Coberturas

Gardenia en Beel Zebul

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Gardenia presentó su disco, Invocación a los Pájaros, en un show audiovisual que le hizo justicia a su música. RS estuvo presente y te lo cuenta.

Música para volar

“Boludo, está entrando mucha gente”. La frase es de un sorprendido Iván Luis, cantante de Gardenia al ver que la cantidad de gente que ingresaba a Beel Zebul para ver a su banda era más de la que él esperaba.

Efectivamente, el pasado viernes 27 el local de la Necochea tuvo una muy buena cantidad de público para ver la presentación de Invocación a los pájaros, el debut discográfico del grupo. Un concierto corto pero sorprendente, por la propuesta y las ganas del grupo de hacer algo distinto en el rock salteño.

Al ingresar, te topabas con todas las mesas del local ocupadas y los espacios colectivos –los pasillos, la escalera- poblándose cada vez más. Todo normal, digamos. Lo diferente estaba en el escenario: una media sombra separaba al público de las tablas – como Pink Floyd, cuando levantó una pared en la presentación de The Wall- y así lo haría durante todo el show.

Cerca de las dos de la mañana, comenzó el show con “El Sigmur”, la introducción instrumental que abre el disco. Con el segundo tema –“Golem”- empezaron también las proyecciones sobre la media sombra –otra vez Floyd-, que serían protagonistas principales junto con la música. A los integrantes del grupo se los veía sólo cuando las pocas –pero efectivas- luces se encendían. El resto del tiempo, la banda se ocultaba para darle lugar a las imágenes que ilustraban las letras y encajaban perfectamente con lo que querían transmitir.

El sonido no fue el mejor, al principio la voz casi no se escuchaba y se oía una sola guitarra –había dos-. Con el transcurso del concierto, fue mejorando, llegando a su mejor momento casi al final, pero de todos modos no ayudó a que algunos temas -como “Padmasan”, que tiene muy buenos arreglos vocales-  se pudieran apreciar del todo.

El recital fue corto, de una hora. Sólo se presentaron las canciones del disco. El grupo respetó los temas tal cual fueron grabados sin zapar casi en ningún momento. “Mil veces”, la canción que termina el álbum fue también la encargada de cerrar el recital, que fue una muestra de que con pocos recursos se pueden hacer muy buenas cosas. Para el rock salteño eso es muy bueno.

Para ROCK SALTA. Federico Anzardi – fede@rocksalta.com