La banda salteña editó a principios de año El libro de los soles, un disco que marca el presente y hace un corte con Invocación a los pájaros, el trabajo previo. Cómo fueron las sesiones de grabación y la ausencia en los escenarios.
Es la hora de la siesta en una tarde calurosa de principios de marzo y estamos en la sala de ensayos de Gardenia, en una casa de uno de sus miembros ubicada en la zona sur de la capital salteña. Por las calles del barrio Intersindical todos parecen haber desparecido y sólo un perro camina desesperado buscando una sombra donde echarse. El calor es tanto que nadie aguanta mucho tiempo dentro de la pequeña sala, una habitación perfectamente modificada y acustizada para prohibir que el sonido salga y haga ruido en los vecinos. La ventana está cerrada y el lugar por momentos se hace más oscuro, la temperatura parece aumentar con cada segundo que pasa; son cinco tipos cargados con sus respectivos instrumentos y creen que no entra nadie más. “Nuestro sauna” señalan y agradecen no haber estado en épocas de ensayo durante los días más vívidos del verano. En realidad no están en actividad desde hace casi siete meses, momento en el cual terminaron de grabar su última producción discográfica, El libro de los soles, bajo la producción y asistencia técnica de Alejandro Evdemon, personaje importante en el cocinado del disco por el nivel de ayuda que le proporcionó a la banda, “prácticamente aprendimos a mezclar un álbum con ese chabón” confiesan. El libro… se convirtió en el primer lanzamiento oficial de Salta en este 2013. Un disco relativamente corto con siete canciones de larga duración que parecen terminar de explorar el universo de sonidos que la banda viene atravesando desde sus primeros años de formación. Se los nota muy distintos a su época del 2009, cuando editaron el disco Invocación a los pájaros, de aquél producto se animaron a experimentar sobre las diversas confluencias de sonidos, mixtapes de música electrónica y virtuosismo en el respectivo instrumento, ahondaron un poco más la faceta audiovisual con el lanzamiento de UMMO en el 2011 y una única presentación en vivo, cambiaron de integrantes, probaron su nuevo sonido escuchándose a ellos mismos en una pequeña gira por Tucumán y se encerraron en un estudio de grabación para el 02 de enero lanzar el disco al mundo vía descarga gratuita acoplándose a las nuevas exigencias del mercado digital de la música. No son los mismos, para nada.
“Considerada una de las mejores bandas argentinas contemporáneas de rock progresivo, Gardenia regresa con un álbum increíble, agradable desde el primer momento, lleno de poesía críptica, magia, maestría y de buen gusto.(…) Este álbum es sencillamente perfecto, un trabajo de excelsa calidad donde las instrumentaciones son perfectas, debido a la gran calidad técnica de sus componentes, que desarrollan una música llena de matices donde hay cabida para cambios de ritmo que enaltecen una música que, in crescendo, te llega a lo más profundo de tu experiencia musical” señalan las reseñas que, desde cualquier parte del globo mundial, gente agradecida les van acercando al blog de la banda (gardeniaespacial.blogspot.com), su punto de encuentro con los usuarios fanáticos que viven más allá de las fronteras salteñas y argentinas también. Y es que parece que encontraron en Internet el último detalle para terminar de convertir a su música en ese producto que despierta tantas emociones al digerirlo por primera vez por nuestros oídos, “de alguna manera u otra eso es lo que buscábamos” dice el bajista Sergio Caram, quién también se encargó del arte de tapa: una obra de arte conceptual que refleja el contenido del disco, el proceso mental de los músicos expresado en lo que hacen a través de un dibujo, el lenguaje del cielo con un dibujo que si se es analizado en detalle se percibe al pájaro cíclope rojo que fue tapa en el Invocación…. Dibujos compuestos dentro de otros, cuadros colgados dentro de otros, tiene muchas interpretaciones abiertas, total la última palabra la tiene el que lo vea y dispare su percepción: “Me demoré un mes en hacer ese dibujo a mano, les iba mostrando bocetos a los chicos y se fueron quedando maravillados” agregó Caram.
Desde la publicación del Invocación… pasaron tres años en constante cambios, el lado arraigado al folklore desapareció y entró en juego la manipulación de un nuevo espectro musical. Algo de eso influye el cambio interno que hubo en la banda con la salida de Guido Rojas, sintetizadores y bandoneón, y el reemplazo del baterista Adrián Chocobar por el actual Ezequiel “Natanael” Fernández quién además ya había formado parte del grupo épocas atrás. Después los pilares desde aquella formación se mantienen igual con Iván Luis, guitarra y voces, Pablo “Pucho” Moreno, guitarra y coros y Adrián Moroni en teclados y sintetizadores. Por ese motivo el producto final sigue gustando, generando cada vez más adeptos a este estilo de música: el proceso de repercusión del disco, la distribución digital, difusión bloggera, sin lugar un pequeño fenómeno gracias a la navegación por la web del mundo. “Creo que todavía no podemos medir eso porque Internet es muy amplio, no sabemos a cuanta gente estamos llegando…obviamente a mucha más de la que creemos porque nos llegan reseñas de España, México,Colombia, Chile, Uruguay hasta de chabones de Suiza, Holanda, Francia, Bulgaria. No podemos contabilizarlo pero está buenísimo” aclara el bajista, “aunque lo más loco es que, como todo músico inseguro, yo suelo entrar en Google a ver qué onda con la banda y tenemos el disco posteado en un millón de páginas, no sé quién se haya tomado el trabajo de hacerlo, es algo muy loco. Hay una página, Progarchives.com, donde te encontrás todo el rock/metal progresivo del mundo y ya los chabones hasta nos etiquetaron bajo un género de música, vos entrás a esa página y tenés fácil unos veinticinco subgéneros del metal progresivo. Y ahí estamos nosotros, nos pusieron como ‘eclectic prog rock’ todavía estando en la fase Invocación…, nosé lo que irán a hacer cuando escuchen el último disco.”
– Siendo concientes del público que captaron con las tocadas en vivo, los discos, ¿se esperaban tal repercusión?
– Iván: Como objetivo no fue planteado de esa manera. Pero sí vivimos algo que no nos pasó con el primer disco: mientras tocábamos y escuchábamos las canciones nos dijimos “Chu, ¡esto está muy bueno!”. No pensábamos si iba a gustar o no, pero a nosotros nos conformaba bastante. Estamos contentos de tocarlo, de grabarlo y de toda esa historia. Inclusive ahora lo estamos tocando luego de una pausa de siete meses y lo seguimos disfrutando. Cosa que con el Invocación no pasaba por ejemplo
– Sergio: Lo que se ve muy claro ahora, y algo que más o menos se preveía, es gente a la que le gusta más el Invocación y otra gente que le gusta más lo nuevo. Eso nos ayuda a nosotros a ver cuál es nuestro público, muchos tipos de afuera nos dijeron “este disco está más sólido que el anterior pero por ahí le falta ese bombo legüero” y es que a un chabón de Suiza escuchar ese bombo es una locura.
– El desarrollo, o si quieren llamarlo evolución, de lo que se escucha en Invocación… y el sonido similar de UMMO y El Libro… ¿fue buscado o salió de manera natural?
– I: Es que se murió Spinetta y ya no había a quién robarle… (risas)
– Pablo: A mí me parece que es por el hecho de ser una banda que antes tenía otros integrantes a lo que somos hoy: cuando componemos las canciones lo hacemos entre todos, algunos fueron aportando ideas diversas y de diferentes modos llegamos a pequeñas ideas de las que empezamos a construir los temas. Y en estas últimas composiciones influyen las otras cabezas que están, que obviamente van a repercutir en el estilo, la mezcla final.
– S: Mirá, es una lucha porque cuando estamos componiendo los temas cada uno tiene su idea de cómo tiene que sonar o de cómo va a sonar. La lucha viene cuando uno dice “esta viola está buena pero me gustaría que siga por acá” y otro opina distinto, entonces, suponete, en la parte que suene un poco electrónica significa que en esa argumentación triunfó alguien de la banda. Pero eso también nos da otras miradas, por ejemplo a Pucho se le notó mucho el cambio de estilo, porque antes era hiper técnico; lo sigue siendo pero con mucho mejor gusto. En este disco depuramos esa parte que te dice “acá hay que tocar rápido y mucho”, lo que ahora hacemos es por absoluta y pura diversión.
– Adrián: Esa es la diferencia, Invocación… era un disco súper técnico. Si bien El Libro… tiene sus ritmos un poco intrincados es como que tiene más aire, notas largas, algo más simple, como un paisaje bonito y al mismo tiempo más pesado.
– P: Vamos jugando más con las melodías que otras cosas…
– S: Es mucho más fluido y antes no ocurría eso: por ejemplo el tema “Padmasan” es la canción perdida del Invocación, en este disco hubiese quedado increíble.
– Entonces hubo un cambio estructural al momento de entrar a componer el nuevo material, ¿fue algo radical para ustedes?
– I: Es como que percibo que construimos un rompecabezas porque hay partes que entre nosotros vamos llenado lugares en cuestión a melodías. Que Pucho haya optado por una forma mucho más “sencilla” de tocar, por la digitación de la guitarra y cosas así, por ahí te ayuda a que con un solo efecto la canción siga igual. Antes no se daba eso por ejemplo.
– S: A parte tenés que tener en cuenta que de cinco músicos que somos, cuatro tienen efectos y pedaleras, sumado el teclado, las voces, los coros…Tenés que saber cuándo tocar y cuando no. Y creo que en este disco eso ya se ve, su función es que el lado musical sea mucho más emotivo que cualquier cosa que hayamos hecho porque realmente las canciones te pueden llevar a un punto donde vos llegué a un nivel de “emotividad x”, ¿se entiende?
– ¿Antes no pasaba?
– P: En UMMO ya se va perfilando eso, como que cuando lo terminás de escuchar te quedás con la idea de que ya queres escuchar un disco como este.
– S: Se nos fue el miedo a las canciones largas, ahora creemos que una canción te tiene que llevar hasta un determinado punto y después hasta otro punto más elevado y eso iba a tardar lo que tenga que tardar. Nos pasó con “Vuelve A Ser”, dura casi ocho minutos y medio, a mí me parece la mejor canción del disco y no me es aburrida en absoluto.
– La parte vocal de las canciones está trabajada de manera distinta de lo que se escucha en épocas anteriores, ¿por qué? Algunas reseñas también señalan una “carencia lírica” que de todas maneras no altera la calidad del disco, ¿lo sienten asi?
– P: Lo hicimos a propósito, porque la voz es un instrumento más. O sea, no es la banda de la voz
– I: Claro, están compuestas con esa intensión, la de acompañar a lo que está sonando y por eso no fue necesario llevar el nivel de volumen más arriba. Justamente, un instrumento más.
– S: La idea era fundirla con la música. Casi en todas las producciones musicales del mainstreaming tenés la voz por sobre el tema.
– Algo que no ocurrió con el “Invocación…”
– S: La suplíamos con la parte técnica justamente.
– P: La diferencia de grabar ambos discos fue que en el primero no tuvimos la buena onda del loco que mezclaba porque por ahí pasa todo y también que le podríamos haber dedicado mucho tiempo de trabajo, casi una jornada entera. Para el nuevo disco trabajamos con Ale Evdemon que está igual de chiflado que nosotros, por eso sacamos un disco bueno
– S: Es un genio absoluto. Lo loco es que es de un palo muy distinto a lo que veníamos haciendo nosotros. Pero el chabón entendió la música y muchísima veces tuvimos que hacer cosas desde el principio porque te decía “esto no puede ser así, hacelo así.”
– ¿Primera vez que laburan así? Podríamos decir que hicieron el disco más profesional hasta el momento entonces.
– P: Absolutamente. Con esta grabación aprendimos todos.
– S: Nos enseñó mucho, sin dudas es lo más profesional que hicimos.
– I: A parte nosotros estuvimos desde el primer momento involucrados en la mezcla y Alejandro nos dio una mezcla previa para escuchar cómo iban quedando las cosas y le comentamos las cosas que queríamos cambiar y el loco se las re contra aprendió y nos comprendió de principio a fin. Y todo por obsesión de él.
En mayo del año pasado Gardenia viaja hasta Tucumán para tocar junto a Random y ahí fue donde se gestó el primer boceto del disco entero, ya dividido en las actuales canciones, salvo “Luminari”, la canción que cierra el álbum: lo tocaron entero en aquella presentación y se hicieron grabar la performance desde la consola de sonido. Cuando les pasaron el audio automáticamente todos quedaron fascinados por lo que acababan de crear, era una primitiva base grabada en vivo de El libro de los soles así que ahora sólo quedaba registrar eso para editarlo como disco. Y a finales de julio estaban ingresando al estudio Sueño en gotas para empezar con la gestación de lo nuevo: primero se grabaron todas las tomas de batería en una semana, después y gracias a un percance técnico del estudio la banda cesó los días de grabación por un mes. Al regresar, la demora hizo que reacomoden los horarios dentro del estudio y tuvieron que grabar un instrumento por día, así durante una semana consecutiva, “fue un bardo, imagínate eso. Quizás fue un gran error hacerlo así porque después de tres horas de tocar ya nos sabés ni lo que escuchás, los dedos ya no te responden…”recuerda Sergio. Ahora el que toma la palabra es Iván, “Inclusive se notaba eso en los unos con los otros o con uno mismo también. Por ejemplo tocar ya cansado, notar una pequeña falla y tener ganas de decir ‘está re bueno, dejalo así’ con tal de no hacerlo de nuevo, ya era casi una resignación”. Moroni se detiene a pensar un segundo y trae a recuerdo una anécdota divertida de contar, dependiendo el grado de compromiso que tuviste en la grabación ,claro: “Nos pasó que terminamos de grabar el disco en un CD ya con el punto final y nos damos cuenta que el teclado de la canción “Luminari” ,en el final, termina en un corte seco, cuando en realidad tenía que hacerlo con un fade out (cuando el volumen de la canción va disminuyendo poco a poco hasta desaparecer por completo), nos lo olvidamos de hacerlo así que abrimos de nuevo el programa, de nuevo el tema y hacer eso, una pequeña tontera que nos puso en el laburo de hacer todo de nuevo”
– ¿Mucha presión en el estudio?
– P: Había mucha presión porque capaz que cuando tocás antes de grabar te sale todo perfecto y justo cuando entrás al estudio no te sale. Algo que nos pasó a todos.
– A: Y ese era el bajón, decir “me equivoqué y tengo que hacer todo de nuevo, si o sí” Es un proceso súper tedioso pero estás grabando un disco y lo terminás disfrutando. Pero por eso tardamos tanto en sacar el disco. Sin contar las demoras podríamos decir que nos llevó dos semanas grabar todo. El proceso de mazcla fue desde que terminamos esa semana hasta la madrugada del 31 de diciembre. El 2 de enero salió el disco.
– En el disco hay siete canciones en total, ¿quedó algo afuera para un futuro trabajo?
– I: Nada, absolutamente nada.
– S: Es más, el disco estaba pensado para dos canciones nomás. Y cuando terminamos de componer la última de las siete salió la idea de seguir haciendo más temas pero la mayoría había concordado en que el disco tenía que terminar así.
– I: Inclusive supuestamente iban a ir dos conectores en el disco, pero al final lo cambiamos y nos dijimos que no hacía falta.
– Durante el año pasado no realizaron ningún show en Salta, sólo aquél con Random en Tucumán. La ausencia en los escenarios, ¿la sienten? Quizás para otras bandas conseguir un escenario y tocar en vivo es más primordial que otra cosa.
– I: Lo que pasa es que lleva mucho laburo grabar un disco. Imaginate, son sesiones de cuatro días a la semana desde las cuatro de la tarde hasta la medianoche, y eso no nos da tiempo ni de ensayar ni de preparar fechas ni de nada. Pero principalmente ensayar. A mí si me gustaría tocar, de hecho extraño tocar porque eso le da otra dinámica a la banda, suena de otra forma.
– S: El tema de tocar en Salta yo creo que sí preferimos tocar poco, pero prepararnos para tocar bien ahí si entra el factor tiempo. Y se compuso con la idea del sonido del disco, o sea que la composición tomó mucho tiempo de ajuste. Para salir a tocar queremos hacerlo bien, en un lugar donde sepamos que vamos a sonar bien y no para que nos digan “he, vos no sos rock man, se toca donde sea” pero la verdad es que si sonamos mal la vas a pasar para la mierda porque hacemos muchas cosas, somos muchos y tenemos muchos ruidos que necesitan una calidad técnica como requerimiento mínimo para lograr la experiencia que nosotros pretendemos genera al que nos vaya escuchar. Hay un chabón que publica que somos “una de las mejores bandas de Argentina” y al margen de que lo seamos o no, humildad aparte y falsa humildad también porque el disco está buenísimo, nos proyectan a nosotros como algo que realmente no somos o que tampoco tenemos idea de serlo. Pero lo seguro que para poder tocar, tenemos que laburar una bocha y cuesta mucho.
– I: En definitiva lo terminás haciendo por gusto y lo terminás pasando mal por el sonido feo, en el lugar feo y te hace bajonear. Total para nosotros no es vida o muerte la cuestión de tocar en vivo.
A falta de fechas confirmadas durante el año pasado, todo parece indicar que el 2013 se viene cargado para la banda: la presentación de El libro de los soles se planea casi en secreto, los músicos no quieren dar muchos detalles pero sí aseguran que “va a estar muy buena” siempre y cuando se cumplan algunos objetivos para con el lugar elegido, me atrevo a decir que sería un lugar no convencional para shows de bandas, algo a lo que no estamos acostumbrados. “La idea es ambientar todo con la onda del disco, y sólo lo lográs con la música sonando bien, ojalá salga bien el proyecto” me asegura Pablo sin dar más detalles de lo que se viene. La buena noticia para los melómanos amantes del formato físico del disco es que van a repetir la misma jugada que con el Invocación…, esto es sacar el disco en físico a la venta y no estancarse en la distribución digital como único medio para escuchar lo nuevo. Y aún se juegan por más, una propuesta irresistible para el loco coleccionista, “el disco va a tener forma de libro, con el arte interno y todo” adelanta Caram un poco ansioso por lo que vendrá, “por primera vez en Gardenia va a salir el disco en un formato único de colección. La idea es que la gente lo compre y lo guarde no como un disco común y corriente sino como un objeto sagrado, va a ser impreso como un libro. Queremos enfatizar mucho el arte.” También está planeada la filmación del videoclip de la canción “Nace”, como primer corte de difusión del último disco. “Va a ser un año igual de productivo que el anterior” aseguran los Gardenia mientras la tarde empezaba a terminar. Ahora sólo queda mirar para otro lado, el lado de la expansión de las fronteras con música hecha en Salta para todos, “tenemos que viajar, es importante. Todo bien en Salta pero la gente que te debería conocer ya te conoce. Mientras a más lugares vayamos, mejor.”
* Entrevista publicada en la revista Rock Salta N°14 (abril-mayo 2013)