Gustavo Cordera editó su segundo disco, donde plamsa lo que insinuó en su última presentación en Salta: cumbia, joda y disfrute. Escuchalo en RS.
Desde que Bersuit Vergarabat resurgió de sus propias cenizas, Gustavo Cordera fue una palabra constante en los medios especializados. Con un discurso que se fue profundizando cada vez más, el pelado siempre destacó como las cosas más importantes de la vida el disfrute, el sexo, la música y todo lo que de placer. Con el tiempo, le agregó a su mensaje párrafos para el medio ambiente, bajando línea al respecto. Fue la etapa en que se lo comenzó a mirar raro, como si fuese un Deepak Chopra del rock, que se mudaba a Uruguay y abrazaba árboles.
En 2009, después de la separación de Bersuit, Cordera editó Suelto, su primer disco como solista, donde se lo notaba maduro, alejado de las canciones que reivindicaban la joda más zarpada. Era un Cordera que le cantaba a todas las etapas del amor y que se mostraba reflexivo y contento con su presente.
Hoy, un año y medio después de su debut, llega Gustavo Cordera en La Caravana Mágica, un disco dedicado a ritmos populares, con la cumbia como principal motor, donde la joda y la madurez se juntan, logrando una mezcla que refleja el presente del cantante.
«No es que sea viejo», la primera canción del disco, marca los pasos a seguir: un presentador que te dice que el ritmo está en tus pies y la alegría en el corazón; Cordera y el ahora reivindicado por cierto sector del rock argentino, Palito Ortega y una cumbia que invita «al bailongo».
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Tal como se pudo apreciar a comienzos de este 2010 en nuestra ciudad, cuando Cordera se presentó en El Teatrino, el ex cantante bersuitero se siente muy cómodo en esta nueva etapa e invita a todos a acompañarlo.
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