Con gran éxito, se llevó a cabo la primera edición de este Festival 100% salteño, con la participación de las principales bandas de nuestra provincia. RS te lo cuenta.
ENTRE LA CHICHA Y EL ROCK
En un momento del transcurso de la jornada abrí mis ojos y me encontraba en el pogo de los Calmaniño que con su Aymara despertaron en mi interior el grito de guerra para empezar a dar unos saltos con la música de fondo… También sentí un sacudón al ver a los Alter Ego y La Forma tocando sobre la escena del festival mientras la gente iba llegando. O sino también cuando sentí el ritmo de maracas y de bongoes de la mano de los Copeta Llama, ese ritmo que me hace bacilar entre sentarme a contemplar o hacer un lugar y ponerse al ritmo. Cuando Gardenia tocó sucedió lo mismo que con el Barco del Abuelo…la gente se divertía y disfrutaba de la música en un marco casi especial, un marco que tuvo su momento fiesta con los Teddy Krueger, Mi Karma González, Luca Makonia y Perro Ciego, mientras todos escuchaban atentos o agitaban trapos que se llegaron desde todos los rincones de la Capital…
Resumido así, en pocas palabras, La Caldera del Rock tuvo una primera edición (ya se habla de una segunda edición) a toda música y buena onda. El precio de acceso fue baratísimo, una característica más que positiva, y el lugar de fondo simplemente genial: La Caldera se caracteriza por, además de tener un Cristo abrazado en la cima del cerrito, realizar el renombrado Festival de la Chicha con la participación, año tras año, del Chaqueño y otras expresiones folklóricas que dan vueltas en un largo circuito que no sale de las empanadas y el rasguido eterno de una chacarera. Todo bien con “la señora chichera”(a la que le pedimos que nos venda chicha) pero esta vez el escenario folklórico mutó un poco en algunas cuestiones rítmicas y de volumen, derivando en una escena rockera con, y esto es lo mejor, la participación de artistas locales que, junto a los organizadores, se pusieron las pilas desde el principio para hacer realidad lo que el pasado sábado 10 de abril cambió la noche caldereña. Con ustedes, La Caldera del Rock.
Todos entraban al pueblo por el puente, único acceso, y automáticamente empezaban a desfilar hacia el predio desde donde se hace el Festival de la Chicha todos los años: un gran galpón techado que se encuentra a unas 6 o 7 cuadras de la plaza principal. Ahí estaba montado el escenario por donde desfilaron más de 10 bandas del rock salteño.
“Que bueno que se logre esto, mirá la cantidad de gente que hay allá, esta buenísmo” dijo alguien detrás de escena señalando para el público; y la verdad que no se equivocaba. Convocados por la pasión por la música y el sentimiento hacia determinada banda, el público copó el lugar y todo se veía listo para confirmar que fue un “hecho histórico”, cerraba el diálogo uno de los organizadores. Y es que hasta la fecha no se registraba ningún movimiento rockero local de estas características en la provincia. Lo más lejano a lo que llegó la movida salteña del rock fue a Vaqueros en sus dos ediciones, pero contaban con la participación de bandas nacionales. Este sábado fue la primera vez que las bandas y la gente se hacían el camino de cornisa para tocar y escuchar un poco de música junto a un paisaje distinto al de la zona de la Balcarce.
Las bandas dejaron de todo sobre escena y se notó una gran respuesta del público al quedarse a hacer el aguante hasta el final del show, de la mano del Barco del Abuelo. La gente de Karma González fue la encargada de ponerle el toque reggae/ska a la noche con muchos seguidores tras las vallas y hasta con bandera propia. La Forma tocó, junto con Alter Ego, mientras la luz del día se iba escondiendo y la gente llegaba con trapos y banderines en mano, elementos que pasaron a decorar el predio, colgados desde los postes del techo y algunos también en la valla.
Los “momentos clásicos” vinieron de la mano de Perro Ciego y Luca Makonia que, junto a La Forma, fueron las bandas más antiguas de la movida. Los Perro en escena son ese hit que todos esperan: un golpe en seco de rocanrol y fiesta con el contraste de la gente saltando con bengalas y banderas en mano. Luca Makonia fue el otro plato principal que todos esperaban: Con una bufanda sobre el micrófono y una remera de Gimnasia y Tiro sobre un amplificador, el Horacio empezó el show con un “es impresionante esto papá” y todos se movieron al agite.
Un pibe preparaba su bengala para encenderla al momento de los Karma Gonzalez por sobre todas las cabezas y así agitarla de un lado a otro al ritmo del cucumelo: “Estamos a tres kilómetros de los cebúes,… ¡bienvenidos!” dijo Andrés González, cantante y guitarrista, en clara referencia a la inspiración de la naturaleza de la banda…
Bengalas prendidas después de los prejuicios y banderas que se mueven después de los acordes, todo fue señal para indicar que si se puede tomar un poco de chicha y después meterle a una guitarra una buena mano para hacer sonar canciones a volúmenes fuertes…allá por La Caldera.
Mirá el LADO B del Festival
Texto, video y fotos: Pablo Choke Torramorell- pablo@rocksalta.com