Con el show del grupo de jazzy fusión Niebla, y la participación del grupo Viejo lobo de bar, dará comienzo una nueva etapa del mítico Bar Madrid, ubicado en calle Balcarce 988 del corredor turístico-cultural que lleva el nombre de esa arteria.
La cita es este viernes 5 de agosto a partir de la medianoche en un evento que los bohemios y los amantes de la cultura en general, y sobre todo la del jazz, el blues y el rock salteño, ya califican de histórico.
 
Viejo lobo de bar es la banda formada por Rodi Avellaneda (piano), Charly Marchen (voz y guitarra), Fabricio Tapia (bajo), Daniel Rivero (saxo tenor), José Velarde (trompeta), Santiago Gordillo (batería) y Martín Fernández (percusión y coros); en escena proponen su show de canciones de jazz, soul, blues, funky y música popular.
 
En tanto Niebla presenta su clásico show de estándares del jazz de la mano de sus dos excepcionales guitarristas, Raúl “Pekiné” Lamas y Julio Lamas, y el baterista Pablo Arnedo Jiménez.
La banda se formó en 1.987 interpretando canciones de blues y rock, pero la salida de varios de sus miembros provocó que el rumbo del grupo se oriente hacia la fusión de distintos estilos musicales. Niebla se desempeña en actividades culturales en diversos circuitos del ambiente cultural salteño como pubs, bibliotecas populares, presentaciones de libros y muestras de artistas plásticos. En esta ocasión se presentarán con invitados especiales como sus ex integrantes Daniel “Palmito” Flores en bajo, Orlando “Zapato” Jiménez en batería y Richard Martínez en percusión.
 
La agenda del Bar Madrid de Balcarce 988 se completa con el show que la banda Blues a feeling ofrecerá este sábado 6 de agosto a partir de la medianoche; allí, liderados por el armoniquista Ezequiel Lindow, los blueseros desplegarán su música de estándares del blues tradicional. En tanto el grupo Deep Tango cerrará el fin de semana este domingo 7 de agosto a partir de la medianoche con su repertorio de jazz y rock.

Edmundo Lamas es el mozo histórico de Bar Madrid, que desde los 18 años se desempeña en este particular local. Cuenta que conoció al lugar a los 7 años cuando un día llegó a la Balcarce, se cruzó a la estación donde había un puestito de policía y lo demoraron; los policías llamaron a su mamá para que lo retire y le advirtieron que se trataba de un niño muy chico para que estuviera por esos lares. De más grande se mudó a una pieza en Necochea y Balcarce y es allí donde comenzó a trabajar en el bar. Escribió el libro: “Bar Madrid, el último de los mohicanos”.
 
Se sabe que el lugar era de la familia Farah que a principios de 1.813 abrió como una piecita para dar café; en 1.822 empieza a funcionar como “Bar Madrid” y tenía un pasillo al fondo en el que había un conventillo que llegaba a calle Mitre. Después fue vendido un señor de apellido Cafrune, el tío del genial Jorge que trabajó como cantinero y algunas veces tocaba alguna que otra pieza musical; la leyenda dice que el cantautor fortaleció su oficio en aquellas noches de bar y billar, en las que compuso canciones y salió al mundo.
 
Edmundo tiene tiempo para rezar los versos de una poesía de su autoría: “Mítico Bar Madrid / el monumento más emblemático del corredor Balcarce / único en su tipo. La exquisitez no se refleja por su dulzura, / La exquisitez se refleja por los que componen el entorno, /los años, el tiempo y el entorno que lo rodea. / Parecería decirle como a un amigo / que esta viejo y cansado / a lo que el Bar Madrid le responde, / como un gran jugador de ajedrez, / resistiendo cada jugada en jaque / para sentirse el rey del Paseo Balcarce. / Aunque luche contra vientos y mareas / con su exquisitez seguirá siendo / siempre y por siempre / el Bar Madrid.”