perro ciego en jujuy
Coberturas

Perro Ciego en Jujuy

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El rock salteño, de la mano de Perro Ciego, se hizo presente en la provincia de “la botita” y salió muy bien parado. RS estuvo allí y te cuenta todo lo que pasó.

Como si fuera la última vez

Texto y Fotos: Enrique Gonzalo Barrionuevo (desde Jujuy)

Noche fría si las hubo en Jujuy. Si no fue la más fría en lo que va del año, pegó en el palo. Aunque eso mucho no le importó a Leo (“El Rengo”, para la muchachada). Él es el encargado de domar a las quince fieras que hicieron el esfuerzo y llegaron desde Salta para asistir al recital de Perro Ciego en “La Tacita de Plata”. “Acá nadie es hincha de ningún club. Todos tiramos para un mismo lado. Somos todos rocanrol”, dijo El Rengo al ser consultado sobre la rivalidad que existe entre salteños y jujeños, más relacionada con el fútbol.

Urquiza Bar fue tomando color de a poco. Curiosos, gente no tan del palo y fans de la banda con trapos empezaban a asomarse. “Nosotros, siempre que aquí tocó Perro, vinimos a verlos. Desde cuando no eran tan populares. Recuerdo las previas que organizábamos con los muchachos de Los Cuervos de la vía; ellos fueron los primeros locos que se largaban desde Salta. Creo que ya no queda nadie de ellos, ya deben estar viejos”, contaba Oscar, riéndose junto a un grupo de amigos del barrio jujeño Sargento Cabral.

Mientras tanto, El Rengo organizaba a su gente y chamuyaba a los organizadores y al personal de seguridad del lugar para obtener una rebaja en el precio de las entradas (que costaban 20 pesos): “Vinimos desde lejos y no quiero que nadie se quede afuera”, afirmaba.

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Una vez adentro, uno se  encontraba con las mesas por un lado, repletas de gente: algunos comiendo y otros bebiendo una cerveza o champagne. Hacia el otro lado, pegados a la barra lookeada con caricaturas de The Beatles, se encontraba el aguante que se hacía sentir. Estaban todos de pie esperando cuando alrededor de la 1:30; Salchi y los suyos salieron a escena. Los acordes de “Perro Ciego”, el primer tema de la noche, bastaron para que el lugar se estrechara en un grito y sirviera de evidencia que a partir de ese momento la noche se teñiría de rock.

En el segundo tema, “Cuándo nos vamos”, una lluvia de papelitos inundó el recinto. Las hojas de periódicos viejos fueron picadas minutos antes de que comience el show. “Una nueva y buena opción de reemplazar el colorido y emoción que provocaba el encendido de una bengala en cualquier recital de rock”, contaba Diego, un pibe de 18 años que ahorró hasta el último centavo para viajar y no contaba con un “sope” más para la vaquita y así adquirir «la birra más cara del mundo” (25 manguitos…).

El tiempo transcurría y los que estaban sentados se atrevieron a dejar sus asientos para bailar al compás de “El tiempo no está de tu lado,» canción que sirvió de excusa para que Leandro se hiciera presente con su armónica.

Los enormes cuadros que se posaban en las paredes vibraban al son del excelente y prolijo sonido que propuso Perro Ciego en toda la noche. El que retrataba a los U2 , parecía dar su aprobación al espectáculo mediante el guiño que figuraba en el rostro de Bono. Hasta la foto de Madonna, ubicada en otra de las paredes, parecía emitir una pequeña mueca de goce en carne propia; o la mirada profunda de Gustavo Cerati vigilaba y prestaba mucha atención al rocanrol que estos exponentes salteños desempeñaban tema tras tema.

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“Lo Peor”, “Macabro”, “Cenizas” y el clásico “Letras Rojas” fueron parte de los 24 temas que conformaron la lista que fue respetada a rajatabla y además levantaron y emocionaron, aún más a todos los espectadores que colmaron el lugar.

Y así, con mucho frío afuera pero con un calor intenso adentro, pasó la presentación de Pelafustán, disco que sirvió de pretexto para que Perro Ciego sepa que con su música puede atravesar provincias y romper prejuicios, dejando al público jujeño ese sabor y las ganas de querer volverlos a ver, poniendo bien en claro que el norte está vivo y tiene rock (del bueno) para rato.