Entrevistamos a Guido Carmona, cantante de Paprika Reggae Ska sobre los incidentes que sufrieron con la policia durante un show callejero. Escuchá la nota completa.
El debate está sobre la mesa: artistas callejeros, ¿un bien necesario para distraer un poco la rutina o la suma de todos los ruidos ejecutados por músicos molestos en el medio de una vereda? El pasado martes 3 la banda Paprika Reggae Ska, compuesta por diez integrantes, se encontraba tocando en la Estación Dorrego del Tren San Martín, Buenos Aires. Hace dos años que organizan esporádicas presentaciones –de no más de veinte minutos de duración- en un punto al azar de la vía publica tres veces por semana, tres veces al día. Veinte minutos donde el ska se apodera de la atención de todos los transeúntes presentes; o, como Guido Carmona –el cantante de la banda- diría, se trata de una “intervención para cortar la rutina de la gente”. Hasta que la policía de la Federal decida interrumpir abruptamente. Por lo menos, lo del martes pasado fue así. Hubo amenazas de secuestro de los instrumentos e insultos sin justificativos, sólo provocaciones y abuso de poder contra un grupo de artistas callejeros. Por eso, en nuestro programa de radio entrevistamos a Guido quien nos puso un poco más al tanto de cómo viene la mano en la calle.
Sobre la performance en vivo y las amenazas policiales
“Nosotros somos artistas callejeros, una banda que cuenta con diez integrantes que salen por la ciudad de Buenos Aires a hacer performances de quince a veinte minutos, siempre en lugares distintos. Todo esto nace por una forma de expresarse y decir ‘cuánta gente que hay en la calle y qué ganas de cortar la rutina y llevar un show gratis con una batería, un teclado y cuatro vientos a las calles donde la señora va al banco o el chico al colegio’. Nosotros vemos esto como una forma de cortar la rutina de la gente y somos muy precavidos: tratamos de ser muy respetuosos hablando con los vecinos de los locales cercanos para contarles que vamos a hacer una performance y siempre la respuesta de la gente es muy buena. Lo que pasó el otro día es algo que nos pasa muy comúnmente, un montón de veces sólo que no siempre tenemos una cámara para poder grabarlo: llega la policía uniformada –pero que al mismo tiempo no tiene las identificación a la vista- y nos dicen de un modo agresivo que no podemos tocar en un espacio público sin presentarnos ninguna denuncia o formulario impreso cuando no hay una ley que diga eso. Además, lo hacen bajo la amenaza que nos van a llevar todos los instrumentos. La verdad que siempre nos manejamos respetuosamente con la policía, más allá de que tenemos derecho a estar ahí y tocar sabemos que a ellos no les importa eso y la verdad que si uno es irrespetuoso la puede pasar mal.”
Sobre las consecuencias de tocar en la calle
“Yo fui detenido cuatro veces y ni halar del tiempo que nos hicieron perder por averiguación de antecedentes en donde pasamos a ser artistas callejeros que estamos tocando para chicos de todas las edades que la están pasando bien a ser diez pibes que estamos rodeados de dos patrullas y seis policías como si hubiésemos robado. La gente pasa por ahí y piensa que somos ladrones. Tenemos la misma condena el que se está drogando, robó o mató. No puede ser, loco. Esto es una alegría para nosotros y cuando los necesitamos a ellos porque nos vienen a robar tardan diez horas en llegar y encima mandan a un agente ineficaz que no nos puede ayudar en nada. Y cuando hay una banda dando una interpretación gratis, en un ámbito familiar y totalmente respetuoso nos encontramos con seis policías que llegan en segundos y están dispuestos a abrirnos una contravención, sacarnos los instrumentos y llevarnos detenidos.”
Sobre la irregularidad por parte de la policía
“Casos similares hay mil. Cualquiera puede entrar a la Federación de Artistas Organizados (FAAO) donde ahí se ven todas las denuncias. Es una organización que se encarga de ayudar con la denuncia de estos casos. Y también que se hagan visibles. Nosotros a esta altura tenemos miedo, en nuestras redes sociales avisamos con dos horas dónde vamos a tocar porque si avisamos con mucho tiempo de anticipación, llegamos y ya tenemos una patrulla esperándonos. La comisaria de San Telmo, es algo que lo saben muchos, es la que tiene más casos de abuso de autoridad denunciados.”
Esto no es un asalto: La banda en plena acción a la luz del día.
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