Repasamos el show de Santa Pendencia en el Taragüí Rock 2015. La primer banda que fue en representación del NOA en la historia del festival, lugar que se ganaron participando en el Pre-Taragüí.
Fotos gentileza de Guillermo Espinosa / Ideática
Uno de los pilares fundamentales del Taragüi Rock –desde su creación- es la inclusión de bandas locales, independientes y/o unders en las grillas que se coronan con la presentación de una banda reconocida como atracción principal. La idea de ir expandiendo los límites fue incorporando a bandas de provincias cada vez más lejanas a través de un preseleccionado que hace de filtro hasta una instancia final. Santa Pendencia arribó al escenario del colorido Anfiteatro Mario Del Tránsito Cocomarola como la primer y única banda representante del NOA en la historia del festival tras lo que fue la instancia de preselección entre más de cien grupos de gran parte del país. La última jornada del festival en su edición 2015 tuvo como concepto una grilla con bandas “más rockeras”: el cierre con Carajo y Divididos pronosticaba más agite que los días anteriores con las presentaciones de Sig Ragga, No Te Va Gustar, Salta La Banca y Ciro Y Los Persas.
Santa Pendencia subió al escenario en los primeros últimos minutos de la tarde de un domingo caluroso en Corrientes. El trío (integrado por Franky Valdés en guitarra y voz, Juan López Oliva en bajo y coros, y Martín Del Zotto en batería, coros y violín) salió a tocar con un poncho salteño decorando uno de los amplificadores y, tras una demora por problemas técnicos, brindó un furioso set de siete canciones donde repasaron parte del Viaje Onírico– su primer disco- con “Viento en piel”, “Cuentan una vida” y una gran versión de “Aparece y desaparece”. Luego fue el momento que más se asemejó con la parte folk-rock que Divididos tan bien representa en temas como “Indio dejá el mezcal” o “El arriero”: los Pendencia pusieron a prueba canciones que alguna vez –o no- verán la luz con el segundo disco que ya se encuentra en camino: reversionaron “Yapay peñi”, un folklore popular del sur argentino perteneciente a los Hermanos Berbel –no olvidar que 2/3 del grupo es neuquino- y la bien lograda “Sueños de libertad” donde Martín se despoja de la batería por un instante para hacer un solo de violín. Con “Dicotomía mental” se acercaron más al espíritu de carnaval en pleno febrero pero siempre traducido a un lenguaje con más distorsión. Este intermedio dentro del show cautivó al público que lentamente iba colmando el predio del Cocomarola.
El cierre, a pesar de que algunos pidieron “una más”, fue con “El mago negro”, quizás la canción más conocida del primer disco por la difusión del videoclip en diversos medios de Chaco y Corrientes: algunos se sabían la letra y no dudaron en cantarla al mismo tiempo que el grupo; finalizando un set que mostró, a modo de repaso rápido, las dos caras de la Pendencia. Las fallas propias del sonido al principio no obstruyeron la energía que el trío –ahora asentado en Salta– demostró por primera vez en el escenario mayor del Taragüi Rock. Una experiencia que se tendría que repetir. Y frente a más público.