Entrevista a Gustavo Collado, primer baterista de Divididos, por los 28 años de la edición del disco 40 Dibujos Ahí En El Piso. Los primeros años de la Aplanadora y la grabación que no fue de Ala Delta.
Pete Best o el baterista que no fue. La historia es conocida: el que se bajó del tren a dos estaciones del destino. El paso de los años invoca a la reflexión y muchos se apresuran para sentenciar una acción de las que poco saben muy bien su origen. Gustavo Collado fue el primer baterista que acompañó a la dupla Ricardo Mollo/Diego Arnedo, los Lennon/McCartney que empezaron a esbozar una maqueta de banda tras el final de SUMO. Habiendo conformado la primera base trío de Divididos grabaron y lanzaron en 1989 el disco 40 Dibujos Ahí En El Piso, quizás el cimiento de lo que hoy por hoy es La Aplanadora del Rock.
«Hubieron bateristas técnicamente muy superiores a mi. Pero yo era lo que querían» dice Collado al aire de Rock Salta, en una entrevista que buscó retratar esos primeros momentos de banda, cuando la incertidumbre aún lo ocupaba todo. Mollo y Arnedo tenían en mente un proyecto de banda y estaban en plena búsqueda de un baterista. El 8 de Mayo del 88 Gustavo fue a un bar a festejar su cumpleaños y terminó conociendo a Diego Arnedo quién le comentó la idea que tenían con Ricardo y lo invitaron a tocar. Gustavo venía de tocar con La Sobrecarga y se motivó para embarcarse en un nuevo proyecto. «Tras la muerte de Luca Prodan hubo un gran bajón en los ochenta. Todo lo efervescente devino en la separación de muchos grupos. A la semana de aquél encuentro llamé a un taxi y llevé mi batería a Palomar. Ahí empezamos lentamente a ensayar las canciones que ellos ya tenían preparadas.» Había nacido Divididos.
Tras los primeros ensayos de aquellos primeros bocetos («Che, ¿qué esperás?», «La Foca», «Los Hombres Huecos») inmediatamente entraron a grabar lo que se convirtió en 40 Dibujos Ahí En El Piso. «Para mí fue todo muy rápido. Yo hubiese esperado más para entrar a grabar» recuerda Gustavo: «No eramos conscientes de lo que estábamos haciendo. Por lo general cuando uno hace las cosas y después trascienden, no sos consciente. Para nada.» Los siguientes dos años y medio fueron vertiginosos: conquistaron sus primeros Cemento y de a poco la banda empezó a hacer ruido. Más del acostumbrado. «La gente iba a ver Divididos pero en realidad quería ir a ver a SUMO. No existíamos nosotros. Pero la pasamos muy bien. Éramos un trio, nos cagábamos de risa. Hacíamos todo juntos. Revertimos el gran bajón que teníamos. Fuimos a hacer algo nuevo y la verdad que tengo los mejores recuerdos de Diego y Ricardo. Estoy agradecido que hayan pensado en mi.»
Así como un Presidente que se va del mandato tras una elección democrática hace el traspaso del mando presidencial al elegido por el pueblo, Collado se encargó de cederle su puesto a Federico Gil Solá a menos de tres años de estar en Divididos. La decisión fue entre todos, tras un cambio que desgastó los ánimos: se quedaron sin la sala/sótano de ensayos de Palomar y hubo una pausa hasta que consiguieron un nuevo lugar: Hurlingham. Gustavo vivía en Palermo por entonces y recorrer la larga distancia, entre otras cosas, fue el punto determinante de algo que venía planeando: abandonar el grupo y emprender un viaje a España. En Europa estuvo nueve años desarrollando otros proyectos. Un día, en Madrid, Andrés Calamaro lo encontró y le dijo «Che, le va bien a tus amigos». Collado estaba totalmente desconectado de la Argentina: «Después me di cuenta cómo fueron creciendo. No los escucho mucho, no están en los discos que escucho. Pero, ojo, son de primer nivel.»
«Me quedó en el tintero que grabé el disco que no hice y no grabé el que hice, en el que participé de la creación» dice Gustavo refiriéndose a Acariciando Lo Aspero (1991). Para 40 Dibujos… se acopló a la dupla, tocando canciones que ya habían sido creadas. Y ya, en trío, habían empezado a crear nuevas canciones. Temas como «El 38» y «Ala Delta» ya sonaban en aquellos primeros shows. Aunque, claro, sin haberlos grabado. «Después de muchos años me enteré que Federico figura como autor de ‘Ala Delta’ y a ese tema lo hice yo. Me dio bronca, porque me comuniqué con ellos de manera amistosa para ver el tema de la autoría y un poco como que me ignoraron. Nunca pedí nada porque no soy de pedir. No hay una tercera persona en los demás pero en ése tema la tercer persona soy yo. Además la tocó idéntico a como la tocaba yo. Idéntico. No quiero quilombos, no quiero abogados. Quiero que se informe la verdad, nada más.»
La última vez que Gustavo compartió escenario con Mollo y Arnedo fue el 10 de Junio del 2008: «me invitaron para los 20 años en el Teatro Flores.» Esa noche también subieron a tocar Gillespi -único trompetista que Divididos tuvo en un disco. Grabó 40 Dibujos…– y Jorge Araujo, en lo que fue un repaso general de toda la discografía, con el baterista correspondiente a la época.
Escuchá la entrevista completa acá:
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