En una entrevista con nuestra revista, el periodista habló de su amor por la música y por la escena metalera salteña.
Rony Barboza fue uno de los más reconocidos protagonistas del rock salteño. No era músico pero su importancia a la hora de difundir el metal local lo convirtieron en un personaje ineludible. Rony falleció el año pasado. Dejó un legado que lo trasciende. Su histórico programa de radio, El arte de molestar, sigue al aire en FM La Plaza todos los viernes a las 22, conducido por Araña Solorzano y Ariel Pastrana.
«Desde chico siempre fui muy fanático. Recuerdo estar parado en fiestas familiares, al lado del que ponía música, ayudándole a cambiar los discos», contaba Rony en 2013 en el número 17 de la revista Rock Salta. “En 1969, con la plata que recibí por mi primera comunión, compré mis primeros discos”, agregaba.
“En el 73, al terminar la primaria, me fui de paseo a Buenos Aires y se me abrió un mundo nuevo. Descubrí un tema que me marcó: ‘Génesis’, de Vox Dei. Cuando ingresé al secundario me hice amigo de unos hermanos de Buenos Aires que se venían a vivir a Salta. Cuando me invitan a su casa descubro una cantidad inmensa de vinilos que se trajeron de allá: Pink Floyd, Led Zeppelin, Black Sabbath, Color Humano, Pappo. Eso me voló el mate. De ahí en más, todos los días nos juntábamos en esa casa con el pretexto de ‘estudiar’. Solamente escuchábamos música. Eso me hizo ver de otra manera al rock», relataba.
«Yo juntaba la plata que me daba mi viejo para ir al colegio y me iba caminando. Con eso me compraba revistas, discos. En 1976 trajeron al cine del Hogar Escuela, por sólo una semana, la película Woodstock. Y ahí fuimos todos a ver a Hendrix, Santana, The Who. Era como verlos en vivo y en directo. Estaban los primeros hippies de Salta y podías sentir el perfume de las primeras sustancias non sanctas en el cine. Cuando en el 79 apareció en la Pelo la nueva ola del heavy metal británico con Judas Priest me volví opa metalero. Con Judas, Iron Maiden, Deep Purple, y acá en Argentina con Riff y V8”, seguía Rony, y opinaba que el metal tenía una base irrompible: “Sabbath, Deep Purple y Led Zeppelin. Comenzando a escuchar esas tres, empezás a descubrir a las demás bandas. Todo aquél que quiera comenzar a bucear, a conocer, investigar lo que es el metal, tiene que comenzar con esas bandas. Hay un panorama amplísimo”.
A la hora de pensar una banda ideal del metal salteño, Rony decía: “Hay muchos buenos músicos. Elijo a Hernán Bass, de Santuario; Pedro de Genaris, de Battle Cry o Darío Ordoñez, de Pogrom, como violeros. En la batería lo pongo a Adrián ‘Chancho’ Pastrana, de Velatoriun, o al Agustín Jorge de Gauchos de Acero. En el bajo me gusta mucho Fernando Gatto, de Santuario. Como tecladista lo pondría a PC Molina, de Battle Cry. En voces, Emilio Jorge de Gauchos y Fernando Navas para las guturales bien extremos. Por último para un contrapunto, en las voces angelicales iría Romina Santillán, excelente voz”.
En la nota Rony se mostraba “agradecido a las bandas, a los sellos, a las distribuidoras independientes del NOA” que confiaban en él para difundir el metal en Salta. Cerraba con la esperanza de que la movida creciera aún más. “Si puede haber más programas que ayuden a esto, mejor», decía, y daba un consejo para ayudar con la escena: «Comprá discos de bandas de acá”.