La banda de María Ezquiaga pasó por nuestra ciudad y RS estuvo presente para contarte todo lo que pasó en una noche fría y pop.
Fotos: Gentileza Romix
Existen bandas populares, bandas que la crítica especializada ama y bandas de culto. Algunas, como Massacre o Los Redondos, pasaron por todos esos status. Otras (como Fun People) sólo tuvieron uno. Rosal podría enmarcarse actualmente como un “grupo que la crítica especializada ama”. La música que hace esta agrupación no es fácil de escuchar a pesar de ser “pop”. Es que su trabajo es demasiado experimental por momentos, a pesar de las hermosas búsquedas melódicas.
En una fría noche de viernes, los que asistieron (alrededor de cincuenta personas) a Beel Zebul pudieron ver que lo sobresaliente de Rosal es la hipnotizadora y bella voz de María Ezquiaga, una de las mejores cantantes que han aparecido en Argentina en los últimos años.
La muchacha estuvo acompañada por dos guitarristas de aparente formación clásica, detalle que se hacía evidente por la forma de tocar y de lanzar las melodías. Esas melodías eran oscuras y sombrías y otras veces encantadoramente dulces. Una atención sensible merece la lírica de Ezquiaga, ya que se escapa de lo común para este estilo y tiene una interesante mirada femenina acerca de las relaciones personales. En definitiva, la voz se conjuga con la música y las letras.
En poco más de cincuenta minutos de recital el trio presentó su último material (La Casa de la Noche, de 2009) y también sonaron temas de sus tres discos anteriores. De las once canciones que tocaron, las mejores fueron “No depende de mí”, “Bombón” y “Amor”.
La espera por Rosal se vio amenizada por Custodios, banda porteña que predica un pop de canción clásico. Años atrás tuvieron una gran rotación radial con su tema “Oro”. El grupo tocó en formato de trio de guitarras y antes de ellos estuvo Chapa Zeta (el artista local) que pasada la una de la madrugada abrió la noche de melodías pegajosas. El ¿ex? Alucinema hizo temas de su próximo álbum (Canciones De Equilibrio), destacándose entre ellos “Aires De Tango”, el mismo que cierra la versión demo del disco.
El detalle térmico: después del final, la temperatura en la calle era de dos grados. Para la próxima no estaría mal tocar en un teatro y a una hora más temprana.
El detalle musical: María Ezquiga entonó los versos de un tema de 1968 como segunda canción: «Hoy todo el hielo en la ciudad», aquella preciosa canción (casi) olvidada de Almendra.
Descubrí los diferentes matices de Rosal: