Coberturas

Gardenia + Random

El Bar Madrid albergó a dos de las mejores bandas actuales del rock del NOA. Gardenia compartió fecha con los tucumanos Random en una noche que será recordada por mucho tiempo.

Madrid de Extremidades

Hacer un plan para ir un sábado a la noche a la Balcarce seguramente representa, para el 98 por ciento de la gente que piensa en esas cosas, algo totalmente diferente a lo que experimentamos en el Bar Madrid. Y eso está bueno.

Creo que no sólo hemos asistido a un muy buen recital. Estoy convencido de que fue algo simbólico. Tener sobre las tablas a dos de las bandas con mayor profesionalismo y vuelo musical del norte argentino es importante, por la proyección de la escena regional, y por ese gustito especial que tiene ver a dos grupos  que a uno (quien escribe) le gustan mucho.

El recital arrancó aproximadamente a la 1:30. Gardenia hizo la punta de lanza, en un set que habrá rondado casi una hora. Al principio hubo poca gente, pero a medida que la música empezó a rodar, el público se empezó a juntar y se dio un lindo. El sonido fue mejor de lo que habitualmente suena Bar Madrid, aunque no deja de ser MUY incómoda la disposición del escenario Federico Acosta, que deja muy poco espacio frente al mismo.

La banda arrancó con “Acuario”, uno de los tres temas inéditos que presentaron en el set. Luego vendrían “Carlssin” y “Donde el mar”, ambos de Invocación a los Pájaros (primer disco full de la banda). Los temas de Ummo (el último material) sonaron uno tras de otro, dando a paso a “Al horizonte” (otro inédito), “Viento y viajar”; cerrando con “Nace” (inédito). Sobre el final resultó extraña la vuelta para tocar un bis, “Golem”, en una versión ligeramente modificada respecto a la original.

La banda sonó ajustadísima, y se notó la presencia (reincorporación) de Ezequiel “Natanael” Fernández en la batería. El Eze fue el primer baterista de Gardenia (venía tocando desde principios de la década pasada con Iván Luis en Engranaje y otros proyectos), y tras su alejamiento fue reemplazado por Adrián Chocobar (otro monstruo). Tras la partida de éste último por compromisos laborales, se produce el retorno, dotando de cierta renovación y un toque más rudo a la banda.

 
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Luego vendría el turno de Random. La banda tucumana venía con la intención de presentar su primer disco Todo.s los colores del. Random ya había estado en Salta el año pasado, pero fuimos varios los que no nos habíamos enterado de la existencia de la banda hasta que pudimos verla en el fallido Rock del Valle 2011 que se realizó a principios de este año. Así entonces, y luego del lanzamiento del disco vía online hace un par de meses, había una expectativa por verlos en vivo.

Así, tuvimos una muestra de contundencia sonora y alta instrumentación (casi de una precisión quirúrgica) pocas veces vista por estos pagos, al menos en formato de trío. Raúl es el violero y cantante, y logra hacer bien las dos cosas a la vez. Tiene una versatilidad notable en la voz (maneja el registro limpio y el gutural o “podrido” con mucha facilidad, si bien en el registro grave falló quizá un poco el sonido), y puede ir cantando y tocando cosas complejas en la viola sin despeinarse. Pablo, el bajista no canta, pero otorga una seguridad en la base y logra una empatía con la batería que es envidiable. Con el uso de efectos de sonido (pedales) logra emplear una paleta sonora bien amplia en el instrumento, y cuando hay que “pelar”, lo hace sin ningún problema. El pibe tiene mucho groove.

Párrafo aparte lo tiene Marcos, el batero. No exagero si es de lo mejor que he podido ver y escuchar, al menos en el NOA, en los últimos tiempos. Un pibe que desde el fondo comanda el equipo, y que tiene una mezcla de virtuosismo, técnica y eso que a veces escasea en el país de “los atletas de la música” (llamo así a esos tipos que se tocan todo, a altas velocidades, pero no conmueven): SENTIMIENTO. Las bandas que abordan géneros vinculados a lo progresivo suelen tener músicos y pasajes musicales plagados en virtud, pero este pibe es un animal.

 
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La banda arrancó su set de siete temas con “As far as imposible”, y luego tocaron varias canciones del disco (“Tururu”, “Cachafaz” y otras), dejando lugar sólo para una que no lo era: “Corto Normal”, parte del próximo disco. Conversando antes del show –que por cierto tuvo la presencia de varios músicos entre el público: gente de Santuario, Todo o Nada, Izabella, LaForma, etc- con Raúl, justamente nos comentaba que ya tienen totalmente compuesto el material del nuevo disco (el segundo), pero que por ahora la prioridad es presentar y darle ruta al primero. Luego del último tema pudo verse a los muchachos de la banda exhaustos, casi rendidos. El set fue de poco más de una hora, pero con demasiada intensidad.

No hubo pogo. De hecho, si bien la banda tiene mucho de metal en su ADN, no fue este el público que fue a verla. Más bien era gente con ganas de expandir la sensorialidad, sobre todo musical. El público disfrutó, cabeceó (una imagen muy Beavis & Butthead) y arengó en todo momento a la banda que, seguramente, se ha ganado de muy buena manera un lugar en las preferencias musicales de muchos salteños.

Volvamos al comienzo. Hemos podido disfrutar a Gardenia, en un año en el que tocaron mucho más que 2010. Presentaron material nuevo a mediados de año, y cambiaron de batero. Gustaron, mucho, y se los ve en muy buena forma. Y creo que Random dio EL paso que debía dar para entrar en Salta. Y esto es clave para los que creemos en las escenas regionales como plataforma a otras escenas regionales (del centro del país, por ejemplo), o incluso del extranjero (al menos Bolivia y Chile en corto plazo).

Uno no sabe los planes de las bandas, pero si hay una certeza: el sábado estuvimos en presencia de quizá las dos mejores bandas que HOY tiene el Norte Argentino.

Mirá más fotos del show (por Paula Zenzano).