Pasó la 1º Edición del ROCK SALTA, con un gran éxito, mucha gente y 5 excelentes bandas. ¿Querés enterarte que pasó? Fede Anzardi y la cobertura.
Todos unidos triunfaremos.
“Yo estoy mucho más cercano a tipos como Cerati antes que al carnicero de la esquina”, dijo en el 2000 el Indio Solari. Esa frase intentaba decirle a los desangelados más fundamentalistas que no existen rivalidades en la música como sí lo hay en los deportes o en la política. La música siempre fue un punto en común, de unión entre las personas. El rock fue lo que les dio identidad a los jóvenes de las décadas del cincuenta y sesenta, cuando ser adolescente significaba ser una muestra gratis de adulto.
Parece mentira que en el 2009 todavía se siga intentando explicar el mensaje que trae implícito el rock. “Uniendo estilos” es el slogan de ésta página web y del primer festival “Rock Salta”, que se llevó a cabo el 2 de Agosto en “La Estación Mega Disco”, con la participación de bandas -aparentemente- tan distintas como Los Gardelitos, O´Connor, Dos Minutos, Luca Makonia y Gauchos de Acero.
Después de la postergación sufrida gracias a esa paranoia colectiva llamada Gripe A, el evento se desarrolló de manera perfecta, con un público que respondió en cantidad -ochocientas personas- y en agite. No existió ningún problema entre la gente. Algo que muchos pensaron que podría pasar debido a la mezcla de seguidores de distintos palos. Lo que no tuvieron en cuenta fue que todo está dentro de esa cultura llamada Rock, esa cultura que de Elvis para acá ayudó a cambiar el mundo. Está bien, es cierto: hay muchísimos pelotudos que no entienden nada y creen que el que escucha música distinta es un enemigo al que hay que eliminar. Algunos de esos aparecieron en el festival, pero fueron pocos y desde el escenario se encargaron de hacerlos callar.
Gauchos de Acero abrió la fecha con su heavy apto para Catherine Fulop, Luca Makonia dió un breve pero contundente set -filmado para un futuro DVD- y entonces Dos Minutos subió al escenario para dar el mejor recital de toda la noche y de lo que va de este año.
El Mosca, con sus cuarenta y dos años de edad a cuestas, más una banda desprolija y aplastante dieron una clase de Punk Rock, como si Salta fuera Londres y como si el 2009 fuera 1977. Desde el primer tema -”Valentín Alsina‘, de donde venimos”- hasta el último, el grupo demostró por qué la actitud es lo más importante para un grupo de su estilo. “Canción de amor”, anunciada dos veces por el cantante -”ah, esa ya la hicimos”-, “Todo lo miro”, “Novedades”, “Demasiado tarde” y “Ya no sos igual” fueron algunas de las canciones que pasaron por encima a un público que no estuvo a la altura del grupo solamente porque el escenario estaba más arriba.
Después de una hora y cuarto de un show perfecto y por momentos bizarro -uno de los guitarristas obsequió al público uno de los palillos del baterista sin tener en cuenta que era el único par que tenían- el quinteto se retiró ovacionado y sabiendo que iba a ser muy difícil tocar después de ellos.
El fierro caliente le tocó a OConnor, pero al cuarteto del ex Hermética no le pesó en absoluto la responsabilidad. Por algo muchos afirman que es una de las bandas que más crecimiento tuvo en los últimos años, y no se refieren a cantidad de seguidores. A pesar de haber cambiado algunos integrantes, el grupo mantiene su gran nivel, sonando ajustadísimo y demoledor. Ironías del destino: el único punto flojo fue su cantante, que no estuvo a la altura de sus noches más gloriosas o de sus discos. De todos modos dejaron al público con ganas de más temas, en un set de poco más de una hora que pasó muy rápido.
A las doce de la noche y después de que muchos abandonaran el lugar -al otro día había que trabajar y además muchos son cerrados, ya lo habíamos dicho- Los Gardelitos volvieron a demostrar, como en 2007, todo su profesionalismo. El trío entregó un set impecable, súper ensayado, con un Eli Suárez cada vez más afianzado en el rol de líder. Reemplazar a su padre -Korneta Suárez, fallecido en 2004- parecía una tarea imposible en un principio, pero el cantante y guitarrista supo adaptarse al nuevo rol y su voz ya suena al frente de manera natural.
Presentando algunas canciones de su nuevo disco, más los clásicos de siempre, la banda dio un show de casi dos horas que encantó a sus fans pero que dejó un poco indecisos a los imparciales, que después de la descarga de energía de Mosca y compañía quedaron pidiendo anarquía en la Balcarce y con ganas de ir a tomarse una cerveza a la primera esquina que encontraran.
Cerca de las dos de la mañana el festival terminó en perfecto orden, con un público que respetó y se respetó, disfrutó, dejó en evidencia que el rock merece más espacio y difusión en nuestra ciudad y que la música siempre, pero siempre, nos va a unir a todos.
Para ROCK SALTA. Federico Anzardi – fede@rocksalta.com