Coberturas

Club 20 en Jekill | Como si no fuera suficiente

La banda salteña volvió a mostrar su poder de convocatoria, pero no pudo brillar por imperfectos en el sonido. La gente se puso el equipo al hombro y juntos sacaron adelante un show complicado. Se pide la revancha cuanto antes.

Club 20 sigue presentando Feria, su primer disco. La primera fecha fue en febrero, luego formaron parte del Generación Salta en la Usina Cultural en abril y después viajaron a Jujuy. Los muchachos se hacen desear a pesar de que gozan de una gran convocatoria para el rock salteño. Así que esta vez más de 600 personas se hicieron presentes para verlos nuevamente en Jekill, boliche de la zona sur de la ciudad.

Ni en la época dorada del rock salteño 2008/2010 con LCMK, CalmaNiño, Teddy Krueger y Mi Karma González superaron las quinientas personas. Hay que remontarse a tiempos de Perro Ciego con Peón de Luna para llegar a esas cifras. Estamos ante un fenómeno en la música local y sin dudas «la banda de exportación» que tiene la escena.

En la noche del viernes previo a las elecciones la agenda estuvo abarrotada de recitales, pero eso no hizo mella en los Club 20, quienes colgaron el cartel de sold out en sus redes sociales, anunciando que no se venderían entradas en puerta. Fueron los ganadores de esa puja innecesaria, que ojalá no se repita. Hay fechas de sobra en el mes para que cada banda pueda organizarse y no estar compitiendo por la convocatoria en épocas de vacas flacas.

Pasada la medianoche la fila fuera de Jekill era de más de una cuadra. La gente llegó sobre la hora, como de costumbre, y se demoró el ingreso al local que cuenta con solo un acceso. ¿Cuánta gente salió del show de María Becerra en el Martearena y fue para Jekill a ver a Club 20?. Saliendo así del reggaetón pop que propone “La Nena de Argentina” para ir a ver una banda salteña de rock. Síntoma de la apertura musical de estos tiempos, pero también parte fundamental del fenómeno de Club 20: salir del ghetto y poder atraer a la gente que no es de escuchar, ni mucho menos ir a ver bandas locales en los antros y/o bares de nuestra ciudad. También la variedad de edades: desde los pibes de veintipico hasta los más de cuarenta estaban presentes.

A la una salieron a escena los Club 20, mientras cada quien intentaba no estar apretujado y poder ver bien, en un boliche que tiene sus limitaciones en cuanto a espacio. Principalmente por estar pensado para bailar y no para ver recitales. Piruu Mancia, en la voz, ocupó el centro de la escena, a su derecha Maxi Montañez, en bajo, a su izquierda Pablo Garzón, en guitarra y teclados, al fondo Fico Medina en batería y percusiones.

“Han renacido” arrancó la noche «¡Oigan, oigan! han renacido. ¡Oigan, oigan! las chicas hablan del trueno», dice su letra pero irónicamente había que hacer un esfuerzo grande para escuchar la voz y los instrumentos. Todo estaba muy bajo. Siguieron “Holograma”, “El lugar que ocupo” y “Secuencia Frecuencia”. El arranque vino entonces con algunas de las primeras canciones que les conocimos en el 2019, pero el sonido no mejoró y en ciertos sectores se pidió que aumenten el volumen. Mientras otrxs bajaron al centro del boliche para ubicarse cerca de los parlantes y escuchar mejor.

Pasó casi una hora y recital no levantaba, se notaba más energía en la gente per se, que por el show. Los solos de guitarra de Pablo Garzón y las apariciones de trompeta de Homero Ferrer casi no se sentían. Con las inéditas “Fue Mejor” y “Salim” se complicó más el sonido hasta que se cortó totalmente. Todo hizo suponer lo peor.

Pero la gente aplaudió y coreó por el grupo y cantó temas que todavía no habían sonado. Solo fueron diez o quince minutos de parate, pero se sintieron más. Ni hablar para los músicos parados en el escenario, sin entender mucho qué pasaba. El partido pareció perdido a pesar de la hinchada, que alentó en el peor momento.

El show retomó con “Salirte de la piel” y una mejora sonora, que generó los primeros saltos y contó con el protagonista del video, el bailarín Sandro Ahumada, desde el entrepiso y enfrentado a la banda. Dio un mini show grabado por casi todos los celulares presentes.

Piruu fue abrazando cada vez más su función de frontman, dejando su instrumento de lado. Hasta ponerse en modo crooner en varias oportunidades, como en la versión de “Para ir a buscarte”, de Daniel Toro, que próximamente se lanzará en un disco homenaje al cantautor de parte del rock local.

La propuesta de Club 20 es sofisticada, con programaciones más que instrumentos al palo. Detalles, mixturas, todo apuntado al chill. Con algo de sonidos autóctonos, afrobeat y pop latino que añadieron en Feria.

Si nos guiamos por la definición de Pappo, («Rock es AC/DC. ¿Fito Páez se parece a AC/DC? Entonces no es rock»), estamos ante una banda de “rock de dureza discutible”. Como Babasonicos, Miranda! y tantas otras que tiene la música argentina. Una banda que cuyas letras interpelan y acercan a la gente, parte fuerte del éxito del grupo, por eso las cantan con tanta fuerza.

En el tramo final, pasadas las dos de la mañana, llegó lo mejor de la noche con una seguidilla ideal. “Tu cara al verdecer” para que todxs griten «Chupartela toda», frase que estaba en bandera también. “Prendió”, donde el grupo se le animó al reggaetón; “Después de verte”, con su lujuria derramando el lugar, y “Paralelos”, que logró el agite más fuerte de la noche, en especial en las primeras filas. Ya fuera de lista se repitió una de las inéditas, de cuando se cortó el sonido, entonces se despidieron y agradecieron el aguante.

Parte de la producción del show le contó a RockSalta que los desperfectos se debieron a la electricidad del local. En esta oportunidad el servicio de luces y sonido fue de las mejores empresas de la ciudad, pero otra vez flaqueó, como en febrero, donde los comentarios en redes marcaban que el cantico de la gente tapaba a la banda. Para sumarle además que el sonido de la fiesta, luego del show, superó ampliamente al grupo. Algo que no puede pasar bajo ningún punto de vista.

Es una situación atípica, una banda con tanta convocatoria, pero a la vez con pocos shows encima y poco material editado. Por más ensayos que tengan, las tocadas en vivo son las que forman el carácter de los grupos. El ir acortando las pausas y lograr algo más fluido, probar los temas nuevos, variar las listas para no repetirse y un sin fin de detalles más que tocando tan poco en vivo se les va a hacer cuesta arriba. Por lo pronto ya pasaron una prueba difícil.

Jekill cumplió su cometido para la banda. Es hora de dar el paso a un boliche más grande o ir a los teatros de la ciudad. Porque el partido revancha se tiene que jugar. Para el recuerdo queda este encuentro, que pesar del sabor agridulce, lo sacó adelante la hinchada del “Clu Clu”.