Perro Ciego cerró el ciclo 2010 de los «Acústicos de Cerveza Salta». La cita fué en la Casa de la Cultura, con entradas agotadas. RS estuvo ahí y te lo cuenta.
Por Pablo Choke Torramorell – pchoke@rocksalta.com
Fotos: Violeta Gil – vgil@rocksalta.com
El Gran Acústico
Primer día del último mes. “Día histórico en Salta” anunciaban por la mañana temprano en alguna radio que sonaba por ahí. A partir del primer día de diciembre empezó a correr la ordenanza Salta 100% Libre de Humo ideada y manipulada por algún concejal. Respecto a esto más de uno se empezó a preguntar cómo iba a ser de acá en adelante todo espacio destinado para el ocio nuestro de cada día: boliches, cines, restaurantes, confiterías, pubs y, lo que más nos incumbe a los del palo del rock y las movidas por el estilo, los shows. No al vicio me pongo aquí a contextualizar la – por ahora – última tocada del año de los muchachos de Perro Ciego: muchos vieron afectados (ya sea de una escala mayor o menor) sus posibles presentaciones en lugares cerrados por el tema de la prohibición del cigarro: Ahí nomás en la Casa De La Cultura, al entrar por la puerta principal te entregaban un folleto que hacía alusión al tema del día, aparte de que se cerraba un gran ciclo de acústicos organizado por la Cerveza Salta claro está. Salteando a la folletería me dí de cabeza con una sala Mecano ocupada sólo por un mínimo puñado de gente que hacía de sombra a los Perro mientras ensayaban el Boogie antes de que se bajen de escena, pregunten si se escucha bien por el medio y se vayan a cambiar para salir a tocar. “¿Quién afina esta viola?” dice un plomo desde el escenario apuntando con la cabeza a otro plomo, ya cuando el escenario se encuentra vacío de perros y sólo quedan sus instrumentos durmiendo. “Apuren muchachos que ya tenemos que hacer entrar a la gente” dice otro desde abajo mirando la hora desde su celular. Efectivamente, ya se hacía la hora de ingreso y sólo faltaba afinar una viola acústica, la del Gamba Aguilera que comenta “llevála allá para afinarla” dirigiéndose al plomo mientras encamina hacia el costado del escenario.
Listo, desparecen todos y a la vez aparecen todos. Los primeros en llegar, antes de acomodarse en las butacas deciden inspeccionar el terreno de la Mecano para empezar a marcar presencia: trapos pintados a mano empiezan a maquillar la escena visual y ahí llegan más trapos. Uno hace de “escalerita” al otro para que éste tenga más altura y cuelgue su trapo en un lugar casi privilegiado. Otro más decide sentarse y guardar lugar para sus amigos. Y otros, ya sentados, deciden empezar a debatir sobre cómo será el show; ven una viola eléctrica y una batería en penumbras y disparan “no va a ser acústico ni a palos, ¿en dónde están las acústicas y el cajón peruano?”, el otro responde afirmando lo dicho y justo vuelve a aparecer en escena el plomo con la acústica del Gamba ya afinada para dejarla en su lugar. Los que hablaban ahora dicen que capaz que hacen un par de temas acústicos y así. “A los globos, a los globitos” dice uno del fondo al momento que empezaron a circular entre todos los sentados unos globos celestes y blancos para “pasárselos entre todos” a modo de una amena espera. Empiezan los silbidos y los aplausos apurones para que arranque el show y me doy cuenta que la sala se encontraba repleta de gente que ocupaban hasta los pasillos. Se apagan las luces y se empiezan a ver sombras. Son el Salchi Dique, el Gamba Aguilera (ambos con sus acústicas en mano) Leo Goldstein (en teclados) y Leandro Escobar (en armónica) que se sientan en banquitos por una mitad de la escena; del otro lado están el Pelado Vega con su bajo blanco y Esteban Cardenas en la percusión; en el medio se sienta detrás de la batería el Jopo Zenteno y todo indica el arranque.
El set list básicamente es un recorrido por los cuatro discos de la banda haciendo un gran hincapié en Pelafustán, la última producción, ya que lo tocaron en su totalidad: Arrancaron con seis temas del último disco y durante este primer momento se escuchó Estabas Ahí para que todos vuelen un rato y la canten desde principio a fin: el cantito homenaje al Fede Acosta no se hace esperar y empieza a ser cantado por todos cuando terminan de tocar este tema. Después vino una corta pero intensa aparición del segundo álbum de la banda, Letras Rojas, con sólo tres canciones: Calientes (el Jí jí jí de Perro, desde que empezó hasta que terminó todos la saltaron y corearon incluyendo al estribillo como el momento cúlmine), El Tiempo No Está De Tu Lado y Resaca. El Peón De Luna se hizo escuchar a través de cinco temas que dieron cuenta del único “invitado” a tocar, en Lo Peor subió a escena el Cholo Sánchez (ex La Turra Blues Band) en armónica. Luego llegó el turno de recordar al primer disco, aquél que lo empezó todo, Rocabola, con también sólo tres temas: Fiesta Loca, Sin Molestar y El Corcho (en una excelente reversión al acústico con otra vez el Cholo Sánchez en la armónica). Después de esto entraron en el sendero final del show con todos temas de Pelafustán con un bis de entre telones. “Nos vamos gente” dice el Salchi antes de tocar Viejas Ganas pero todos saben que no es cierto. Tocan el tema, se descuelgan lo acústico y se pierden al costado del escenario. Mientras tanto, la gente en total oscuridad de la sala canta y no para de alentar a la banda. Aparecen todos en escena para hacer los últimos cuatro temas, ya vestidos de rockeros (con anteojos de sol) y con sus instrumentos eléctricos colgados al hombro; aunque en realidad el cambio más grande se vio en Salchi quién estuvo casi la totalidad del show sentado con la acústica, el Gamba alteraba de vez en cuando con su otra guitarra y el Pelado siempre estuvo con su bajo. La excepción en este último tramo fue que subieron a escena los vientos en trompeta para hacer las versiones fieles al disco de Boogie Del Café, Olas y Pelafustán (No Tengo Groove).
“Bienvenidos al nuevo rock, pelafustán de mi sombrero. Ya no quiero hablar de amor, sólo movimiento, sólo movimiento…” señalan los Perro minutos antes de cerrar el extenso pero confortable show (24 canciones en total). Nos dan la bienvenida a un nuevo sonido de la banda, a una nueva cita con estos artistas que la descosen desde hace tiempo. “Este es el último show del año por ahora, les queremos desear que tengan un buen fin de año y un gran arranque del año que viene…Pasen las fiestas con sus familias, con sus seres queridos, con sus amigos; nos estaremos viendo si Dios quiere en La Caldera Del Rock” dijo Salchi al despedirse de todos al terminar de tocar Amanecido, el último tema de la noche. De esta manera dejaron liso el terreno local hasta que vuelvan a aparecerse casi como por acto de magia en el mes de enero, en pleno verano. No eran las doce todavía y ya me encontraba afuera de todo y todos. Al salir algunos se daban el gusto de comprar el último disco y otros tantos posaban para fotos de amigos. Y mientras salía de la Casa De La Cultura un tipo apagaba su pucho para volver a entrar a seguir posando para fotos, bienvenidos al nuevo rock.
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