Dicen que sucedió. Pocos lo pueden afirmar, porque, justamente, no eran muchos. Pero para las dimensiones de nuestro alicaído y ultra under rock salteño, setenta personas parece ser una población exagerada.
Según informaciones que llegaron a último momento a la redacción, una banda de nuestra provincia habría convocado a ese número de seguidores con entradas pagas, sin contar a los familiares, amigos, novias, ex novias que ahora salen con los de otro grupo, amantes y periodistas que entraron gratis. “Lo juro, no estoy mintiendo. Corté setenta numeritos, casi me quedo sin talonario. Me asusté, porque no lo renovaba desde el 2011”, dijo uno de los asistentes de la banda, que no quiso identificarse pero se deschavó solo al informar que era el que estaba en la puerta.
Las preguntas desde la redacción no se hicieron esperar. ¿Cuál era el motivo por el que llevaron tanta gente? ¿Se trataba de una banda tributo a La 25? ¿Había 2 x 1 de escabio esa noche? ¿Era una banda de minitas y se llenó de jeropas con ansias de levante? ¿Un funcionario del gobierno era integrante y arrastró a varios chupamedias que fueron a hacer presencia?
Nada de eso. Realmente habría sido un grupo salteño de los tantos que existen en nuestra provincia, con temas propios y todo. El asistente no quiso dar más detalles. Aseguró que tenía miedo de estar batiendo cualquiera. No se acordaba. Se confundió.
Cortó antes de mencionar el nombre de la banda. Pero dejó instalada la leyenda.
Publicado en la revista Rock Salta Nº15, en el mes de junio de 2013