Pasó el festival reggae más importante del NOA. RS te cuenta cómo se vivió esta segunda edición, que trajo exponentes del género y le dio un lugar significativo a las bandas de la región.
En nuestro país, como en todo el mundo, el romance del reggae y el verano es histórico. La idea del Tilcara One Love era aumentarle otro factor determinante: el paisaje del norte, tan de moda en los últimos eneros; formando así un imbatible ménage à trois. La edición 2011 dejó muy alto el parámetro y (como ya se sabe) volver de un éxito es bastante difícil, más cuando sobre el pucho y por un problema con un sector del pueblo de Tilcara se tuvo que mover el festival a Maimará y de una cancha de fútbol posta a un patio de escuela técnica.
Esto sin dudas afectó a la edición 2012, a pesar de la poca distancia (sólo 6 kilómetros) entre una localidad y la otra; y de que el patio en cuestión tiene a disposición una cancha de fútbol y otra de básquet techada. Además, el evento contaba con el factor de tener una grilla para los amantes del reggae en serio, a diferencia de la del año pasado, que apuntaba al público en general (digan lo que digan Nonpalidece genera más en la gente que Gondwana).
Por la mañana del sábado 14 de enero la situación era la esperada: la mayoría de la gente se instaló en Tilcara en carpas, hostales, hoteles y autos; llegando a Maimará de a cuenta gotas. A la tarde, el fresco viento obligaba a sacar los buzos y camperas de las mochilas y abandonar los pantalones cortos. Pasadas las 18 se pudo ver mucho movimiento al frente de la Escuela Técnica, donde se encontraba una pequeña plaza que contrastaba (al igual que todo el pueblito) con el hervidero de gente que era en esos momentos Purmamarca o Tilcara.
Los tucumanos de Espíritu Reggae fueron los que arrancaron el festival y la tuvieron difícil, porque había muy poca gente en el lugar. Las entradas en puerta se conseguían al mismo precio que las anticipadas, algo que sorprendió a los que todavía no tenían su ticket.
A las 18:50 Valores Reggae presentó temas de su disco editado en 2011 Ya es Tiempo, más un celebrado “Iron, Lion, Zion”. Su estilo es un reggae roots clásico pero apoyado mucho en la percusión, es una banda que trabaja muy bien en su provincia de origen y que quiere comenzar a expandirse por el resto del país. La mayoría de los presentes, cerca de cuatrocientos, escucharon sentados en la tierra y se prendieron con el cover de Marley. La banda se defendió pero no logró plasmar el buen sonido de su álbum.
A las 19:40 subieron los Buenas y Santas, los tucumanos que mejor aprovecharon la oportunidad, haciendo bailar a la gente con algunos temas propios de su segundo disco Poder Creer Poder Soñar (2010). Cambiando de formación una vez más (hace rato que ya no son un trio) y sin los integrantes de Espíritu que acompañaban antes, cerraron su set con un cover “Sin Papeles», sampleo a Sting y su “Englishman in New York” incluido, que con la onda Manu Chao se pegó instantáneamente en todos los presentes.
Hubo una amalgama con el paisaje de cerros que se veían de fondo, a pesar de los elevados árboles. Esta diferencia era fuerte comparada con la del año pasado, y es que la escuela tenía dos pisos y no dejó disfrutar de la vista como la primera vez, pero si protegió del frio bien entrada la noche. La infraestructura puesta en el lugar mostraba largas barras de cerveza tanto en la cancha de fútbol como en la de básquet. En este momento se encontraban aproximadamente cerca de ochocientas personas en el lugar.
La banda jujeña de ska-reggae, cumbia y ritmos folclóricos Combo Locoto fue la que armó el bailongo a pesar de hacer un breve repertorio de treinta minutos. Muchos se prendieron de la fiesta que generó este grupo, que se va perfilando como la elección ideal para las fiestas de carnaval, casamientos o fiestas bizarras. El sentido de pertenencia estaba fuertemente marcado en esta agrupación jujeña y dio gusto que al despedirse la gente pidiera constantemente otra.
Los salteños de La Vaca Vuela, que ya habían tocado en la edición 2011, repitieron actuación pero en un horario casi central, arrancando a las 21. Tocaron temas de su EP de descarga legal y gratuita y también tuvieron buenos momentos instrumentales. La banda que ahora cuenta con dos ex Luca Makonia sigue creciendo y va por buen camino, pero les falta. Se los vio algo inseguros; aunque sufrieron lo mismo que todos los grupos en el festival: problemas con el sonido. Como si se tratara de las molestas baldosas flojas en época estival, las dificultades sonoras fueron una constante en Maimará y nadie lo pudo solucionar. A pesar de que varias bandas tenían sonidista propio ninguna se libró de una o dos de estas molestias: poca fuerza en la voz, ruidos de masa, guitarras y bajos en silencio, entre otros desperfectos.
Los jujeños de La Yugular Reggae salieron a demostrar su reggae andino a las 21:45 casi como banda central, y el hecho se condice con el respeto que se le tiene al grupo desde cualquier parte que se sepa algo del género. Con un tema inédito iniciaron su set y ahí nomás aparecieron los problemas de sonido, la gente no soportó más y largó la silbatina. El Mula (voz de la banda) aguanto el inconveniente y el show siguió con “Latinoamérica”, canción de Plantate (2010). Juan Acosta de Gallega subió para repetir lo que está plasmado en ese disco debut y acompañar con su voz una versión reggae de “Triste noche”. Varios temas nuevos sonaron por parte de los jujeños, debajo del escenario comentaron que este año se viene la grabación y la salida de su segundo álbum, el cual va a ser producido por Goy Ogalde (ex Karamelo Santo). “Puedo sentir” le puso color de reggae lovers a la noche y “A cielo abierto” le dio la cuota de realidad social y ska-carnavalito.
Para cerrar su actuación eligieron una vez más la ya clásica y poderosa versión en norteño ska de “Señora chichera Celia”, la cual levantó la primera polvareda del festival: volaron chinelas y vasos de cerveza por el aire. Sin dudas La Yugular es uno de los tesoros musicales del norte, y la persona que puso a la música de Mariano Castro en primer plano podría redimirse haciendo lo mismo con una de las más interesantes bandas reggae del país.
El grupo comandado por Sergio Colombo en voz y cada vez menos saxo, El Natty Combo, apareció a las 22:50 con su clásico pasaje instrumental y correspondiente duelo entre saxo y trombón (a cargo de Lucas Ferrelli). El grupo realizó un cambio en sus presentaciones acercándose al new roots, género de moda en la isla jamaiquina; por eso sus temas son tocados solamente en pedacitos y muchos ven aumentada su velocidad original. Con los años, Colombo se ha transformado en un excelente frontman. A pesar de su gran tamaño, no tiene problemas para moverse por todo el escenario y bailar con los típicos pasos del género. También ha desarrollado la particularidad de crear liricas bien bluseras pero en tono reggae, ya que las letras del Natty hablan siempre del amor a esta música o si no pasa directamente a sacarse el corazón y levantarlo en alto con letras súper viscerales y sencillas que son sumamente empáticas para los que gustan de esta banda.
Sonaron varios temas de En Llamas (2008), su mejor disco; y de El Don (2010), último material que dejó varios estribillos prendidos en la gente. También hicieron dos covers pertenecientes al gran Dennis Brown y dos temas nuevos que seguramente irán a parar a un próximo material discográfico. El show resultó superior a lo vivido en el TOL de 2011 y Colombo hizo saber constantemente lo contento que estaba de tocar una vez más en el norte. Quizás hace falta un poco más de tiempo y rotación en los medios para que la banda llegue a los primeros lugares, pero el crecimiento a nivel show es notable.
Los chilenos de Gondwana se tomaron su tiempo en aparecer, y finalmente lo hicieron ante dos mil personas, cuando el reloj marcaba la 1:10. “Revolución”, el tema que da nombre a su reciente material abrió el show. MC Jona, vocalista nuevo que todavía no cumple un año con la histórica banda, tras el alejamiento de Maxi Vargas; comenzó a caminar por el escenario interpretando temas grabados por él. En este 2012 los originarios de La Pincoya cumplen 25 años de carrera, y se pueden dar el lujo de decir que lo importante en ellos son las composiciones, ya que a pesar de los cinco cantantes que tuvieron, está agrupación siempre se mantuvo como referente del género en Latinoamérica. Aunque la verdad sea dicha cada persona que gusta de Gondwana tiene a su cantante favorito. Los temas clásicos no tardaron en llegar y la voz de MC Jona entono “Irie”, “Keep The Faith” y el muy coreado “Verde, amarillo y rojo”. Los problemas de sonido no opacaron el excelente humor de I Locks Labbe, bajista y líder del grupo, quien sonrió y jugueteó con el público durante todo el show. MC Jona también hizo lo propio y demostró que el grupo le calza bien.
Lo mejor que tiene para dar la banda son esas letras reggae lovers que tanto gustan a las féminas, por eso la seguidilla de “Antonia”, “Dulce amor (sólo un latido)” y la aclamada “Mi princesa” encendieron corazones y elevaron los celulares y cámaras al aire. Gracias a las intervenciones en voz de Leo Dread, percusionista de la banda, se lograron momentos de quiebre con ritmos de ragga y hip-hop. “Piénsame”, el primer corte de su disco de 2012, ya se ganó un lugar en la gente; que lo conoce a pesar de tener sólo un par de semanas. Para el final le pidieron al público que decida con qué tema despedirse. Incluso MC Jona acercó el micrófono a los que estaban primeros en la valla para que digan su elección. El final de hora y media de buen show de los chilenos llegó con la gran versión de “Could You Be Love” que grabaron a mitad de 2011 para el Tributo a Bob Marley vol. 2.
Siendo las 2:50, habían pasado cerca de ocho horas de reggae en vivo y el frio se hacía notar así que ingresar al galpón techado donde estaba la cancha de básquet a escuchar una hora (en Jujuy el tope horario es 4 AM) de DJ’s pasando cumbia electrónica era una buena propuesta. Aunque no pareció interesante para la mayoría, tal vez por el cansancio, por el frio o porque simplemente en el norte los DJ’s post recital no terminan de convencer. Entonces el grueso del público decidió salir del lugar y volver a Tilcara. Y esa fue una verdadera “Misión Imposible”: tanto la organización del evento como las autoridades del pueblo se durmieron y no pensaron en cómo hacer para que cerca de dos mil personas regresen en vehículo a Tilcara, y le dieron la razón a los que se fueron antes de que todo termine o a los que ni siquiera fueron. Los taxis eran tres o cuatro y nunca dieron abasto, por eso muchos emprendieron el regreso caminando, cosa que de día no está mal, pero de noche es sumamente peligroso por la ausencia absoluta de iluminación y la alta velocidad que llevan los autos, traffics y colectivos en las angostas rutas que conectan los pueblos vecinos; sin olvidar también lo escabiados que podían llegar a estar los caminantes o los conductores.
A pesar de lo accesible de la entrada, el Tilcara One Love 2012 realizado en Maimará, desnudó los típicos problemas que solemos tener en Salta capital respecto a los recitales y festivales. Y es que la gente va solamente a un lugar y le cuesta mucho trasladarse a otro, si el festival hubiera sido en Tilcara seguramente el doble de gente hubiera concurrido. La grilla, a pesar de no estar mal, no era amiga del escucha de reggae esporádico, y lamentablemente este género como todos sufre de bandas del momento y El Natty Combo o Gondwana no son parte de ellas, o por lo menos no en el norte de Argentina. Pensar que pueden llevar la misma gente que Nonpalidece (más un intrigante jamaiquino) es un error muy grande. Y principalmente, el festival en esta segunda edición no resultó atractivo para el turista del centro del país que andaba vacacionando en el lugar de moda para los pseudo hippies.
Con todo, lo bueno es que el festival se haya realizado; porque es importante para el norte que pasen cosas fuertes en el verano, estación que suele ser la menos federal de todas ya que la mayoría de las bandas están en la costa o en el centro del país. Esperemos que vengan más ediciones y que se busque volver a Tilcara el año que viene, tratando de armar una grilla interesante para el turista en general y respetando el buen lugar que se les dio a las bandas regionales.