30 mil personas celebraron los nuevos sonidos con las bandas y les artistas del presente y el futuro.
Texto: Alejandro Wierna
Con toda su propuesta distribuida en 4 días, se llevó a cabo este fin de semana el festival La Nueva Generación en la ciudad de Córdoba. Una gran propuesta que ofrecía muchas opciones: dos días para charlas, workshops e intercambios interdisciplinarios, y dos días para recitales, uno de ellos gratuito.
Las conferencias se hicieron los días 1 y 4 en un auditorio, y pasaron productores, realizadores y periodistas para compartir sus experiencias e inquietudes con público en general. En tanto el día 2, el del show gratuito pero con entradas limitadas, mostró una interesante grilla que iba desde los convocantes Bandalos Chinos e Indios, hasta propuestas más innovadoras y arriesgadas como un set intimista de Juan Mango y monólogos de Srta Bimbo y Noelia Custodio.
En esa primer jornada de shows en el Complejo Ferial los locales Hipnótica y Valdes pudieron lucirse con dos shows sólidos y muy bien recibidos, en ambos casos a banda completa (sexteto y cuarteto). También tocaron Gativideo, Peces Raros y She Teiks.
Pese a la enorme magnitud de público que se hizo presente, el colapso de servicios (lamentablemente esperable en esta clase de eventos) no fue tan drástico. Los puestos de hidratación funcionaban perfectamente, y ¿en solidaridad? se repartían vasos plásticos de la marca más conocida de fernet. Adiós a la ilusión de los ecovasos, que sí dieron la nota al funcionar de pantallas para perfectos veladores que se armaban al recibir la linterna del teléfono. Una decisión acertadísima de la producción. De todas formas se extrañó la horizontalidad y planicie del Jockey (predio de las fechas anteriores); con escaleras y desniveles, transitar el campo completamente no era una tarea fácil, y menos entre miles de personas.
El día 3, el pago con muy buen caudal de entradas vendidas, Erlend Øye y sus recientemente reunidos The Whitest Boy Alive dieron un show bailable, certero y muy fresco, ideal para los 35º que azotaban fuertemente al público que llegó temprano. En otro escenario, Conociendo Rusia, desde muy temprano y con un vapor estremecedor, demostraron que tienen varias canciones instaladas en el inconsciente colectivo y un séquito de pibes y pibas que los sigue fuertemente.
Luego algunos graves problemas de sonido complicaron a Dante, una verdadera lástima ya que está rodeado de excelentes músicos (él mismo lo es, aunque su guitarra sea menos aclamada en este contexto). Canciones como «Mostro» –rarísima y poco elogiada en su momento- ganan nuevo espacio y aire para ser del set list. También hubo problemas de sonido en el escenario azul, el bunker techado que tan bien recibió a los salientes y taquilleros Salvapantallas, y un poco maltrató el show de Miss Bolivia. En el escenario principal se salvaron los de El Kuelgue, tras tomar las riendas de frenar el ritmo y ralentizar la simultaneidad de escenarios. Se hicieron esperar bastante, y con todo solucionado se compraron al público. Destacables las bajadas de línea de su cantante Julián Kartun.
El campeón local Juan Ingaramo capitalizó a su favor la apertura de su público y pivotea feliz entre el cuarteto, la bachata, el reggaetón y su –cada vez más enterrado- fino pop. Con pistas, batería y Emme en coros, convirtió en un karaoke a cielo abierto el predio, no quedó una sola letra sin cantar por parte de esta nueva generación.
Los mendocinos Usted Señálemelo empezaron con la hora mágica del atardecer y terminaron con unas hermosas y profundas visuales que resaltaban en la oscuridad. Dueños de los pogos más fuertes de la jornada, con sobriedad de movimientos y un clamor vibrante en todos los que se agolpaban por acercarse un poco más Tal vez una de las bandas más interesantes que nos trajo esta (siempre bienvenida) renovación mainstream. Hay rumores de separación, con las carreras solistas y dedicadas a la producción por parte de sus integrantes, ojalá que puedan equilibrar todo y mantenerse en la ruta.
Uno de los números más esperados de la noche fue el del trapero estrella Duki, que se mostró como un par del público y se los ganó en un sinfín de canciones hilvanadas una tras otra. Cantó «Shorty» con Nicki Nicole, (quien ya había tenido su momento de oro en el escenario azul), y también sumó a Khea y a We$t Dubai. El género de moda, la vuelta a las raíces primitivas del canto –aunque traveseado con artefactos- sobre bases tribales y reiterativas, pero con el ritmo y la personalidad que lo convierte en artista. Muy cómodo y seguro va trabajando sobre eso.
Babasónicos, quienes vienen siendo “el nuevo rock nacional” desde los primeros noventas, cuando todavía no habían nacido varios de los artistas de esta grilla, manejaron su set con mucha comodidad, encendidos, bailables y cargados de matices, mientras cosechaban el paso de los años y el público en bandeja de una jornada larga. Comidos y bebidos, se aprestaron al hit y a la zona de confort del evento. Siempre dignos, les entregaron todo eso y mucho más.
Por su parte, Wos con toda la red de contención posible, dio un show realmente impactante. Con Ca7riel humilde (ya había sido frontman y con qué altura en su set con Paco Amoroso y la ATR Vanda) con la mirada tapada, en cueros, dándolo todo desde su strato roja, mientras armaba un perfecto ensamble con el bajo de Natasha Iurcovich. Una gran oportunidad para presentar masivamente en la ciudad su reciente primer disco Caravana, y para darnos freestyle del bueno, potente y con conciencia social, asistido por Acru (“dos Luna Park en 48 hs”). Base demoledora, frenesí electrificante en voces ¿no alcanza para que el rock lo adopte?. Al fondo hay lugar, queridos dinosaurios. Llegó para quedarse y esto recién empieza. En el verano volverá a ser parte tanto del Cosquín Rock como del Lollapalooza.
El cierre llegó de la mano de Louta, quien tuvo que readaptar toda su propuesta performática a un escenario discreto, con Zoe Gotusso y Angelita Torres como invitadas. Girasoles gigantes, postes de luz pequeños y bailarines/actores extrovertidos y sobreadaptados al show. Pasajes histriónicos, jugarretas sobre las bases de Nirvana, Metallica y algunos estribillos de esas canciones que nacieron pasajeras y se niegan a partir (ya yo me olvidé de ti). El vocero de toda una nueva camada de pibes. Bien merecido tiene este rol en el festival.