Un Teatro Provincial repleto se sacudió con los inoxidables éxitos de Virus. Antes, Bort mostró su crecimiento. Te contamos todo lo que pasó en una nueva fecha de “Cultura da la nota”.
Como pasó con Charly García en el Delmi, la fecha de Virus en Salta fue un regreso que se hizo esperar demasiado. Los memoriosos todavía recuerdan el show de 1998, auspiciado por una marca de gaseosas. Lo contundente (aparte de los 14 años que separan un recital del otro) es que en ese lapso que tardaron en volver, muchas bandas ultra populares se disolvieron y se reunieron para desaparecer nuevamente: por ejemplo, Soda Stereo y Los Fabulosos Cadillacs. Esto agrega una barrera temporal insalvable a la gran distancia física que existe entre Salta y Bs. As. Pero también sirve para demostrar lo honesto y creíble de la propuesta de Virus post Federico Moura: «Hace 32 años que estamos tocando por ustedes, no por nosotros», dijo Marcelo Moura, cantante desde 1988.
En esta fecha de “Cultura da la nota” muchos se quedaron afuera: la capacidad del Teatro Provincial de Salta (algo más de 1300 butacas) no dio abasto. Pasó también en otras oportunidades de 2011 y 2012, pero esta vez fue especial, ya que la propuesta de Virus encontró una renovada audiencia en el furor retro que se vive desde hace unos años y derivó en boliches, pubs y fiestas ochentosas; además de la presencia constante en radios. Algo tendrá que ver también Graduados, el programa más visto de la TV en lo que va de 2012, que emplea para su historia y musicalización la onda de los 80. Todo esto indica que Simon Reynolds podría venirse a la Argentina a comer asados y hacer tranquilamente el volumen 2 de Retromania con la música de nuestro país.
Pasados algunos minutos de las 21 del miércoles 29 de agosto, Bort arrancó la fecha y su actuación en el Teatro. Lo primero que llamó la atención fue que en esta oportunidad el sonido estuvo mucho mejor que cuando tocaron Perro Ciego, LaForma y demás artistas locales. Esta vez, a la banda de pop rock se la pudo escuchar a un volumen acorde. Ojalá que esto se mantenga, ya que era el único punto flojo de este ciclo.
Una buena estrella alumbra el camino de los Bort: en muy poco tiempo han logrado tocar con bandas importantes y son unos de los pocos que incrementan su convocatoria fecha a fecha, ganándose un espacio en Salta. Tocaron por más de cuarenta minutos y fueron muy aplaudidos.
A las 22.15, el telón se abrió y se pudo ver el ingreso (entre aplausos y gritos) de Daniel Sbarra (guitarra), Marcelo Moura (voz) y Julio Moura (guitarra). Los tres miembros originales formaron una primera línea, mientras que Fernando Monteleone (teclados, sintetizadores y mac) Ariel Naón (bajo) y Lulo Isod (batería) se ubicaron en tarimas elevadas. “Pecado para dos” y “Me puedo programar” arrancaron la lista de temas, para delirio de los padres, madres, tíos, hijas, sobrinos, nietos y tantas otras brechas generacionales que recibieron y abrazaron las canciones de una banda que hace treinta años fue bisagra en la música en español.
“Destino circular” y “Mirada speed” formaron un combo musical demoledor, mostrando el gran nivel interpretativo que tiene la banda: los tres músicos que se han incorporado cumplen muy bien sus funciones y la mayoría son reversiones de los temas de antaño. También sirvieron para demostrar por qué la banda es fija en los Cosquín Rock, ya que las ganas de despegarse del asiento y saltar aparecen instantáneamente. La sorpresa llegó con “Hombre plástico”, una canción olvidada de Wadu Wadu (1981): su densidad final puso las cosas en un nivel cuasi electro punk y dejó a todos preguntándose cómo se llamaba ese tema.
Marcelo Moura no busca imitar a Federico, sino que decide elegir su propio estilo: mira, deambula por el escenario, hace gestos, pero también comparte el recital con el resto de su banda, acercándose y jugando con ellos e incluso resignando su lugar en cada solo de su hermano. Acá vale la acotación de lo detallista que fue Julio en la prueba de sonido, algo que se vio justificado por el gran gusto y la destreza que mostró en las seis cuerdas y en los pedales de efectos. A pesar de que los sintetizadores visten todas las canciones de la banda, la escuela de guitarristas de la new wave vive en el injustamente olvidado violero platense.
“Sin disfraz” y “Polvos de una relación” nos metieron directo en algo importantísimo: las letras de Virus, que siguen siendo actuales a pesar del claro sonido retro. Sin dudas, el trabajo de provocación, ironía, humor y liberación sexual producidos por Roberto Jacoby y Federico fue algo visionario.
El hit “Imágenes paganas” suena distinto sin ese halo dark de la versión original, pero logró una grandísima ovación, marcando el punto medio del show. Marcelo a esa altura ya lucía un cambio de vestuario y bromeaba mucho entre tema y tema, haciendo alusión constante a los años de la banda.
“Bueno a ver si se paran y bailamos, uno, dos, tres, cuatro, ¡rock n roll!”, después de estas palabras del vocalista el teatro abandonó las butacas y se sumó a los que ya habían tomado el pasillo y bailoteaban desde hace tiempo. Sonaba “En mi garage”, el tema que abre Agujero Interior (1983), uno de los discos más populares de la banda. Con pucho en mano, “Soy moderno, no fumo” llenó de ironía al Provincial, al igual que lo hizo en 1981 cuando salió en Wadu Wadu, ¿Qué pensará la ascendente movida hipster de esa canción? “El probador” volvió a levantar a todos de sus asientos y consiguió cuasi pogos, ante la mirada atónita de la seguridad del teatro, que observaba sin poder hacer nada para evitarlo.
Para bajar los decibeles, “Pronta entrega” comenzó su andar con una larga intro en teclado y luego con Marcelo cantándola acostado en el suelo del escenario y sentado en su orilla. Luego se sumaron el resto de los músicos y la canción volvió a su velocidad habitual, para que los salteños griten: “Me puedo estimular con música y alcohol, pero me excito más cuando es con vos”, a media cuadra de la Catedral y sin que nadie se horrorice.
De ahí en más, el recital se transformó en un boliche retro e incluso los guardias se tiraron algunos pasos con “Amor descartable”, la filosófica “Hay que salir del agujero interior”; y en los bises que llegaron con “Wadu Wadu”, “Una luna de miel en la mano” y “Carolina”.
Como detalle, en la lista salteña de 22 temas no se repasó ninguna canción de Recrudece (1982), segundo disco del grupo y el menos rotado en radios. Para algunos escépticos, la noche representó darle la derecha a Marcelo, Julio y Daniel; que siguen con el grupo pero de manera honesta, diferenciándose de mercenarios musicales que no tienen reparos en tocar al lado de quien sea o incluso resucitar a sus ex compañeros en forma de holograma.
Durante su paso por Salta, los Virus escribieron en su cuenta de Twitter: “mucha gente lamentablemente quedo afuera! Esta agotado… Vamos a tener que tomar revancha y volver pronto”. Esperemos que cumplan.
En el próximo número de la revista Rock Salta vas a poder leer una extensa entrevista exclusiva con Marcelo Moura.
* Las fotos son gentileza de Robert Orce y de la Secretaría de Prensa del Ministerio de Cultura y Turismo de la Provincia de Salta.