Pasó el show de Andrés Calamaro y se vivió de una manera muy particular por parte del público. RS te cuenta algunos detalles del show en el Delmi.
Pasó el Show de Calamaro. Ni el Salmón (apodo puesto por periodistas que creen inventarlo desde el 2000 para acá), ni “Andrelo” (del diario local, entre otros), simplemente Andrés. Y aclaro esto porque me considero parte de una prensa rockera que siempre escuchó Calamaro, desde los 80´s para acá (en realidad hasta antes de su “regreso”) y eso, creo, otorga a uno cierta capacidad para escribir estas líneas.
Antes que nada, quiero dejar en claro algo: FUE UN MUY BUEN SHOW. Ahora bien, mucho no me gustó. Presentando esas dos ideas claves, desarrollo algunas impresiones.
El del martes fue la segunda vez que Calamaro tocaba en un escenario salteño. La primera había sido en los 80, junto a Los Abuelos de la Nada. De eso da cuenta él en su blog, pero el dato vale mucho porque seguramente el 70% del público no existía cuando ocurrió eso. No es que Calamaro sea taaaan viejo, pero su trayectoria es dilatada. Entonces, creo que el repertorio elegido tuvo mucho de viaje en el tiempo. Aparecieron los temas que lo hicieron famosos en los últimos tiempos –que escuche hasta cansarme pero conozco muy poco- y también joyas de Los Abuelos (Mil horas y Costumbres), de su segunda etapa solista (Comida China, No es igual), de Los Rodríguez (Buena Suerte), y una serie de covers que buscaron conquistar a un público que desde hace bastante lo estaba esperando.
El público era bastante heterogéneo en cuanto edades, aunque el 80% eran… mee-nee-tasss!!! (léase el pomelesco “minitas”), y habían algunas veteranas, que seguramente habrán estado esperando Por mirarte o algún tema no apto para diabéticos de la primera época. Hubo caras gastadas, como la del Ministro Carlos Parodi (de Economía), otras históricas, como el ex corresponsal de Expreso Imaginario “Pepe” Epifanio, cantando exaltado desde la tribuna. Y mucha pequeña y gran prensa oportunista, esa que aprovecha el gran evento para zafar…
Y quiero volver a algunas imágenes sueltas. Debo reconocer que me sorprendió que toque Mil Horas, para mí, el primer gran momento de la noche. También me encantó que toque Nunca es igual, tema sólo entendido y cantado por un minúsculo grupo de gente. Y respecto a los covers (Jumpin´ Jack Flash, Get up stand up, Imagine y demás), me quedó una rara sensación, de no terminar de entender si era un sincero tributo, ganas de dar una clase con clásicos del rock o simplemente un gesto demagógico de quien necesita no ser olvidado como lo que era… una gran estrella de rock.
Que no se malentienda, no es necesario ser estrella de rock para andar bien en la vida, ni nadie le exige merca como sacramento, pero hay un claro deslizamiento hacia un campo mas pop, donde los referentes son otros: Vicentico, Calle 13, Shakira, etc… Y no es que Andrés no quiera, a veces uno es preso de su público (claro, y al público uno le da de comer). Resume todo eso cuando quiso hacer gestos con su pija (¿se puede decir pija?) y nadie le cazó el chiste, debiendo mandar a la mierda cualquier actitud provocadora, pasando sólo a gestos políticamente correctos.
Además, más allá de un sonido bien power, con 3 violas eléctricas y un bajista punkeado, tocó tantas canciones melosas que de verdad “volvieron los lentos”, convirtiéndose el campo en algo que nunca había visto en un recital: chicos bailando abrazados y comiéndose a besos toda la noche… Pero bueno, se entiende, JC parece que pega más que una pala…
En fin, sin ganas de polemizar, porque tampoco voy a caer en el extremos de comparar a Calamaro con Arjona, el saldo sigue siendo positivo, con un show que para un día martes convocó más de 5500 personas, con plateas y campo agotados, un buen sonido para lo que es el Delmi (sonar regular ahí ya es un éxito) y la gente enfiestadísima, algo que ayuda a que el circo crezca, algo muy necesario para una plaza (Salta) que tuvo años de sequías, algo que con el riesgo de productores comprometidos y un público que está aprendiendo a valorar este tipo de expresiones, de a poco va cambiando.
Sólo me queda flotando unas preguntas, para entendidos: ¿no comienzan a ver CIERTOS paralelismos entre Sandro y Calamaro? ¿Eso es bueno o malo? De todas maneras, y aunque no se si iría otra vez… QUE SE REPITA…