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Fundamentalistas del 94 | Discazos argentinos que cumplen 30 años

Un repaso breve por casi veinte álbumes que todavía nos enloquecen.

El lector o lectora de este humilde artículo recopilatorio podrá percibir que el título del mismo no es gratuito. A medida que avance la lista de discos publicados en 1994, que este año cumplen tres décadas, se apreciará que se trata de trabajos que todavía hoy resuenan en nuestras cabezas. Bandas consagradas, solistas indies y mainstream, grupos nuevos, futuras leyendas y hasta expresiones artísticas hoy canceladísimas que se sostienen por peso propio. Pasen y escuchen.

Los Piojos – Ay ay ay

El segundo trabajo de Los Piojos hoy parece un grandes éxitos. Para muchos es EL disco de la banda. El que los muestra justo antes de dar el salto a la masividad.

La Renga – A donde me lleva la vida

A diferencia de Los Piojos, la banda del Chizzo y los hermanos Iglesias todavía buscaba su verdadera identidad. De todas maneras, La Renga ya mostraba el perfil duro, rockero e irresistible para una década que se prestaba ideal para sus canciones.

Los Visitantes – Espiritango

La evolución de Palo Pandolfo alcanzaba uno de sus picos creativos con este trabajo producido por Andrés Calamaro y que se volvió un disco de culto para el rock argentino.

Dos Minutos – Valentín Alsina

Quizás el rock barrial en su máxima expresión. El debut del grupo del Mosca todavía suena como una patada en la cabeza, absolutamente fresco, increíblemente rockero. Punk, bardo y corazón.

Memphis la blusera – En vivo

El disco que le hizo justicia a la banda de Adrián Otero, después más de diez años de transitar el under. La versión de «La bifurcada» sonó hasta en la sopa. Hoy es una letra cancelable.

Fito Páez – Circo Beat

El rosarino tenía la vara altísima después de El amor después del amor, pero logró ponerse a la altura con un álbum grabado en su ciudad natal (y en Italia) que remitía a la infancia, la familia, los cines, la escuela y los primeros amores. Podría salir de gira con este repertorio, para variar.

Charly García – La hija de la lágrima

Un disco largo, conceptual y maravilloso, que empezaba a diferenciar a los fans de antaño de los que empezaban a llegar. Charly era un artista caótico capaz de lograr momentos de belleza inigualable, desgarradora. También estaba ahí el hacedor de hits. El germen de Say No More.

Todos Tus Muertos – Dale aborigen

El punk más oscuro había quedado atrás y ahora la banda de Fidel Nadal era un combo alterlatino que bebía de diferentes fuentes. El resultado es un discazo que rompió fronteras y los posicionó en todo el continente.

Babasónicos – Trance zomba

Hoy parece otro grupo. Las influencias de la época, el hip hop, el metal, el punk, y un puñado de canciones inolvidables como «Patinador sagrado», «Malón» o «Montañas de agua», confirmaron a la banda de Adrián Dárgelos como una cosa seria.

Las Blacanblus – Cuatro mujeres y un maldito piano

El debut del cuarteto fue una grata sorpresa y se mantiene como uno de los trabajos emblemáticos de la época de auge del blues en Argentina.

Andrés Calamaro – Grabaciones encontradas vol. 2

El segundo volumen de este compilado de rarezas, tomas descartadas e inéditos del por entonces líder de Los Rodríguez era un trabajo casi exclusivo para fans. Pero traía «Años», la gloriosa versión del tema de Pablo Milanés junto a Luca Prodan y Tom Lupo. Eso lo hizo inolvidable.

Enanitos Verdes – Big Bang

Parecía difícil que el trío mendocino igualara el éxito que había tenido en los 80. Sin embargo, con este disco no sólo revitalizó su carrera en Argentina y el exterior, sino que la consolidó y la aumentó. Todo de la mano de «Lamento boliviano», megahit que en realidad era un cover de Alcohol Etílico, otro grupo de Mendoza.

Massacre – Galería desesperanza

Todavía faltaba mucho para que la banda de Walas se convirtiera en una fija en radios, festivales y playlists. En el 94, Massacre era una banda nueva, de culto, capaz de escribir himnos depresivos y alternativos.

Daniel Melero – Travesti

Disco de referencia para Melero, uno de los padres del rock alternativo, indie e independiente de estos pagos. Tanto, que el álbum hasta tiene su propio documental (Operación Travesti, de Rodrigo Ottaviano, estrenado el año pasado). Además, tiene canciones maravillosas como «Quiero estar entre tus cosas» o «Libertad».

El Otro Yo – Traka Traka

Grunge y juventud. Hoy es una banda impronunciable, pero la influencia que tuvo El Otro Yo en la segunda mitad de los 90 y los primeros 2000 es innegable. Su disco debut está plagado de hits internos.

Pappo – Sigue vivo

El Carpo había tenido su mayor éxito comercial apenas unos años antes, con Blues Local y el hit «Mi vieja». Estaba en gran forma, pero un accidente automovilístico casi lo deja fuera de combate. El título de este disco en vivo es un juego de palabras que refiere a ese episodio casi trágico. Pero lo que suena es todo lo contrario a la tragedia. Quizás estemos ante la mejor versión de «Desconfío», y eso es decir mucho.

Las Pelotas – Máscaras de sal

Otro disco que parece un grandes éxitos. El grupo de Germán Daffunchio y Alejandro Sokol grabó un álbum oscuro, paranoico, de humor negro, lleno de canciones que siguen musicalizando los bares más apasionantes.

Los Pericos – Pampa’s Reggae

Otra banda que estaba en su época dorada era Los Pericos, que en Pampas Reggae entregaba un sonido bien noventas, FM, exportable, con el Bahiano profundizando su pronunciación más latina que argentina. Un CD plagado de hits.

Pez – Cabeza

El debut del grupo de Ariel Minimal, grabado en vivo a fines del 94, desafiaba ya desde la portada. El trío que por entonces completaban los hermanos Poli y Alejandro Barbieri nadaba en olas de hardcore, rock progresivo y psicodélico y ya tenía en su repertorio algunos clásicos que todavía suenan en vivo, como «Rompo tu piel de asno» e «Introducción declaración adivinanza».