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Rock Salta
Entrevistas

Los libres pecan por ser libres

La banda estuvo en el NOA tocando en Palpalá y grabando un video en las Salinas Grandes. En esta charla exclusiva, Manuel Quieto habla sobre su nuevo disco y la evolución del grupo. Además, defiende su cuestionada amistad con el vicepresidente.

Mancha de Ro­lando es una de las bandas del momen­to: tocan todo el tiempo, en todo el país, convocando a un público rockero y adolescente; militante e histérico, que hace de cada show una mezcla no muy común por estos lados; pero que les permite llenar boliches y estadios en todas las ciuda­des donde se presentan.
El domingo 16 de septiembre, un día después de haber presentado su nuevo disco (Los Libres) en la ciudad de Pal­palá (Jujuy); los músicos y técnicos de Mancha de Rolando viajaron a Salinas Grandes para seguir con una modalidad que vienen implementando desde hace dos discos. “Ya tenemos hechos seis videos de diferentes temas del disco. Vamos a hacer un video de cada tema, en escenarios naturales. Queremos mostrar un poco lo lindo que es la Ar­gentina, los paisajes más hermosos del mundo”, cuenta su cantante, Manuel Quieto.

La banda, marcada por haberse mos­trado muy cerca del oficialismo nacio­nal, especialmente del vicepresidente Amado Bodou; gira durante todo el año por el país, pero no siempre puede to­marse el tiempo de recorrerlo. “De paso nosotros también disfrutamos estar ahí, ¿viste? Porque esto también es un poco de turismo encubierto -dice Quieto. Si bien viajamos todo el tiempo, está bueno el hecho de poder quedarse unos días en cada lugar. Ahora nos vamos para Mendoza, a un lugar arriba de la Cordillera, que se llama La Crucecita. Vamos a estar tres días ahí, en una casa de piedra donde no hay luz ni gas, va a ser una gran prueba para el temple de la banda. Y después seguiremos camino hacia el mar, a Esquel a un lugar que se llama La Hoya. Luego vamos a Us­huaia y al Valle de la Luna. Más allá de lo espectacular que es ir a esos lugares, estamos laburando con una gran cali­dad en las filmaciones, tienen tal fuerza las imágenes que los temas parecen aún mejores”.

Compartimos esos momentos con toda la banda, y pudimos dialogar so­bre muchos temas con Manuel. Música, política, amistad y el futuro de la ban­da, son sólo algunas de las cosas que repasamos en esta charla.

– ¿Cómo están viendo la reacción del público ante este nuevo trabajo?
– Mirá, recién me enteré que ya hay vendidos 6 mil discos, y recién tiene un mes en la calle en Buenos Aires; porque viste que siempre tarda un poco más en llegar al interior. Eso ya es importante en esta época donde no se venden tan­tos discos. Habla a las claras de que era un disco esperado y que la gente lo está comprando. Más allá de eso, estamos tocando los temas en vivo de a poco, porque tenemos muchos temas de otras épocas. No tocamos todo el disco nue­vo de un día para otro, creo que no co­rresponde. Con esos pocos temas que vamos tocando vemos que está muy presente en la gente el disco. También tiene muy buenas críticas que, si bien no es lo que más nos impor­ta, está bueno que sea bien recibido y que a los colegas les guste. Aunque no nos quita el sueño que eso pase, nunca está de más. Realmente estamos contentos con el disco que hicimos y de haber tenido la lucidez de no habernos apurado. Este trabajo lo empezamos a hacer en sep­tiembre de 2010, hace dos años. Pero debido a la gran cantidad de recitales que teníamos programados y que se fueron agregando… En todo el 2011 hi­cimos cien shows. Entonces decidimos que en lugar de volvernos locos por terminarlo, lo íbamos a hacer cuando exista el tiempo para hacerlo. Y eso fi­nalmente ocurrió dos años después. La verdad que festejo esa decisión porque no hubo ningún apuro de nuestra parte. No nos dejarnos llevar por los tiempos de la industria sino por nuestros propios tiempos y los tiempos de la obra. El dis­co tenía que madurar y tener su tiempo de reposo. Además, fueron apareciendo temas nuevos que fueron desplazando a otros, las más fuertes fueron quedando, también fueron apareciendo invitados y gente amiga que se fue sumando al disco, como los chicos de La FranelaTan BiónicaOsky de la Bersuit. Se fue dando una cosa muy natural, ¿no? Esto debería ser siempre así, pero no lo es.

– Hace poco, Ricardo Mollo nos dijo que prefiere comerse una puteada por tardar que comérsela por hacer las cosas apurado (ver Rock Salta Nº 10).
– Es una gran verdad, voy a tomar esa frase porque realmente es así. A noso­tros nadie nos apuró pero como que ha­bía también una ansiedad por sacar un material nuevo. Se dieron los tiempos justos así que tenemos una felicidad tremenda.

– Es el primer disco con la actual formación. ¿Cómo se acoplaron Ale­co Willis y Matías Sobrado ante la ida del Tano y el Conde?
– La verdad que muy bien. Primero fue Aleco, que empezó a tocar en junio de 2010 y en septiembre ya estaba gra­bando Los Libres. No le dimos tiempo para nada y lo hicimos grabar (risas). Y lo mismo con Matias, que además participó en la composición, porque ese pibe es un genio, tiene mucha música adentro desde muy chico y me ayudó a terminar algunas canciones. Yo tenía temas por la mitad, los iba tocando y no les encontraba la vuelta. Por ahí el me mostraba una parte que iba perfec­to, me ayudó mucho a resolver temas que quizás lo hubiese resuelto recién el disco que viene (risas). En vivo somos una banda muy sóli­da, esta formación de quinteto ya está súper afianzada. Pensar que ya tenemos más de 160 shows a pesar del corto tiempo.

– ¿Creés que salió fortalecida la banda tras estos cambios?
– Y sí. Nosotros, básicamente, tuvi­mos una ruptura humana con los otros integrantes. Ya habíamos hecho mi­les de shows, giras por España, Cuba, Sudamérica, todo el país. Sufrimos un desgaste importante. Era separarse o se tenían que ir. Por suerte no nos se­paramos, yo lo tenía como una opción muy triste, pero no llegamos a ese lími­te. Imaginate que, además de grandes músicos, Ale y Mati son una maravilla desde lo humano. Al ser conscientes del conflicto por el cual entraron, también están pendientes de no repetirlo. Ahora cuidamos mucho el grupo humano, los tiempos de cada uno. La prioridad de la banda es pasarla bien y no volvernos locos, no apurarnos tratando de obtener logros. La ambición, el stress y los ner­vios a veces te llevan a tomar decisio­nes con las que no todos están de acuer­do. Ahora estamos cuidando mucho ese tema, con mucho trabajo interno.

– Presentaron Los Libres en Palpa­lá, en una provincia (Jujuy) con la que tienen mucha conexión. Allí gra­baron el video de “Arde la ciudad”. En el de “En la altura” hay imágenes de todo el NOA. ¿Qué les produce ve­nir a estos lugares?
– En lo personal, viajé al NOA por primera vez con mis padres, cuando tenía 10 años. Hice un viaje muy lar­go en auto, quedándonos muchos días en cada ciudad y quedé enamorado del lugar. Ya me venían contando mis vie­jos lo que era, y cuando fuimos un poco más grandes para entender, nos lleva­ron y ahí pasó todo. Además, mi mamá tiene familia en Belén, Catamarca, y mis antepasados son de ahí, por lo que cada vez que pude me fui de vacaciones a esa zona.
También tenemos una gran amistad y queremos mucho a Carlos El Perro” Santillán, tenemos muchos amigos por la zona. Además, el NOA tiene uno de los paisajes más lindos del mundo. Y no lo digo yo sino miles de turistas de todos los países que quedan impactados por los paisajes y por la energía. Noso­tros no somos ajenos a eso, nos pasa lo mismo. Por eso siempre que se puede estamos acá. Ahora tuvimos la posibi­lidad de filmar y de llevarnos imágenes de este precioso lugar que son las Sa­linas.

– ¿Tenés contacto o conocimiento de las acciones que lleva a cabo Mila­gro Salacon la Tupac Amaru?
– La verdad que no, desconozco del tema. Yo no estoy interiorizado, nun­ca pude conocerla ni conocer las cosas que hace. Sí te puedo decir que un día estaba caminando por Jujuy, ahí por la zona de los Galpones Recuperados, y vi una pileta, que es de la Tupac. Bajé y saludé a los muchachos, que me in­vitaron a tirarme. Me quedé un rato tomando mate con ellos, justo estaban pintando unos carteles y me fui. Des­pués esos muchachos vinieron al reci­tal en un boliche, pero nada más. Ma­canuda esa gente pero no puedo decirte mucho más. Igual me gustaría conocer más y aprender un poco lo que se está haciendo. A veces uno no tiene mucho tiempo, pero yo trato de a los lugares donde voy, ir aprendiendo un poco las cosas que pasan.

– Sos un tipo comprometido desde la música y el discurso. ¿De dónde viene esa militancia?
– Mi familia es una familia de lucha­dores. Yo tengo dos tíos, Carlos Ro­berto Quieto, que están desaparecidos. Son hermanos de mi padre, quien los buscó incansablemente durante años. Ellos continúan desaparecidos y son el orgullo de nuestra familia. Desde chico escuché esas historias y las viví de pri­mera mano, porque estaba en brazos de mi tío Roberto cuando se lo llevaron, cuando lo secuestraron en el año 75. Yo podría haber sido un chico apropiado por militares, por suerte no lo fui por­que mi tío me entregó en ese momento a mi mamá y sólo se lo llevaron a él y no a los demás, como todos creíamos que iba a pasar.
Por supuesto que eso siempre está presente en las letras de la banda, está en mi memoria y lo traslado a las letras que escribo. Después, siempre trato de pronunciarme sobre las cosas que creo que son dignas de levantar una bande­ra. No es que estoy todo el tiempo pen­diente de eso ni que soy 100% político. Elegí dedicarme a la música, pero tam­bién tengo mi costado militante, como cualquier persona que está informada y sale a defender las cosas que cree que vale la pena defender. Nunca me quedé callado ante una injusticia y trato de uti­lizar todo el peso de la banda y el mío personal para defender las cosas que creo que son justas. Eso siempre me llenó de orgullo y nunca me dio ningún problema, me parece totalmente lógico que lo hagamos. Como te decía, tengo dos tíos que han perdido la vida por hacerlo, como tantos otros en el país y aún más en América. Como no lo voy a hacer yo que tengo la suerte de tener un grupo masivo y con buena llegada para decir las cosas, desde un punto de vista poético, no panfleto.

– En Viaje y Espíritu hay mucha le­tra militante y muchas hablando de la libertad y el rock como filosofía. ¿Fueron tal vez de los puntos más altos de la banda y tuyos a nivel com­positivo?
– Sí, creo que sí. Y también creo que este nuevo disco es la mezcla de esos dos que decís. Es un balance entre am­bos, así lo venimos viendo con Franchi (Barreiro, guitarrista) y Carlitos (Báez, bajista). Creo que Viaje Espíritu fueron puntos altos en lo compositivo y también en el mensaje. De hecho, actualmente nuestros shows se basan un 70% en esos discos y un 30% en el resto. Ahora Los Libres le va a pelear protagonismo, me parece. Pero sin du­das son dos puntos muy altos en nuestra carrera, comparto plenamente.

– ¿Te molesta que te remarquen todo el tiempo tu inclinación política hacia el oficialismo?
– No, para nada. Primero, tengo que decir que a mi nadie nunca me ha dicho nada. En la calle es todo amor, cariño y apoyo por parte de la gente. En cuanto a internet, no estoy muy interiorizado en lo que se dice. Pero realmente, no por desmerecer la opinión de los demás, no me importa mucho lo que digan de mis opiniones.

– Sos amigo de Boudou, en su mo­mento compartiste muchas cosas con el Perro Santillán. ¿Qué opinas de las palabras del Indio, donde dice que el artista no debe ser militante?
– La verdad que no lo leí, pero todas las opiniones son válidas. Tampoco sé si habrán sido tan así las declaraciones. Igual yo creo que el Indio Solari es in­discutible, su posición siempre lúcida es uno de los grandes orgullos que te­nemos en la música argentina.

– Hace un tiempo, en una entrevista que le hicimos a Germán Daffunchio, dijo que “hay bandas que se hacen las resistentes y terminan tocando con el vicepresidente”. Si no me equi­voco en algún momento también hi­ciste mención a él.
– Mirá, yo creo que estas polémicas no le hacen bien a nadie, Más allá de alguna calentura que pueda tener ese señor o alguna opinión encontrada con cosas que podamos pensar nosotros, no hace bien andar haciendo declaracio­nes de ningún tipo bardeando a otro. Yo no lo conozco personalmente, debe ser buen tipo. No tengo mucha idea, al­guna vez me comentaron pero no le di bola. Imaginate que si uno tendría que ponerse a pensar en las declaraciones que puede hacer cualquier salame que habla, no tenés ni tiempo de contestar. Pero esto es lo lindo de la libertad de expresión y de poder tener, todos, po­siciones contrapuestas. Está todo bien, estamos todos en la música. Acá ima­gínate que opinan los rockeros, los fut­bolistas, los drogadictos, los de Gran Hermano, qué sé yo. Eso es lindo, después uno sabrá a quién escuchar y a quién darle bola.

– En una época tenías una cuenta de Twitter donde interactuabas con tus seguidores. Mucho cariño y tam­bién mucho cruce con la gente.
– Realmente la tuve que cerrar por acoso periodístico de personajes nefas­tos de La Nación Clarín, tipos que todo el tiempo estaban buscando cosa que un humilde músico de rock de mi­tad de tabla podía llegar escribir, para polemizar en sus diarios. Me parece que hay que trabajar un poco más, ¿no? Si vos transcribís lo que pone un tipo en Twitter y lo convertís en noticia, así somos todos periodistas. Decidí cerrar­la para que hablen de otro y no de mí. Ahora la abrí de vuelta para reírme con amigos, para tirar buena onda a algu­nos fans. También, no nos tenemos que olvidar que el año pasado fue un año de elecciones: estaba todo muy cargado y la gente estaba muy violenta. Incluso colegas que pueden tener declaraciones desafortunadas por el ambiente caldea­do. Ahora ya está todo más tranquilo, de otra manera, ya está. Pero el año pasado había una especie de caza de brujas.

– Igualmente, me imagino que como hay periodistas que hacen esas cosas, hay muchos del ambiente del rock a los que respetás por lo que hacen.
– Pero claro, si en estos días estamos grabando en casa (N. de la R: Manuel vive en Del Cielito Records), el disco de blues del gran Claudio Kleiman. Él es muy amigo mío, soy muy amigo del Bebe (Contepomi) también, y de un montón de periodistas que son gente que respeto. Realmente respeto a todo el mundo, trato de no entrar en ninguna polémica. Imaginate que tengo el enor­me placer de salir a tocar canciones que hice con el corazón, que la gente las cante conmigo, de tener una vida hermosa y muy ligada a lo artístico, de tener grandes amigos y una familia her­mosa. No me nubla ni por un segundo esta felicidad y mi camino cualquier crítica, ya sea de un colega o de algún periodista. No logran sacarme del eje.
Yo pienso las cosas antes de decirlas y pienso las canciones antes de hacer­las. Una vez hechas, al que no le gusta se la tiene que comer igual, así como yo me como las palabras de cualquier salame que de repente lo tengo que es­cuchar o leer. Pero siempre con alegría y buena onda. Todos somos diferentes y podemos pensar diferente. Ojo que también están los tipos que son terrible­mente picantes en sus declaraciones y cuando te los cruzás miran para abajo. Caso como este señor que me nombra­bas recién, a quien no conozco perso­nalmente, pero siempre que me cruza mira para otro lado (risas). Capáz que se valentona con un grabador, con un periodista. Igual está bien, podemos es­tar en desacuerdo pero hay muchos que me critican y cuando los saludo se que­dan sorprendidos, pensando que yo es­taba re caliente con ellos. No entienden que no es personal, personal es cuando te tocan a la familia. Si no te gusta que esté con el vicepresidente, qué sé yo, cosa tuya.

– Te asociaste con Alvaro Villagra para trabajar en un estudio con tanta historia como Del Cielito.
– Si, hicimos esa adquisición.

– Me imagino que es el lugar donde cualquier músico querría trabajar. ¿Estás en el rol de productor o sim­plemente administrando?
– No, nada. No tengo tiempo para meterme en ningún proyecto musical que no sea el mío, no me da la cabe­za. Y tampoco considero que pueda yo opinar o trabajar sobre obras de otras personas. Yo tengo más o menos claro lo que podemos hacer con las obras de mi banda pero no me atrevería a meter­me en otros discos. Además no me da el tiempo ni la cabeza para meterme a trabajar con otra gente. Algún día, tal vez lo pueda hacer. El estudio tiene un manager y un ingeniero que trabajan ahí. Yo lo uso como quinta, como sala de ensayo y como estudio para grabar nuestras cosas o cosas que tengo ga­nas de hacer, como el disco de Ricardo Soulé, algunas cosas con los Dulces 16. Gustos que me doy, ¿viste? Des­pués me dedico a ver Beto Casella, a comer y a dormir. El resto del tiempo, estoy de gira.

– Sos amigo de Iorio, de Calamaro, tenés una buena relación con La Ren­ga. ¿Te sentís un tipo querido en el ambiente?
– Si, realmente sí. Y eso es mi mayor orgullo. Soy amigo de la mayoría de mis ídolos y me siento respetado por un montón de músicos que admiro muchí­simo. Eso, desde el vamos, garpa todas las penurias, las poquísimas penurias que uno puede haber tenido en algún momento. Ya con el hecho de sentir ese cariño y respeto me siento realizado. Yo tengo buena onda con todos, nos conocemos. Por eso te decía que andar haciendo declaraciones que este está con aquel, que este hace lo otro… si es todo lo mismo. Yo te puedo decir que todos esos que se quejan después tocan para el Estado y le cobran el doble. Es la posta. Este señor Daffunchio, como para devolver las declaraciones, si su show sale 60 lucas, al Estado le pasan 120. Entonces, ¿qué querés que te diga? Si el problema es que yo sea amigo del vicepresidente, te digo que soy recon­tra amigo y lo re banco, porque es una gran persona y un gran profesional. Un tipo honesto que trabaja y que, en vez de estar tirado en su casa como cual­quier otro boludo, está tratando de so­lucionarle la vida a 40 millones de ar­gentinos. Te lo digo porque me consta que trabaja hasta las doce de la noche, trabaja un montón. Si algunos no lo en­tienden o no les gusta, qué sé yo, cosa de ellos.

– Hace unas semanas hablaste con Clarín, en una nota que se comentó mucho por lógicas razones. ¿Sentiste la necesidad de hablar y aclarar tu postura o se dio naturalmente?
– No, me llamó ese muchacho (N. de la R: el periodista Gustavo Bove), que lo conozco porque trabaja en la Mega, me llamó en ocasión del disco nuevo. Mirá, cuando sacamos un disco lo mandamos a los medios para que lo escuchen y luego recibir a los medios que estén interesados en charlar de eso. Ya sea Clarín, TNLa ViolaCanal 13 Rock Salta. Cualquiera que recibió el disco y quiere hablar con nosotros, lo vamos a recibir como profesionales de la música que somos. Hablamos del disco con todo el mundo y bueno, des­pués siempre hay ese tipo de preguntas que tienen que ver con la política que a mí ni me molesta contestarlas, me en­canta hacerlo. Me parece muy bien que esté el debate, que exista gente que esté en contra. Clarín fue como cualquier otro medio, como ustedes, que tuvie­ron la deferencia de escuchar el disco e interesarse en hacernos una entrevista para hablar de música y otras cosas. Yo me siento honrado que eso pase. Ade­más salió bastante bien, salvo el título (“Yo saludo a Cristina y también leo Clarín”), que no recuerdo haberlo di­cho (risas).

– Culpaste al editor por eso.
– Si, fue el editor, que no encontró una declaración acorde y dijo “Pongo esto”, pero yo no recuerdo haberlo di­cho. Pero bueno, son pequeñas pavadas que basta con aclarar que uno no lo dijo y ya está, pasamos a otro tema.

– Son una banda que desde el prin­cipio grabó muchos covers: Creeden­ce, Serrat,Pappo, Vox Dei, La Vela Puerca, Calamaro o Los Fabulosos Cadillacs. En Jujuy hicieron algo de Charly. ¿Se vendrá algún disco de covers?
– Sí, sí. Mirá, te cuento: hace unos días en Del Cielito grabamos y fil­mamos sesenta canciones. Cincuen­ta temas de la Mancha y diez covers. Tenemos una gran cantidad de covers grabados esperando ver la luz en algún momento. Puede ser en un disco de co­vers, como también puede ser mecha­dos en discos de canciones nuestras, como venimos haciendo.

– Se sienten cómodos versionando. ¿Tiene que ver con esa madurez y profesionalismo que lograron?
– Sí, antes que nada son canciones que nos gustan, por eso decidimos versionarlas y hacerlas lo mejor posi­ble. Buscarles la vuelta para que sue­nen bien y que el alma de la canción esté representada; además de darle un toque personal. Yo estoy conforme con los que vamos haciendo y te digo que hay versiones que tenemos grabadas de Seru GiranSpinettaPappo, hay de todo.

– ¿A cantar en inglés te animás?
– No, no, por eso traducimos hace años la versión de “Lodi”, de Creeden­ce, o más acá en el tiempo las de “My Back Pages” de Bob Dylan o “Handle With Care”, de los Traveling Wilburys, que quedó muy buena pero no entró en el último disco.

– Hace mucho que no están en Cos­quín Rock y la gente del norte lo nota. ¿Por qué se da eso?
– La verdad es que nosotros toca­mos muchísimo todo el año, y durante el verano aún más. Y lo que pasa con Cosquín es que la grilla se define poco tiempo antes. Y nosotros, cuando llega la invitación o la propuesta, siempre tenemos cerrado con otro lugar. Nos pasó los últimos tres años. Esperamos hasta último momento antes de confir­mar otros shows para poder tocar en Cosquín, pero como no nos confirman tenemos que cerrar en otros lugares. Y cuando nos llaman ya estamos compro­metidos con otra gente. Pasa eso.

– Hace años tocaron en Cuba y en España, y dijeron que les encantaría tocar en Rock al Parque (Colombia) o Vive Latino (México). ¿Les gusta salir a tocar fuera de Argentina?
– Sí, pero no lo buscamos. Si se da, se da. Estuve en Colombia y me reuní con la gente del Rock al Parque, pega­mos buena onda y quedamos en hablar para ir allá. Pero a veces, como te decía con Cosquín, tenemos intenso trabajo en Argentina, por suerte. Tocamos un montón y a veces no hay tiempo para irse dos o tres semanas a hacer una gira por bares y hacerse de abajo, desde cero en otro país. Ojo que a mí me encanta­ría, si estuviera al pedo iría porque me encanta tocar en bares pero a veces no existe el tiempo para irse tanto tiempo a tocar en otro lado. Y la verdad que ir por un solo show, no lo vamos a hacer nunca. Si vamos a hacer una gira, va­mos. Cuando fuimos a Cuba hicimos once recitales y este año tuvimos la in­vitación para volver, estamos viendo de acomodar los tiempos. Es un lindo gran problema. Tenemos sesenta recitales comprometidos desde acá hasta abril, así que no hay manera. Si el tiempo sobrara haríamos de todo, pero bueno; hay que ponerle huevo a lo que uno eligió y cumplir con los compromisos ya contraídos. Hay muchos shows por delante y un disco nuevo por presentar. No me quiero dispersar con esas cosas (risas), yo prefiero tocar acá.

* Entrevista publicada en la Revista Rock Salta Nº12 (octubre – noviembre 2012).

RevistaRockSalta 12