En esta reseña podrás apreciar el trabajo que Victor «LaHiena» Conti ha realizado de manera independiente. Criando Cuervos (2011) se puede descargar de manera gratuita desde Internet.
SOLITARIO CANCIONERO
Sombrío (y virtualizado) rock argentino
Víctor LAHIENA Conti – Criando Cuervos (2011)
Musicalidad ermitaña. Enfrentarte solo a todos tus instrumentos para componer y registrar sin ayuda humana. Víctor Conti, alias LaHiena, parece estar acostumbrado a esto de sentarse mano a mano frente a una computadora para concretar ideas musicales. Su anterior trabajo discográfico, 20 canciones de mierda y una PC, lo incita desde el título. De la mano de Altopulso Grabaciones Caseras, el músico salteño trae a escena un nuevo compilado de autómatas producciones y nos enfrenta a una gran incógnita ¿Se puede tener una banda de rock en formato virtual?
Criando Cuervos, la nueva placa independiente de libre descarga, contiene once canciones que destilan genuino rock argentino. Género que se viste de mil colores y texturas a lo largo de su historia. Con reversiones a su ex banda, Anguila Macabra, más un cover a The Animals, Conti despide diversas influencias de lo nacional en su prolífica escritura. Con un acercamiento oscuro y bien por debajo de la superficie, se percibe una especie de travesura sonora. Es el ingreso a un mundo de recreación musical, donde estilos “adversarios” en la gran novela del cancionero argento, se entrecruzan para derribar añejas dicotomías. El rock clásico, potenciado en feroces guitarras, se amiga con bases modernas y excéntricos sonidos electrónicos. Automatización rítmica, propia del pop más selecto, en un contexto de rebelión e introspección lírica.
Entre el crudo rock que erupciona sin cesar, y con registros de voz discontinuos, la fina melodía siempre dice presente. En el pasar se nos sorprende con un sombrío pasaje country, digno exponente ambiental para cualquier film western (“Caer Nomás”). La memoria se instala en un lúcido Alejandro Sokol a plena luz de velas (Despertar), mientras que un alternativo Richard Coleman, de Los Siete Delfines, parece deambular sin permiso (“Solapadito”). Otras imágenes nos acercan a unos resucitados Caballeros de la Quema queriendo pegar una vez más en la radio (“Aliviando al Mono”), o a ese liviano “nuevo rock argentino” de los 90 (“Mear Iguanas”). Nos cruzamos con alcoholizados intentos de pop punk (“Buscándote en el Techo”), con unos Piojos sampleados en rabia funk (“Es tu Fe”), y con exquisitas tonadas en formato acústico (“Estupidez”). La programación digital de compases, más un profundo uso de sintetizadores y efectos, nos hace imaginar una asociación de músicos virtuales a domicilio.
El trabajo de mezcla final es inestable. Lo descuidado, con excesivos segmentos de dejadez instrumental, se observa con plenitud en desafortunadas ejecuciones. Contra una estandarizada visión de lo correcto, estos altibajos en realidad añaden distinción al sonido casero de garaje. En cuanto al mensaje textual, nos remitimos a viejas palabras de LaHiena en su época Macabra: «Las letras tienen un -yo lírico- disconforme con todo. En algunos temas hay apología a las drogas y no es metafórica. Pero las letras no son así porque escriba pensando en las drogas sino que tomo anécdotas de la gente y me hago cargo en primera persona». Con un par de años y experiencias más, Conti se muestra como una persona que mira la realidad desde los otros, aunque afectando lo propio. Una persona que desde múltiples influencias musicales, tal vez inconscientemente, se nutre hacia una verdadera búsqueda compositiva. Una persona que desde su yo absorbente, oscuro, solitario y hasta virtual, recrea parte del extenso cancionero rock argentino.
Más información en www.myspace.com/victorcontilahiena