Dos de las bandas referentes del rock salteño tocaron juntas una vez más. RS se hizo presente y te cuenta todo lo que pasó. Entrá y enterate.
Por Eduardo Pece – epece@rocksalta.com
Fotos Gardenia: Ramiro Caro Roselli | Foto Calmaniño: Eduardo Pece
Este ciclotímico enero se va despidiendo y nos deja la sensación de que el 2011 va a ser un buen año para los que gustan del rock en la ciudad de Salta. Y me arriesgo a decir esto porque vuele el Indio y (teniendo en cuenta todo lo que eso representa) el año ya está salvado, pase lo que pase.
Mientras, las bandas salteñas siguen sonando. Calmaniño y Gardenia, bandas muy amigas entre sí, pero que musicalmente no comparten estilos ni de cerca, decidieron tocar juntas como hicieran en años anteriores, en lugares que ya no existen. La cita fue este último jueves de enero en Zeppelín. La gente tardó en llegar pero terminó acompañando esta presentación austera (teniendo en cuenta a lo que nos tienen acostumbrados ambas bandas).
Gardenia fue la primera en subirse al escenario, pasadas las 23, y los demorados agradecieron la clásica impuntualidad de los shows salteños (el recital estaba anunciado para las 21). Largaron con “Donde el Mar”, de su LP debut Invocación a los pájaros (2009). De ese disco también tocaron “Mil Veces” y la toolera “Golem”. Esta banda de rock progresivo ya nos tiene acostumbrados a los cambios, pero algo que se extraña y mucho (especialmente en los temas mencionados) es el bandoneón, ausente desde hace un tiempo.
Durante su presentación, Iván, cantante y líder, pedía opiniones acerca del sonido (“¿Cómo se escucha?”) y aconsejaba no mirarlos a ellos sino a las imágenes que se proyectaban sobre la pared. El problema era que la pared estaba pintada con un Hendrix gigante, así que se dificultaba bastante entender algo. Lo mejor del set, de casi una hora, fue “UMMO” canción que adelantaron de su DVD/EP próximo a salir. Con este último “gran viaje” (ya que la canción es súper larga) se puede ver que la formación actual se expresa mucho mejor en estas composiciones nuevas.
Calmaniño subió al escenario sin los trajes y sin el maquillaje, pero con toda la fuerza que los hace ser una de las bandas más llamativas de Salta. La potencia y lo que provocan en la gente ya lo saben todos, por eso las mesas y sillas que estaban cerca del escenario fueron retiradas por los mozos del local antes de que la agrupación autodenominada de “ska-horror” desate su fiesta. “Zombie Killa”, “Los Muertos” y “La Malinche” fueron sonando y la gente se iba descontrolando cada vez más.
El director de toda esta locura es su cantante el Gnomo. Frontman que realiza de forma destacada su tarea, tanto así que es imposible imaginar un show de Calma sin sus chistes o sus constantes referencias al sexo duro y demás excesos verbales. Tuvieron problemas de sonido, constantes quejas sobre el retorno y el mudismo de una guitarra (que lograron arreglar), pero sonaron bien. La gente pidió temas y la banda fue complaciendo a todos hasta cerrar con “El CalmaNiños”.
El recital terminó a la una y media de la mañana y fue curioso el contraste entre los que salían del bar y las féminas, rubionas y morochas que iban llegando en sus reglamentarios shorts a los boliches de la Balcarce. Por eso es de destacar lo de este bar en el cual están tocando varias bandas que hacen composiciones propias y no solamente las típicas bandas de covers. Esperemos que esto se mantenga y también se produzca en los demás locales.
“Los Duendes” fue un punto alto en la noche. Y tiene un muy logrado video, que lo podes ver acá:
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