La ex cantante de Nightwish pasó por Plaza de la Música en un nuevo show de su gira Colours in the Dark. Entre temas propios y covers, la comunión con el público argentino se mostró cada vez más afianzada.
Fotos de José Martina
El pasado miércoles 17 de septiembre Tarja Turunen tocó en Plaza de la Música, Córdoba, en el marco de la gira Colours in the Dark, la cual la llevó a presentarse en distintas ciudades del país y le permitió reafirmar el vínculo de argentinidad que tan propio le es desde hace algunos años.
Con una puntualidad cronometrada, el show empezó muy temprano, y la ex cantante de Nightwish pudo deslumbrar al público que había tenido un precalentamiento casi diurno de la mano de los soportes Navigator y Enigmática. El predio de la ex Vieja Usina estuvo distribuido en seis ubicaciones diferentes, las cuales ofrecieron distintos niveles de acercamiento que permitían contemplar la profundidad de los detalles que del escenario se descolgaban, entre la oscuridad de las teclas, el filo de las guitarras y la prolija voz lírica de Tarja.
La casi veintena de temas que compusieron el set list hicieron un repaso tenue del disco que funcionó como excusa para el tour, al cual le sumaron algunos clásicos como «Anteroom of Death» o «Falling Awake». Además, también estuvieron presentes algunos covers, como «Over the Hills and far away», de Gary Moore, «Darkness», de Peter Gabriel, de quien la finlandesa confesó ser una gran admiradora, y «Wish I had an Angel», de su anterior banda.
El primer bis de la noche vino tras «Medusa», y la vuelta, con «Victim of Virtual» replanteó todo el esquema del show, para llevar al público a que se olvidara de las butacas y corriera hacia el escenario. El frenesí de los asistentes pasó por tantas etapas que la efervescencia gótica destellaba colores impropios del vestuario, como flashes múltiples, pulseras lumínicas, y enormes ramos de flores que comenzaban a materializarse en todas direcciones para agasajar a la cantante.
Uno de los momentos más poderosos de la noche se dio en «Never Enough», cuando la banda se apoderó del escenario para demostrar, en un gran tramo instrumental, de qué están hechos. La precisión en el cruce de solos que establecen Alex Scholpp y Julian Barrett es realmente magnífica, al igual que la bestial performance de batería del veterano Mike Terrana. El sonido en general fue muy bueno, y la comunicación entre la cantante y el público bastante fluida. El español inquebrantable de Turunen es algo elogiable, aunque la excitación a nivel Xuxa de sus agradecimientos pueda resultar jocosa.
El segundo bis vino por sorpresa, casi que para los músicos también, quienes ya se habían alivianado de púas y baquetas, y el cierre dejó conformes a todos tras una intensa noche que recién promediaba la semana.
Galería de fotos por José Martina: