El álbum de 1978 esta a la venta en vinilo remasterizado, con CD de regalo, póster y fotos inéditas.
Dicen que cuando se enteró que el primer disco de Serú Girán se estaba por reeditar a través del Instituto Nacional de la Música (INAMU), Charly García se entusiasmó demasiado, casi que se encaprichó. Insistía en que había que conseguir las fotos que José Luiz Pederneiras le había tomado al grupo en San Pablo, en 1978, cuando el cuarteto argentino recién se había formado y grababa su debut en tierras brasileñas con la producción de Billy Bond. Contactar al hermano de Zoca, la compañera de Charly desde mediados de los 70 hasta principios de los 90, parecía una tarea difícil para Diego Boris, presidente del INAMU. Pero lo que sonaba aún más complicado era encontrar los negativos de esas tomas. Sin embargo, la magia, la casualidad, o los archivos bien resguardados hicieron lo suyo, y hoy, 43 años después de su publicación original, Serú Girán, el comienzo de los llamados “Beatles argentinos”, vuelve a las bateas y a las plataformas en una edición lujosa, remasterizada, y, sí, con aquellas fotos.
El disco es un nuevo lanzamiento a cargo del INAMU en el marco de la recuperación del catálogo de Music Hall. El Instituto ya había realizado la reedición de La grasa de las capitales en 2019. Al igual que en esa oportunidad, presenta un trabajo cuidado tanto en el audio como en la gráfica. Contiene las fotos y el diseño original, más un insert con imágenes inéditas, un CD remasterizado y un póster del grupo. La edición es un lujo para el rock argentino, que se acostumbró a que la industria lance discos históricos como chorizos, sin mayores precauciones que las de buscar aumentar las arcas empresariales.
Aquí tenemos ocho canciones que suenan mucho mejor de lo que estábamos acostumbrados a escuchar en infinitas reediciones en CD, casete o en compilados editados a lo largo de los años. De entrada, la majestuosidad de “Eiti Leda” inunda el aire e invita a quedarse para siempre. La diferencia es notoria. A los 3:19, después de una subida del bajo y la batería, Charly canta “¿No ves mi capa azul?” y el sonido se expande, emociona. Uno se da cuenta una vez más que Charly García es lo más grande que hay en el mundo. Se suele decir que su mejor momento fue entre Yendo de la cama al living y Parte de la religión, pero aquí Charly ya estaba en estado de gracia. Venía de un disco legendario como Películas, el último de La Máquina de Hacer Pájaros. Luego, en 1979, 1980 y 1981 iba a seguir pelando hits y clásicos, uno tras otro. Este primer disco de Serú es apenas un paso más en ese camino. ¿Qué estamos esperando para ir a cortar Coronel Díaz y Santa Fe y simplemente aplaudir mirando hacia su balcón durante horas? Que insulten los dueños de los comercios, que el Alto Palermo detenga sus ventas navideñas ante el imparable furor de miles de personas en la calle impidiendo el ingreso de los clientes. Alberto, era en la 9 de Julio el homenaje, no en el CCK. Fito, era en la calle, no en el Colón. Era en todas las provincias. Como fue en la Usina Cultural de Salta. Con todos rendidos ante el maestro, que en este disco no está solo. Está Pedro Aznar, que a los 19 años ya tocaba un bajo que no necesitaba remasterización. Está Moro aportando un swing y ritmos que por momentos parecen no detenerse jamás. Está David Lebón, que se ganó el Gardel de Oro cuando se apropió de “Seminare” hace décadas.
Con este lanzamiento, Serú Girán vuelve recargado y suena mejor que todas las bandas que podamos escuchar este año y el que viene. La remasterización de Aznar y el ingeniero Ariel Lavigna descubre pianos que no sabíamos que estaban ahí, resalta los coros, destaca los arreglos orquestales de Daniel Goldberg, le da un primer plano a la percusión del Grupo Nova Conciencia. “Separata” adquiere un dramatismo conmovedor.
La preventa del álbum (con descuento) se agotó velozmente. El disco ya se distribuye vía disquerías y está disponible en las plataformas digitales.