
– Pepe: Siempre está el nostálgico reventón o el nostálgico que transporta su vida a través de nuestra música, el de «porque yo cuando iba éramos cuatro”. Pero bueno, hay de todo.
* Nota publicada en la Revista Rock Salta N°20 (junio/julio 2013).