Tan Biónica pasó por Salta demostrando su presente arrollador. Ante una multitud que no paró de gritar en toda la noche, la banda presentó sus nuevas canciones.
Tan Biónica aterrizó en Salta, la primera ciudad del NOA que los recibiera allá por 2011. Ahora transformada en el punto de partida de cinco shows consecutivos por la región Norte del país, a sólo 48 horas después de revolucionar la city porteña agotando cuatro recitales en el Luna Park. “Estamos tratando de completar el mapa entero de la Argentina, nos queda solamente Tierra del Fuego. TB es una banda federal”, comentaría el baterista Diego Lichtenstein a los medios salteños en la conferencia de prensa vinculada al rock más concurrida en años.
Un día antes del espectáculo, el anhelado cartel “localidades agotadas” se colgó vía sus redes sociales oficiales, medio por el cual se mueven a la perfección acercando novedades y manteniendo siempre al tanto a todos sus seguidores. Militancia 2.0, para los denominados “piberío biónico”. Con una concurrencia cercana a las dos mil ochocientas personas, y todas las entradas vendidas de forma anticipada, el grupo demuestra su arrollador presente, y logra números similares a lo hecho por NTVG y Ciro y Los Persas.
“Las canciones no entienden de rankings, son manifestaciones del alma, son cosas sensoriales, que pasan por adentro de nuestra cabeza”, cuenta el bajista Bambi Moreno Charpentier, tratando de explicar un poco el éxito radiofónico del grupo. Pero lo cierto es que buscado o no, desde el 2011 cuando lanzaron “Ella”, todos sus singles treparon hasta lo más alto, en los puestos de las FM jóvenes, y misma suerte corrieron sus videos en la TV y YouTube.
El frio invierno salteño se tomó un descanso en este día y tras una tarde primaveral la noche no presentó mayores inconvenientes. Todo parece sonreírle al vocalista Chano Moreno Charpentier, quien en los últimos días fue noticia en las secciones románticas de los diarios junto a su famosa y bellísima novia.
Los gritos son ensordecedores, luego de una musicalización con predominante gusto inglés (Blur, Beatles, Queen, entre otros) y ante un asombroso e impresionante despliegue de luces, el grupo realizó una entrada propia de las bandas de glam metal de los 80, y arremetió con dos tracks de Destinologia (2013). Acto seguido y a modo de presentación, su líder lanzará un “¡Buenas noches, Salta preciosa!”, para luego seguir con una que se saben todas: “Loca”.
El escenario es enorme y cada uno de los cuatro bionicos, más los dos invitados (teclas y guitarra), tienen su lugar de privilegio en el mismo, merced a tarimas adornadas con la gráfica del último disco. Varias ruedas de metal cuelgan del techo del escenario, dando una vista impecable, y la impresión de estar ante un show de nivel internacional.
Esto se aprovecha al máximo en el pasaje más rockero de la noche cuando “La depresión” y “Ella” forman un combo brutal de electro pop punk, y con un excelente trabajo de leds el estadio se transforma en una pista de baile para miles de corazones que comen bombos electrónicos, logrando algo similar a la Creamfields o a lo visto en la cúpula del Lollapalooza Chile 2013.
La gran mayoría del público presente son niñas, preadolescentes y adolescentes, que cantan las letras bien alto, pero que gritan con todo ante las gesticulaciones y movimientos del cantante devenido actualmente en sex symbol. Ante esto el frontman respondió recientemente en una entrevista: “En realidad hay de todo, lo que pasa es que los adolescentes son los que más se manifiestan. Tan Biónica es un grupo multitarget, nos viene a ver gente de todas las edades. Pero es muy raro que un tipo de 28 años me pare con desesperación por la calle para pedirme una foto o un autógrafo”. Y es cierto, hay bastantes tipos y pibes, pero son la minoria entre tantas bellas féminas.
Desde hace unos años, la gran influencia y obsesión de TB es Coldplay. Y esto se nota en el momento acústico que interrumpe su concepto de estadios y de sonido arrollador, hace rato que el Micro Delmi no sonaba tan bien y tan fuerte. “Momentos de mi vida” y “Lunita de Tucumán” reciben el trato de la electroacústica de parte de Bambi, en esos minutos se vive el clásico momento de demagogia que tiene todo recital de rock: “Bienvenidos a la ciudad más linda del a Argentina, la ciudad mágica de Salta”, anuncia Santiago Moreno Charpentier.
Con el nombre de la banda, estampado en cientos de vinchas que cuelgan de la frente chicas y chicos de todas las edades y alturas, el grupo recibe la bendición del souvenir ATP por excelencia. Pero esto hace un contraste gigante cuando el estadio canta frases como: “La cocaína seca las lágrimas, y es el combustible de mi ciudad”. Las cuales desnudan el pasado border de su líder.
Utilizando pistas electrónicas y pasajes de sus temas remixados, el efecto bailable regresa con esas canciones bolicheras y ensordecedoras dedicadas a minas complicadas pero sumamente atractivas, de esas que se encuentran cuando deambulamos por las noches de las capitales: “Ciudad mágica” (el momento de la noche), más “La Comunidad” pegadita a “El duelo”; como en 2011 y rescatando lo sobresaliente del sobrevalorado y galardonado Obsesionario (2011).
El mosh y el pogo (tranqui pero pogo al fin) llegan con el hit añejo “Arruinarse”, versionado de forma light, y el último single, de letra pegajosa cual chicle “La melodía de Dios”. Para despedirse totalmente eligieron “Obsesionario en La mayor” sumado a una lluvia de papelitos, a la cual acudieron en varios pasajes de la noche, el desfile de cámaras y celulares llegó por última vez con el clásico abrazo entre los músicos, promediando hora y media de show, mientras de fondo los cuatro de Liverpool nos repetían eso de que todo lo que necesitamos es amor.
Discutir cuánto de rock tienen es intrascendente, y el balance repite lo dicho en la primera visita. La interesante propuesta primigenia de la banda está edulcorada en un pop radiable, y ahora con pretensiones de shows multitudinarios.
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