Teniendo en cuenta que el rock salteño carece de aguante, público, profesionalismo y otros menesteres imprescindibles para el desarrollo de la escena; y tomando como parámetro el ego desmedido de muchos de los músicos que lo integran; la empresa Falsos Profetas SRL lanza el pogo en alquiler. Es simple, gente al palo para bandas que carecen de seguidores.
“Es hora de que tomemos el toro por las astas. Si estos inservibles no pueden juntar ni 50 pibes que se aprendan un solo estribillo, nosotros sí lo haremos, y a un precio módico”, declaró uno de los CEO de la empresa durante el lunch de presentación, que tuvo lugar en una sala de conferencias de un hotel céntrico. “No tenemos que dejarnos sobrepasar por el folclore o la cumbia. Si ustedes pagan, nosotros les llevamos la gente”, anunció el Gerente de Marketing de FPSRL ante un auditorio que no paraba de comer el catering gratuito y no se sentaba en las sillas preparadas para la ocasión.
Los servicios incluyen distintos combos, según el bolsillo de cada banda. Así se conoció el pack 1, el más simple, que consta de 60 adolescentes y veinteañeros dispuestos a saltar, bailar y mover la cabeza en señal de aprobación. El 2, un poco más complejo, posee las mismas características de su predecesor pero con un furioso y constante pogo delantero de 10 personas que sabrán las letras del cliente.
Los combos, que cuestan entre $500 y $5 mil, no escatiman en detalles. Así habrá distintos segmentos dentro de cada pack que enriquecerán la velada y evitarán que las 10 o 20 personas que quieran ver de verdad a la banda (amigos, familiares y prensa incluidos) puedan llegar a sospechar.
Dentro de ese abanico encontramos a los “Aplaudidores de solo”: entusiastas del instrumento que vitorearán las performances individuales de cada músico. No importa si (por ejemplo) el guitarrista quiso emular a Ricardo Mollo en “El arriero” y apenas alcanzó una versión karaoke de un tema de Lerner, los ADS siempre darán el visto bueno y serán capaces de elevar a un ignoto miembro de banda de covers a la altura de un Hendrix del Valle de Lerma.
Lamentablemente, los análisis de mercado no favorecen la iniciativa de FPSRL, ya que un reciente estudio arrojó que, en promedio, cada músico de rock salteño destina $74,51 anuales al progreso de su grupo.
Publicado en la revista Rock Salta Nº12, en el mes de octubre de 2012