Usted Señalemelo, una de las bandas del año, pasó con éxito por el Noa. Los mendocinos ya son una de las promesas más firmes del rock argentino. El vertiginoso crecimiento de un grupo que todavía no alcanzó su mejor momento, por suerte.
Foto Joaquín Brito
Ser la banda nueva, tener un promedio de edad de 21 años y romperla toda. Difícil tarea la de este trío mendocino, tener que corroborar todo lo que se dice. Se sabe: cuando las expectativas son altas, la decepción está al caer. Pero nada más lejos de eso cuando se ve en vivo a los Usted Señalemelo. Ahí no queda otra que firmar al pie de todos los elogios que se acumulan. El grupo, conformado por Lucca Begueri Petrich en batería, Gabriel Orozco en guitarra y coros y Juan Saieg en voz y sintetizadores, visitó por primera vez por nuestra región.
Poco después de las diez de la noche del último domingo de julio, en El Teatrino sonaban “Aguetas” y “Laser 420”, las dos piezas que abren II. Cerca de 150 personas le hicieron caso al pedido de Orozco y atomizaron la butaca para bailar justo antes de “Alfredo”, una canción del primer disco.
Ver un show del grupo sirve para sorprenderse con la calidad musical de cada una de las tres cabezas del dragón. La misma sobrepasa a bandas que están ya hace unos buenos años batallando e incluso pegando algún que otro tema en radios o publicidades. Abran paso, acá vienen los Usted Señalemelo.
En vivo, el grupo se apoya en dos invitados estables: el bajista Sasha Nazar y el multi instrumentista Gastón Ramos, que aporta las teclas. Se nota la mezcla de influencias variadas. Pueden pasar de Cerati y Soda a IKV, de Arctic Monkeys a The Killers. De Aristimuño y su juego con las programaciones a la bata sanguínea, veloz y certera.
Estos tres muchachos respiraron música desde siempre y eso se nota en sus dos discos editados a la fecha. El primero, Usted Señalemelo (2015), plasma muy bien la rabia juvenil, con alguna veta spinetteana. El segundo material, lanzado en mayo de este año, lleva el título simplista II y contiene once canciones que distan mucho de la simpleza y de ese rudimentario primer álbum. En la previa al show salteño, la banda contaba que apenas publicaron el debut ya lo notaron viejo, algo que sucede mucho con el rock de las provincias, donde el camino al disco es extenso y agotador. Consultados por el nuevo sonido alcanzado con el nuevo material, incluso se permitieron bromear y especular un próximo disco de sólo sintetizadores, uno de los sonidos predominantes de II, donde se notan capas y capas de laburo y la producción sumamente cuidada que los llevó hasta Nueva York.
En El Teatrino, la destreza en las seis cuerdas de Gabriel Orozco dejó claro que a pesar de que la banda se apoye en capas de sonido el buen gusto y la tracción a sangre no van a faltar nunca. Mientras que para Lucca Begueri Petrich los parches y la batería electrónica se complementan y se alternan según haga falta. “Mañana”, un hermoso mid tempo, engalanó a todos. Luego siguió “Pana”, donde Gabriel no pudo contener su alegría y dijo al micrófono que le parecía increíble ver a tanta gente saltando y bailando con su música. “Plastilina”, popularizado con un video adolescente 100%, explotó como uno de los favoritos del primer álbum. Después de la mitad del show, el cantante ya no pudo contenerse: metido a pleno en el pogo que se armó en los primeros metros, terminó sentado en una mesa. Y se mató de risa.
“Agua marfil”, su track más escuchado en Spotify (más de 350 mil), cambió un poco el aire del show. Lamentablemente no sonó “Textos”, bellísima pieza de ese álbum debut. Quedará para la próxima. Lo que sí quedó claro es que “Big Bang” es una de las mejores canciones del año. Con sus primeros acordes el público enloqueció. La canción fue literal: todo explotó con esos acordes que mezclan a Redondos con los Soda y terminan con vientos a lo Fabulosos Cadillacs o Dancing Mood.
Antes, Lucca contaba que la plata que ingresa vuelve de inmediato a la rueda de la banda: “Venir acá es una inversión. Todo lo que hacemos es para crecimiento, para videos, para viajar. Tratamos de que el show sea lo mejor posible y es lo único que importa”. Fue un show breve, sólo una hora. Habrá que esperar para volver a disfrutar de lo suyo. Seguramente serán mejores cuando vuelvan.
Artículo publicado en el número 23 de la revista Rock Salta, de septiembre de 2017.