Entrevistas

Nito Mestre

El ex Sui Generis estuvo en nuestra ciudad cerrando el ciclo Cultura da la Nota. Antes de su show con la Orquesta Sinfónica de Salta, charló con RS sobre su presente, los proyectos y la responsabilidad de los artistas profesionales.

“Tocar con orquestas es mi punto alto, tengo que mostrarlo»

Carlos Alberto Mestre está sentado en una gran sala de conferencias de un hotel caro del centro y a su alrededor sólo hay tres personas que lo miran y toman nota mientras le preguntan si ya probó empanadas salteñas y que qué le parece la gente de acá; lo de siempre. Se desocupa, la asistente de prensa nos presenta y le pregunta si quiere un poco más de agua: Nito parece un poco cansado y no va a sacarse los anteojos por más que no haya sol alguno dentro de la sala. Llegó a nuestra provincia el martes 30 de noviembre, unos tres días antes del show con la Orquesta Sinfónica de Salta que cerró “Cultura da la nota”, el gran ciclo musical que, esperemos, se repita el año que viene. Estuvo ensayando con los músicos locales por las noches con un Teatro Provincial vacío y pudo constatar el sabor del profesionalismo musical: “cuando tenés una buena orquesta tenés la ventaja de que los arreglos van a salir bien. Si la orquesta es buena, ya en la primera lectura en teoría sacan todos los temas, y los de acá lo hicieron bien.” El de Salta fue un show sinfónico, otro más en la carrera del ex Sui Generis. En septiembre de 2007 Nito filmó y grabó junto a la Orquesta Sinfonica  y el Coro de la Universidad de San Juan material que quedó registrado en un DVD y un EP editados en 2009 llamado Flores en Nashville.

– No sos el director general pero de alguna manera comandás la orquesta porque son tus canciones y aparte cantás, ¿te considerás un tipo jodido al momento de “dirigir” una orquesta?
– Si… o sea, no es que sea jodido pero en la medida de lo posible, tanto yo como los músicos y el arreglador si noto algo que no suena bien automáticamente se lo digo al director, igualmente son cosas totalmente usuales y normales. Como bien dijo Michael Jackson en su último DVD, cuando ensayan el  último show están haciendo una rutina y vos te decís “uy, ¡ahí se equivocaron!”; entonces Michael dice “los ensayos están para eso, para equivocarse”. Ahí tenés que terminar de afilar las cosas. Las cosas hay que hacerlas lo mejor posible.

-¿Cómo llegaste al encuentro de tus canciones con una orquesta?
– En realidad esto viene de hace tiempo porque cuando empezaba a tocar con Sui yo ya tocaba en una orquesta sinfónica: Después, en el 93 fui a grabar a los Estados Unidos unos temas que tenían unos arreglos sinfónicos: o sea la idea siempre está cuando dan los temas para hacerlos. La idea de seguir haciéndolo viene desde hace rato porque me es afín tocar con la orquesta sinfónica. La idea de Flores en Nashville surgió porque en el 2005 fui a tocar a San Juan con un ensamble de cuerdas, entonces el director de la orquesta de allá se me acercó y me propuso tocar con la orquesta entera. Y después, como ya teníamos los arreglos hechos, volvimos a repetir la fórmula en Canal 7 con Juan Alberto Badía. Volvimos a San Juan, fuimos a Mendoza y ahora en septiembre pasado lo hicimos en Bahía Blanca. En el verano estamos viendo de tocar en Mar Del Plata. Hay muchos lugares que tienen orquesta propia y estamos viendo de hacer factible eso, tanto acá como afuera. El próximo lugar quizás sea Chile pero eso será a finales del año que viene. Es algo que lo hacemos no todos los fines de semana: esto se planea y se hace con tiempo y se lo podría hacer cada dos meses por ahí.
– En tu vida artística desfilaron desde Charly García pasando por Ciro Fogliatta, la Negra Sosa, Silvina Garre, hasta el chileno Beto Cuevas, entre otros tantos ¿Te queda alguien más con quien tenés ganas de tocar?
– Desfilaron miles, pero seguramente hay varios que me gustarían. Quizás son algunos utópicos de afuera, aunque ya después de haber sido telonero de Paul McCartney en el 93 es como que ya tengo medio sueño del pibe cumplido. Igualmente para hacer cosas uno siempre se pone una meta a seguir: mi meta en estos momentos ronda en esto de empezar a mostrar las cosas con la Orquesta Sinfónica, porque es un punto alto de mi carrera y quiero mostrarlo. No se trata de decir “bueno, lo hice una vez y ya está” porque lo divertido es seguir haciéndolo y no dejando de lado las tocadas con un trío o un cuarteto acústico, porque es encantador y es otra cosa. La ventaja es que cada día las fichas se van cambiando de lugar: me gustaría cruzarme con otros músicos de otros países para grabar, algo que se va a ver reflejado en mi próximo disco.
 
– En agosto del año pasado conmemoraste treinta años de carrera solista realizando un concierto en el Teatro Ateneo con grandes invitados, en este año realizaste tu primera gira por España para luego presentarte en varios países de América, ¿qué nos prepara la vida de Nito para el año que viene?
– El nuevo disco, tengo demos, algunos grabados y otros casi por terminar: hay muchas cosas que quería poner y van a estar en este disco como pequeñas tendencias de hacer ciertos estilos de música latinoamericana y hacer temas de otros compositores, al estilo intérprete.
 
– Tu última participación en un disco ajeno fue en El desembarco (2011) de León Gieco, producción que también contó con las participación de Charly y María Rosa Yorio, dos viejos compañeros de ruta tuyos, ¿hay alguna posibilidad de volver a ver a Porsuigieco o Sui Generis sobre un escenario nuevamente?
– Bueno, con Charly cantamos juntos hace unas semanas en el Gran Rex en los shows que está haciendo ahora, pero en este momento no ando pensando en una tocada juntos como algo exclusivo y formal de Sui aunque sí podría ser más cercano porque con él me llevo fenómeno y somos dos, distinto a una banda con cinco integrantes. La juntada de Porsuigieco fue por idea de León: me llamó un día y me propuso grabar unos temas, lo mismo hizo con Charly, María Rosa y Raúl Porchetto… pero eso no es Porsuigieco, eso es el disco de León donde nosotros estábamos de invitados. Para que Porsuigieco vuelva formalmente habría que rearmar las cosas y es otra historia ya; León está presentando su disco, Charly está de regreso y yo ando presentando mis cosas, esto lleva su tiempo.
 
– En una entrevista cuando te pidieron que les dijeras algo a los jóvenes que recién empiezan en la música, respondiste: “que se cuiden mucho la salud porque es la mejor manera de llegar lejos”. ¿Hasta qué punto la salud es importante en los músicos de hoy en día teniendo en cuenta lo que pasó Charly o está pasando Gustavo Cerati?
– Es un punto fundamental. Muchos lo toman como si fuese algo pasajero. Te pongo un caso: por ejemplo en Estados Unidos, lugar donde se forman bandas de rock a cada rato, se ponen avisos en los diarios buscando bajistas, cantantes, etc. y te especifican en el aviso mismo “no alcohol ni drogas”. O sea, no tenés trabajo si no respetas eso. Si yo tuviese que contratar a un músico que me llega media hora más y chupado de más le digo que no y pido que pase el siguiente porque, ¿para qué lo quiero? Esto es una cosa que muchos interpretan “Eh, pero deja de ser divertido así…” y no, es muy poco divertido tocar con tipos que están dados vuelta, me ha pasado. Y es muy aburrido para el que lo está mirando y para el que está compartiendo el escenario, es medio deplorable. Igualmente vos podés hacer de tu vida lo que quieras pero si querés hacer algo profesional, bueno, cuidate y si llegas a tener un problema de adicción – cualquiera lo puede tener, yo lo tuve con el alcohol y lo he dejado – tratás de dejarlo de lado pidiendo ayuda a otras personas y lo lográs.
En la práctica realmente ningún productor quiere que venga un tipo dado vuelta al estudio y haga perder a toda la banda una hora porque está en pedo y se fumó dos porros. La efectividad se pierde mucho, un tipo dado vuelta no toca igual que un tipo sobrio: hay muchos que piensan que si se toman un par de cosas o se dan un saque de algo van a tocar mejor, yo no creo que vayan a tocar mejor y si lo hacen es porque ellos ya tocan bien desde antes. Entonces tocan pese a eso porque sin eso tocan bien. ¿A vos te parece que los Rolling Stones viven dados vuelta como una media? Keith Richards no toma nada hace quince años, ni se cambió la sangre ni nada de eso, son todas cosas inventadas que dejan fluir por marketing. Si querés chuparte todo, hacelo y divertite; total hay miles de bares para ir a cantar karaoke, pero esto es algo profesional.
 
– ¿Te considerás un fanático de la música extranjera? Este año declaraste que “si hay o no hay plata, el argentino va a gastar igual en entradas caras. En otros países no sucede. Lo de Roger Waters, creo que ni él mismo lo puede creer”.
– No es que sea fanático sino que estoy a favor de que vengan grupos de todos lados del planeta. Nosotros somos un país abierto: cuando nos cerramos a que eso suceda no nos va bien. En épocas militares cuando se empezó a prohibir que vengan bandas o que se pasen determinados temas en la radio nos fue mal. Que vengan grupos constantemente es bárbaro y a parte a nosotros se nos exige más todavía porque tenés que hacer un mejor espectáculo porque la comparación está ahí: nosotros tenemos un nivel musical, de público y cultural muy alto.
Lo de Roger Waters es un fenómeno extra porque se corrió la bola de “el que no va es un tarado”…Waters no está cantando como lo hacía antes, ves algunos videos y te das cuenta.
 
– ¿Vas a ir a verlo más de dos veces? Acá hay gente que lo va a ir a ver tres días…
– Si voy, pero sólo un día, ¿para qué tanto? Un día es suficiente ya (risas).