Hablamos con la banda antes de sus shows en Salta, Santiago del Estero, Tucumán y Jujuy. Expectativas, anécdotas y futuro de un dúo que cada vez recorre más rutas.
Esta semana, el NOA volverá a tener a Camionero en sus escenarios. El dúo de Joan Manuel Pardo (guitarra y voz) y Santiago Luis (batería) estará en Salta, Santiago del Estero, Tucumán y Jujuy, en medio de una recorrida por las rutas argentinas que ha tomado impulso y amenaza con no detenerse. El crecimiento del grupo ha sido sostenido en los últimos años. Para muestra alcanza el recital que la banda dio este sábado 14 de junio en Buenos Aires. Un show para 600 personas con entradas agotadas.
«La ruta estuvo desde el principio en el imaginario de la banda. Incluso antes de salir a tocar. Ya desde la palabra ‘camionero’ hay una evidente reminiscencia de la ruta. Pero también me acuerdo, que es un chiste que todo el tiempo sucede, el ‘cañonerou’ de Los Simpson, y toda la cuestión que hay en torno al rock y a la ruta, que es medio un cliché. Pero bueno, siempre tuvimos esa idea en la cabeza. De ir por la ruta, la huida, encontrarte con el camino y nada más», dice Pardo en diálogo con Rock Salta.
«En el cliché está la idea de la huida. De salir a la ruta y la ruta infinita. La diferencia es que ahora llegamos. No solamente viajar, sino también llegar a un destino. Hay una diferencia. Nos toca llegar y partir. Más que camión, parece un barco», sigue.
Con esta gira, Camionero visitará por segunda vez Salta, Tucumán y Santiago y llegará por primera vez a Jujuy. A la hora de recordar esas primeras experiencias, el cantante del grupo cuenta que cada debut en una ciudad sirve para conocer el terreno y el ambiente. «Llegás de la mano de alguien que te hace la gamba para ir, y una vez que tocaste ahí ya conocés a un par de personas más», dice. «Vas teniendo más el termómetro de lo que pasa en la ciudad», agrega.
«La banda, desde la última vez que fuimos, creció bastante. Entonces ya nos llegan comentarios de gente que vive en esas ciudades y dicen ‘A ver cuándo vienen’. Ya vas sabiendo que tenés un piso de recepción. Que no tengo ni idea cuál es, pero bueno, tenés un piso de gente que te va a recibir. Los productores locales, que ya los conocemos entonces ya confiamos en ellos, también acompañan. Vas confiado a la segunda. Sabés dónde estás cayendo, entonces tenés la ansiedad de decir uh, a ver cómo va a salir, pero no la ansiedad de decir no sé adónde me estoy metiendo», explica.

– ¿Hay alguna otra zona del país donde ya hayan ido dos veces?
– Sí, Bahía Blanca, por ejemplo. Fuimos tres veces. Después San Luis, Rosario, San Juan, Mendoza. Fuimos a un montón de lugares.
– ¿En todos lados se da esto de la primera vez para ver qué onda y la segunda con una expectativa?
– Sí. Fuimos a Puerto Madryn, por ejemplo, y ahí era ir a conocer el lugar y decir bueno, ¿dónde se toca acá? ¿Cuáles son las costumbres de las personas que viven por acá? Y así fuimos a un montón de lugares. Hemos tocado en Bella Vista y Goya, en Corrientes; en Eduardo Castex, en La Pampa; en Paraná, en Entre Ríos. Tocamos en un montón de lugares. Algunos que ni siquiera sabía que existían. También fuimos a Mar de Ajó fuera de temporada, en invierno. Nos recagamos de frío y estuvo buenísimo. Siempre está bueno. Siempre está bueno llegar a un lugar y conocer. En Mar del Plata nos pasó lo mismo. Llegar y tener que armarte vos también todo.
– Debe estar bueno reconocer cómo es el público de cada lugar, qué características tiene, empezar a aprender qué les gusta más. ¿Hay diferencias entre sí?
– Hay diferencias. No sé si el público es muy diferente. Las escenas son diferentes. Por ejemplo, San Juan es muy rockero. Entonces se curte más el antro clásico, rockería, y el público por ahí tiene más hábitos de vieja escuela de rock. En cambio Mendoza, que tuvo una gran ola de indie rock y tiene una cercanía más a lo internacional, tiene otra onda. Un poco más sofisticada, menos barrial. Lo que no significa que sea ni mejor ni peor. San Luis, aunque suene raro, tiene como dos extremos diferentes. Una parte que es súper moderna y al día con la última tendencia, y otra que es rockería clásica a morir. Y así vas descubriendo que cada lugar tiene su escena. Sí es muy lindo descubrir que detrás de cada escena hay gente que la sostiene. Eso también lo notamos cuando vamos a las ciudades. Más que nada, nosotros siempre nos apuntalamos en bandas locales y pequeños productores locales. Cuando digo pequeños productores locales es gente que labura gratis porque está esperando que en su ciudad pasen cosas y que vayan bandas que están en Buenos Aires tocando, o en otra ciudad, y si no fuera por ellos nadie las llamaría. Porque no es que nosotros vamos a Bahía Blanca y le damos laburo a 150 personas. Esos productores locales, que son grupos de amigos, bandas que se juntaron, el dueño de un boliche que se la está jugando, son los que sostienen las escenas locales. Y eso es algo muy loco, porque cuando los conocés te sentís súper identificado. Y te das cuenta de que más allá del mercado, esta gente está produciendo lo que va a venir. Eso es muy impactante.
-Ustedes parecieran ser más afines al antro, aunque sean lugares de sonido feo, a veces.
–Es que el antro entre sus características es que está detonado (risas). Si llegás y está todo muy prolijo, sentís que le debés algo a alguien y no entendés por qué.
– En esos lugares está ese espíritu de querer hacer las cosas porque les gusta y no tanto por especular con cortar tickets. Es más genuino.
– Sí, es mucho más rentable hacer lo que ya sabés que funciona. Es mucho más rentable, primero, no traer bandas. Es más rentable traer un DJ o pasar música, o lo que sea. Si traés bandas, las grandes productoras van sobre seguro. Van a tocar las mismas que llenan en todos lados. Y acá la gente se rompe el lomo para que vos vayas, para generar una novedad. Para multiplicar, también, porque me pasaba a mí cuando empecé con Santi a meterme en esto de la música y el under: vos incorporás algo nuevo y eso es un aprendizaje y es algo de lo cual todo el ambiente y todo el entorno se nutre. Sentís que está pasando algo. Y cuando vamos al interior, muchas veces lo que pensamos con Santi es que el compromiso que tenemos es muy grande con tratar de hacer todo lo que podamos para que el show sea el más profesional posible. Para llevar merchandising. Para tratar de redoblar el esfuerzo en lo que hacemos.
– ¿Cómo llevan el merchandising? ¿Viajan ustedes dos?
– Antes viajábamos siempre nosotros dos. Ahora, dentro de lo posible, estamos pidiendo una comitiva oficial (risas). Que viaje el fotógrafo, que es Diego Homez. La idea es que viaje siempre con nosotros para tener un registro de los viajes. Y porque también es una mano más a la hora de cargar, a la hora de tener equipaje en el avión, a la hora de vender merchandising. Si podemos llevamos a uno más que pueda atender el kiosco. Más que nada porque cuando estás tocando o estás armando, no podés atenderlo. Tenés que pedirle a alguien de la producción local que se encargue de eso. Mientras más seamos, mejor. A veces los números dan muy justito para que viajemos con lo puesto y nada más. Pero nos encargamos de todo. No puteamos. Hay que hacerlo.
– ¿Cuántos vienen al norte?
– Viajamos tres: nosotros dos y Diego.
El grupo lanzó su primer EP a principios de 2018, pero Pardo y Luis eran socios desde 2014, cuando llevaban adelante el sello Cordillera Discos, especializado en rock de garage, blues y otros géneros que tuvieran que ver con el sonido al que Camionero todavía responde. A ese primer lanzamiento le siguieron E.P. II (2018), Confianza en ti solo (2019), Club Camionero (2021) y Todo lo sólido se desvanece en el aire (2023). Con el tiempo, el dúo se consolidó como una de las propuestas más frecuentes y conocidas del under porteño. Sólo en 2024 tocaron más de cincuenta veces en vivo. Su ciclo Tracción a sangre, donde invitan a otros artistas, suele llenar distintos lugares. Allí también está El Acoplado, un fenómeno que forma parte del «Camión», como le dicen los fans a la banda, pero que también lo excede: un colectivo de artistas que produce todo tipo de merch de Camionero. Remeras, grabados, remeras, accesorios, fotos y diseño.
– ¿Cómo es una jornada habitual de gira?
– No hay una rutina firme pero se arma siempre lo mismo así que es como una inercia. Por lo general dormís mal. Llegás a la mañana, en este caso a las cinco de la mañana tenemos que salir para Santiago del Estero. Para Aeroparque y de ahí a Santiago. Llegás a las nueve de la mañana, esperás a que alguien te reciba en un lugar donde puedas dejar las cosas, descansás un poco, te vas al venue a probar sonido. Tenés dos horas o tres para descansar, bañarte, comer algo. Volvés al lugar. Termina y decís bueno, ya está, eso es todo. No conocí un sorete de la ciudad donde estoy. Así que te quedás. Por lo general nos vamos de joda, pero la joda es ahí en el lugar donde estamos. Volvemos al hotel, dormimos cuatro o cinco horas. De ahí a la terminal de ómnibus. Del ómnibus al hotel (risas). Y así. Es básicamente ir de un ómnibus a un taxi, al lugar donde tocás, de vuelta al hotel, a una terminal. Es un poco así. Es bastante más triste de lo que uno imaginaba cuando no lo hacía, pero bueno, es eso. Decís: tengo que hacerlo bien. Si me invitás para que venga para acá es para que dé lo mejor que puedo. Y eso implica, a veces, estar metido en un lugar.
– ¿Alguna vez les pasó que la gente local los quiera agasajar y les dan de todo para comer y después quedan detonados?
– Sí (se ríe). Ese es un problema. Muchas veces te dicen «¡Vengan, vamos a hacer un asado!». Y vos decís pero… Dos horas. «¡No pasa nada, vamos a hacer un asado!». Y vienen y compran carne para un regimiento, y escabio que decís boludo, necesito una siesta de cuatro horas para reponerme de esto. Y es así en todas las giras (risas). Uno tiene que ir tratando de regular, porque cuando nos agasajan siempre queremos participar y compartir. Son cosas lindas. Por eso, también, muchas veces después de tocar nos terminamos quedando en los lugares o yendo a la casa de tal, por más que eso implique reducir la jornada de sueño mucho más de lo que deberíamos. Esa gente estuvo esperando que vayamos para allá para compartir un rato con nosotros, y lo mínimo que podemos hacer es decir bueno, un día duermo cuatro horas. No pasa nada.
– Esas giras, esas formas de moverse, dan más con Camionero que otras escenas. Hay una identificación con la propuesta.
– Sí, nos gusta. Nos gusta tocar en lugares de piso, sin grandes sistemas de audio. Primero porque no necesitamos que haya un gran sistema de sonido para lograr algo. No necesitamos que haya un espectáculo de luces. Y no lo digo por nadie en particular. Lo digo porque es algo a lo que llegamos que nos pone muy contentos. Y después porque nos gusta eso. Nos gusta salir del lugar de… Por ejemplo, mañana (por el sábado 14 de junio) tocamos en Matienzo y van a haber 600 personas, y es muy difícil bajar del escenario y charlar con más de cinco personas. Porque estás siete minutos con cada persona y ya es media hora. Entonces, cuando hay 600 personas no te escondés, pero te quedás en el camarín relajando, y vas saliendo, vas regulando. Entonces, cuando tocás en lugares así, de piso, chiquitos, está buenísimo, porque podés compartir mucho más con la gente. Y eso nos gusta, la pasamos bien. Forma parte del espíritu del Camión y me parece que va a seguir así. La gente lo disfruta y lo valora, pero bueno, no sé si hay un mérito ahí. Es algo que nos gusta. No es que hacemos un sacrificio para que eso ocurra.
– ¿Conocen a las bandas que van a tocar con ustedes en esta gira?
– Algunas sí, algunas no. A la de Salta no la conozco. Sé que se hizo una suerte de convocatoria, a ver quién quería abrir, y los productores locales seleccionaron. Nos preguntaron si podían hacer eso y dijimos que sí. Mientras no sea un concurso… (risas). Después en Tucumán tocamos con los chicos de Brahmans, que ya los conocemos. Tocamos allá y tocamos acá con ellos. Sapere Aude, que es una banda de Santiago del Estero, con los que vamos a tocar también en Santiago. Y en Jujuy tocamos con unos chicos que se llaman Cebú del Huaico, que no es que los invitaron. En Jujuy no tenemos productores locales. Tenemos un pibe que es fanático del Camión, que ya nos vino a ver acá a Buenos Aires un par de veces, que también tiene un dúo y quería que vayamos. Le dijimos bueno, armá algo, sale tanta plata, porque los pasajes hay que pagarlos. Armá algo y vamos. Así que hizo eso (risas). Armó una fecha un domingo en el medio del cerro, con dirección por privado. No tengo la más puta idea de cómo va a salir eso, así que armó un pequeño festi de domingo y bueno, nos vamos para allá.
– ¿Cómo sigue la gira después del NOA?
– Tenemos Colombia, en un festival, Blues en el Balcón. Es un festival chiquitito de blues en un pueblo que se llama Sevilla, en el Valle del Cauca. Los chabones nos conocieron, tienen un presupuesto acotado, pero lo querían gastar en nosotros (se ríe). Así que nos invitaron a ir. Es ir y volver a Colombia. Nada, una primera experiencia internacional. Esto que te digo: ir a un lugar y decir voy en bolas (risas). Nunca en mi vida fui a Colombia. No sé qué esperar. Pero la gente que nos invitó son pibes recopados que están con esta idea, tienen este festival y quieren hacerlo crecer. No es que me invitó un bolichero que no tiene la más puta idea de lo que está haciendo y dice bueno, los invito porque me sobra la plata. Preferimos esto: un flaco que quiere producir algo. Lo mismo que los productores locales de acá, en Colombia. Así que dijimos dale, de una. Y después es Córdoba, Río Cuarto, Montevideo. Estamos viendo si en agosto sale el primer viaje a Neuquén. Y estamos viendo si cerramos nueva gira a Rosario, Santa Fe, San Juan, San Luis, Mendoza, lo clásico de siempre. Eso a lo largo del semestre.
Durante 2024, Camionero casi no ensayó. La cantidad de recitales y las actividades paralelas de sus integrantes (Pardo es docente, Luis es arquitecto) impidieron un encuentro por fuera de los escenarios. Así, su sala de ensayo ubicada en la zona norte del Gran Buenos Aires quedó deshabitada. Hasta ahora.
– ¿Van a presentar temas nuevos en el NOA?
– En esta gira no vamos a presentar temas nuevos, porque no hay material nuevo que esté completo. Sí estamos laburando música nueva. Estamos ensayando bastante. Y la idea es que para fin de año tengamos material nuevo. Un tema, dos temas, o diez. La idea es llegar con algo. Estamos laburando para eso. Estoy muy confiado en que va a salir.
– ¿No tienen una planificación porque no saben si tienen disco o singles?
– Tenemos una planificación, pero no la queremos forzar. Todos los discos anteriores fueron forzados, entre comillas. Planificados con agenda, con calendario. Y salieron así. Y este que estamos preparando ahora lo podríamos hacer así, pero realmente tenemos muchísimo laburo y no nos pareció necesario esta vez. Sí, sin colgarla. Estamos trabajando tres veces por semana en los ensayos. Eso ya es el compromiso mayor que podríamos tener. Salir a tocar el fin de semana y en la semana tres veces estar ahí metidos, ensayando. Confiamos en eso. Creemos que a fin de año va a haber bastante. Pero sin estar atrás del calendario. Si se prolonga un poco más, no nos preocupa.
Gira NOA
En Salta, Camionero se presentará el sábado 21 de junio en Fábrica de Música (Balcarce 875), desde las 23. La banda invitada será Kratos. Las anticipadas se consiguen a $15.000 (más gasto de servicio) en NorteTicket.
La gira NOA comenzará dos días antes, el jueves 19 de junio, en Santiago del Estero. Allí la banda se presentará desde las 21 en El Observatorio Centro Cultural (Independencia 1665). Los invitados serán Sapere Aude y Mostrenco. Las anticipadas se consiguen a $15.000 (más gasto de servicio) en Al Pogo.
Al día siguiente, viernes 20 de junio, Camionero estará en Tucumán, junto a Sapere Aude y Brahmans. El show será en La Taberna de Saturno (Chacho Peñaloza y Pringles, en Yerba Buena), a las 21. Las anticipadas se consiguen a $12.000 (más gasto de servicio) en Norte Ticket.
La gira cerrará el domingo 22 de junio en el Festival del Cerro que se realizará en el Club Los Perales de San Salvador de Jujuy, desde las 16. Participarán Cebú del Huaico, Héroes de Nadie y LD5. Las anticipadas se consiguen a $12.000 (más gasto de servicio) en este link.
