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Cuando el aborto era ilegal | La sororidad en las sombras de las socorristas salteñas

Un artículo de nuestra revista reflejaba el trabajo silencioso de un grupo de mujeres que se apoyaban mutuamente a espaldas de un Estado que las condenaba.

A veces, la provincia de Salta nos hace creer que el aborto sigue siendo ilegal. Ocurre en estos días en los que una médica de Tartagal es señalada por sectores conservadores después de haber practicado una IVE que fue defendida hasta por el ministro de Salud.

Sin embargo, la interrupción voluntaria del embarazo es ley desde este año en nuestro país, aunque lxs antiderechos mantengan una férrea oposición. Y es por eso que se debe continuar trabajando hasta que este derecho adquirido después de décadas de lucha sea finalmente aceptado por toda la sociedad.

Pero las cosas, hasta hace muy poco tiempo, eran diferentes. Lxs antiderechos tenían mayor poder. El aborto era ilegal en todo el país y parecía doblemente ilegal en Salta, donde un grupo de mujeres se las ingeniaba para ayudar a otras que deseaban decidir sobre sus propios cuerpos.

Esa situación se vio reflejada en un artículo publicado en nuestra revista a fines de 2017. El texto mencionaba a las integrantes de Socorro Rosa, un grupo que se había extendido con distintas integrantes por todo el país.

“En los 70, un grupo de feministas italianas realizaban abortos gratuitos en sótanos con médicos del Partido Comunista, para evitar que las mujeres pasaran por el maltrato y el manoseo económico. Este grupo se llamaba Socorro Rosa. De ahí se toma el nombre cuando comienza a gestarse la experiencia del acompañamiento en Argentina”, decía una de las integrantes salteñas a nuestra revista.

Eran las “Bomberas salteñas” que asesoraban y acompañaban a las mujeres que querían abortar en tiempos de ilegalidad. La nota de Rock Salta revelaba que cada semana, en Salta, estas mujeres concretaban al menos cinco abortos deseados, un cuarto de las consultas que recibían.

“Desde que se popularizó la consigna Ni una menos, se habilitó una sensibilidad entre mujeres para involucrarse, por eso en los dos últimos años hubo una ebullición de colectivos feministas y por la diversidad. Lastimosamente, en parte es consecuencia del incremento de la violencia”, agregaba.

Leé el artículo completo en el número 26 de la revista Rock Salta, de diciembre de 2017.