En diciembre de 2004, el músico brindó su último show en un escenario salteño y tuvo reclamos curiosos.
En 2004, Pappo gozaba de un recuperado éxito comercial de la mano de Buscando un amor, el disco producido por Jorge “Corcho” Rodríguez, el millonario amigo de los rockeros pesados y ex de Susana Giménez. En diciembre de ese año lo presentó en nuestra ciudad. Fue el último concierto que brindó en un escenario salteño.
Pappo había publicado un álbum a la altura de su leyenda y de las ambiciones comerciales que tenía y no reconocía. Con “Rock and Roll y fiebre” sonando en las radios y programas de televisión más populares volvía a los primeros planos musicales. Algo que no sucedía desde Blues local y el súperhit “Mi vieja”.
Cuando los productores salteños llamaron a Buenos Aires para conseguir el show, el propio Carpo llevó adelante las negociaciones. Como lo cuenta un artículo de la revista Rock Salta que repasa aquella visita, acordaron que el baterista Bolsa González, el bajista Yulie Ruth (autor de la balada “Juntos a la par”) y un asistente viajaran en colectivo. Pappo lo haría en avión. Para venir a Salta pidió dos pasajes aéreos. La organización local preguntó para quién era el otro ticket.
– Para Cáctus.
– ¿Quién?
– Mi perro.
La negociación no prosperó. El histórico terrier, que solía presenciar los shows de su dueño al costado del escenario, se quedó en su casa en Buenos Aires.
Pappo llegó a Salta el 22 de diciembre de 2004. Se alojó en el Hotel Plaza. El día del recital, el jueves 23, brindó una conferencia de prensa en la Casa de la Cultura, almorzó en La Monumental y fue a la prueba de sonido en el microestadio Delmi a las tres de la tarde. El Carpo se mostraba intratable con los productores, una mala onda típica, casi un juego que lo divertía.
Esa noche Pappo llegó cuarenta minutos tarde a su recital, lo que provocó un bache gigantesco entre los grupos teloneros y el número principal. Mientras toda la platea insultaba, los productores llamaban al hotel, desesperados. “Esperá, me voy a bañar”, contestó. Cuando llegó al microestadio pidió chicles y subió al escenario. Pero el show no arrancaba, el artista tenía nuevas exigencias. Quería Fernet Branca “en botellitas chicas”.
– No toco si no están esas botellas.
Los productores salieron corriendo al kiosco que está detrás del Delmi y consiguieron algunas. Mientras tanto, Pappo afinaba la guitarra frente a su público.
Leé la nota completa en el número 21 de la revista Rock Salta, de febrero de 2015.