El libro se publicó en 2006 y fue reeditado en 2018.
Como en las tapas de Artaud, Don Lucero o Un mañana en la portada de este libro no hay fotos de Luis Alberto Spinetta. Hay un ser extraño dibujado por computadora por el propio artista. Ninguna decisión marketinera. Martropía es, definitivamente, un libro spinetteano.
Martropía es un libro de conversaciones con Spinetta. Su primera edición se publicó en 2006. Fue escrito por Juan Carlos Diez y resume cinco años de encuentros con el Flaco. Quizás un antecedente directo sea Crónica e iluminaciones, el largo reportaje que escribió Eduardo Berti a fines de los 80.
Las diferencias entre ambos libros se notan. Crónica e iluminaciones fue durante años una guía para el fan. Martropía revisa el mismo formato y lo lleva a un plano más íntimo y profundo. Donde Berti surge como un joven inexperto, medio atemorizado por la presencia de Spinetta, Diez aparece como un amigo al que el Flaco le cocina, lo invita a los ensayos y le ofrece hasta el silencio de la sobremesa. Al ser el primero, Berti hizo lo que hubiese hecho cualquier otro en su lugar: preguntar desde los mitos hasta los detalles más nerds. Diez, en cambio, repasa la carrera de Spinetta a partir de un lugar distinto, más reflexivo, donde muchas cosas ya se dan por sentadas. La lista de canciones que se mencionan en la charla (ver al final de este artículo) da cuenta de esa característica.
En Martropía no están las voces de amigos y ex compañeros de bandas para ayudar a redondear aspectos de la vida y la carrera de Spinetta. Los personajes secundarios aparecen en textos breves que funcionan como separadores, retratos de la vida cotidiana del Flaco. Entran y salen discutiendo sobre los Beatles o haciendo asado. A veces ni siquiera hablan. Sólo están ahí para compartir un momento. Ese es el clima que atraviesa todo el libro. El lector puede llegar a imaginar que Spinetta habla mientras pica verduras o toca una guitarra acústica de manera distraída.
Antes de pasar al breve reportaje con Juan Carlos Diez hay que decir que Martropía fue reeditado por Aguilar a fines de 2018. Lo bien que hicieron: se trata de un magnífico ida y vuelta de casi 300 páginas que en su momento había pasado inadvertido. Estuvo fuera de las librerías durante un tiempo, hoy es posible conseguirlo. No se dejen estar.
– Cuando vi la tapa de Ya no mires atrás enseguida me acordé de tu libro. ¿El dibujo de ese disco es uno de los que él te había pasado y vos descartaste? ¿O el Flaco hacía muchos en un estilo similar, algo así como un concepto desde Don Lucero en adelante?
– ¡Yo también me acordé de mi libro al ver la tapa del CD! Pero no, nada que ver. El Flaco me dio tres dibujos totalmente diferentes y yo elegí el que es la tapa. Yo le decía a Luis que Don Lucero era un primo del que usamos en la tapa. Eso dio lugar a que al cabezón de la tapa le pusiéramos un nombre secreto por pura diversión.
– ¿En qué lugar te ubicaste a la hora de pensar las preguntas? ¿Tuviste en cuenta a Crónica e iluminaciones para no repetir algunos temas?
– Soy un fan del Flaco de toda la vida pero también soy un escritor y periodista y para hacer este libro apelé a estos recursos como es lógico. Si no hubiera sido un libro informal sin ninguna objetividad ni valor más allá de la cholulez. No tuve en cuenta ningún libro. Sólo tuve en cuenta lo que yo quería hacer con el mío.
– ¿Qué te dijo el Flaco cuando lo leyó?
– Me alentó y apoyó mucho. Fueron más de cinco años de encuentros, imaginate que si no le hubiera interesado no hubiera pasado de un rato. Estaba orgulloso y encantado.