Entrevistas

El fenómeno Random

La banda tucumana de metal progresivo volvió a sorprender a todos. A diferencia de la ocasión anterior, creímos (erróneamente) estar preparados. Su disco es arrollador y nos dejó pensando hasta dónde pueden llegar.

Tras la edición de su primer EP (Prrimo, The) a comienzos del año pasado, el nombre de Random comenzó a sonar en diferentes medios especializados. El buen recibimiento de la crítica acortó la distancia entre el trío y el público tucumano. Sus recitales comenzaron a ser más convocantes y de a poco el comentario general logró trascender las fronteras provinciales.

Por un camino casi paralelo, los foros de distintos sitios metaleros hacían lo propio, y trascendía la noticia que el fenómeno había llegado tan lejos que un grupo de rusos y nórdicos parias subían el conteo de visitas del My Space de la banda. Luego se sumarían tipos de Estados Unidos y más países europeos. El laburo extra musical en ellos es impecable: de la mano de Marquitos Martín -encargado de Management, prensa, diseño gráfico y prácticamente casi todo lo que se pueda encontrar de Random- se mueven en la web tan cómodos como en escena. Y, como no puede ser de otra manera, es éste el camino que eligieron para transitar su camino.

La banda está conformada por Raúl Garcia Posse (guitarra y voz), Pablo Bianchi (bajo) y Marcos Crosa (batería), todos provenientes de proyectos conocidos en la escena musical, pero de géneros tan distantes de lo que escuchamos hoy que no vale la pena detenernos a repasarlos. Sí es conveniente mencionar que encontraron una fórmula, que fueron puliendo sus roles individuales tan profundamente que es incluso para ellos mismos una sorpresa. Sus letras en inglés y una amalgama de sonidos escalofriantemente oscuros y armoniosos revelan influencias de Tool, Mars Volta, Pantera y Mastodon. Tienen el ataque perfecto entre cejas: mientras disparan machaques, riffs y tal vez una de las mejores baterías del underground; las visuales de fondo sumergen en un trance hipnótico y difícil de olvidar (hasta se dieron el lujo de armar una fecha 3D).

Todo.s los colores del es el nombre de su primer LP, lanzado el domingo 21 de agosto, previo aviso que iban a colgar el link para una descarga absolutamente gratuita. Una semana atrás se había dejado oír un adelanto en el programa de radio “Tiempos Violentos”, de Rock & Pop. El productor Hugo García destinó en su momento un espacio importante para Random en su revista Jedbangers.

Había un número que resonaba en la cabeza de los miembros de la banda, tensionando tal vez, una suerte de récord alcanzado ya que el EP tuvo nada más y nada menos que 700 descargas en una semana, y cerca de 4500 en su totalidad. Pero las cifras de este “lanzamiento” no se amilanaron: cerca de mil descargas en las primeras 24 horas los dejaron respirar tranquilos.

Compuesto por ocho canciones, este disco de 57 minutos fue producido por la propia banda y por Ramiro Rodríguez, un productor tucumano que fue ganándose un espacio importante en el ambiente (también produjo el disco que marcó la vuelta de Volstead). La masterización se hizo en el mítico estudio “La Nave de Oseberg”, cuna de grandes discos del metal desde el año 1997 (Horcas, Avernal, Mastifal, entre otros). Prácticamente, tiene todo para convertirse en un material de culto, jugando nuevamente con nombres peculiares (y hasta risibles), entregan bases explosivas, voces guturales y mucha progresión. Pero detrás de toda esa avalancha de sonidos hay retoques matemáticamente coordinados, los riffs numéricos y arreglos sutiles generan ambiente en cada una de las canciones y es casi impredecible saber hasta dónde van a llegar. Con sus marcadísimos contratiempos, coros melódicos y pequeñas intromisiones en español, confirman que no es un álbum para escuchar a la ligera e incitan a una escucha más bien activa. La placa cuenta con dos músicos invitados: Matías Orquera (voces en “Tarzan’s Void”) y Julián Palacio Fernández, quien aporta su violín en “Cuando el blanco no es color”, el tema más calmo del disco (un buen respiro, diría).

Y, si de sorpresas hablamos, con la aparición de este disco, la banda comunicó que se sentían orgullosos de poder dar vida a un proyecto aún mayor, el nacimiento de “Las Tías Records”; al cual describen como “un colectivo musical/artístico creado por y para músicos independientes de la escena emergente nacional y mas allá”. Según relatan en su página web, “Las Tías…” busca “la libertad musical, compositiva, artística y las emociones que generan estas mismas, para luego ser plasmada en un álbum del cual se encargara de transmitir esas sensaciones, esas mismas emociones. Nuestra labor y objetivo es dar a conocer dichas bandas, difundirlas y compartirlas de forma libre, segura y gratuita, editando las obras únicamente en formato digital (virtual), siempre manteniendo todas las obras musicales en la máxima calidad de audio posible, utilizando como media esta valiosa herramienta que es el Internet. Del cual asumimos que es una herramienta aprovechable en muchos sentidos posibles, siempre con buena fe utilizando estrategias y la experiencia que adquirimos hasta ahora para poder difundir nuestras bandas y nuestros discos”.

Conscientes de que el gran impedimento para plasmar en un formato físico (y una distribución tradicional) es un tema económico que generalmente trasciende a la realidad de una banda del interior, prefieren depositar todas sus energías en un fino trabajo de difusión explosiva a través de internet, del formato digital, de la presencia en múltiples sitios.

Su verborrágico cantante Raúl cuenta entusiasmado: “Es un sello de difusión online, siempre estuvimos conscientes de que hay que implementar nuevas formas de laburar en lo que es difusión. No compartimos la idea que tienen muchas bandas que sí o sí tenés que sacar un disco físico y no subir tu material a internet por nada del mundo. Todo lo contrario. Creemos que el CD es más de colección, nos gusta la idea de compartir la música gratis porque así podes llegar a todo el mundo (literalmente). Después, si les gusta, que lo compre para él. Pasa que, al ser gratis, y estar a mano en un link, generás que al que le gustó lo comparta con mucha gente, generalmente a través de las redes sociales… cosa que no sucede con el disco físico, o no a ese nivel. Es totalmente impensable que una banda under pueda llegar a mil personas en cuatro o cinco días con copias físicas”.

El fenómeno se está instalando, a fuerza de un gran disco y mucha pelea contra la adversidad de la realidad que acompaña a los músicos.

“Nos gusta mucho la idea de pensar que entre tanta música que existe en el mundo, alguien se tome el tiempo de descargar nuestro disco, de escucharlo y sugerírselo a un amigo. Hay un valor mucho más grande en ese acto. No hicimos un disco para vendérselo a nuestra abuela y que nos ayude a recaudar la guita, sabemos que la gente que se lo baja lo va a escuchar y disfrutar”, sintetiza Raúl.

No caben dudas que la música es universal, y más allá de los ¿enfermizos? deseos de categorizar constantemente una escena y diferenciarla de otra, es arte. Random hizo su arte y decidió mostrarlo -como todos- pero con más ambición. El estilo que tocan no es de lo más común (ni mucho menos) y tal vez sea eso lo que los hizo mirar lejos, buscar público a lo largo del mundo. Sus anhelos de expresarse encontraron destinatario.

¿Cuesta caro? Totalmente: cuesta dinero, esfuerzo y horas de internet. Pero ahí están…

Entrevista publicada en la Revista Rock Salta N°5 (Septiembre de 2011)