2009-09-19 Indio_Salta_1
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¿El mejor de la historia de Salta? | A quince años del show del Indio

El ex Patricio Rey conmovió a la provincia cuando tocó junto a Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado en el Estadio Martearena.

Fue hace quince años. Una época maravillosa para vivir en Salta y disfrutar de la manija desatada gracias a la revolución rockera que transmitió la llegada del Indio Solari a nuestra ciudad. El sábado 19 de septiembre de 2009, el ex cantante de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota se presentó en el Estadio Martearena junto a Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado y conmovió con un recital que todavía se recuerda como uno de los mejores de la provincia, sino el mejor.

Se habían puesto a la venta 35 mil entradas. 28 mil estaban distribuidas por distintas provincias. No eran tiempos de service charge ni sold out a través de la web. En Salta las primeras dos mil anticipadas volaron inmediatamente. Se conseguían en la disquería HyR Maluf, en la peatonal Alberdi.

«El nivel de expectativa es muy grande, porque en primer lugar cumple con una de las promesas que el gobernador Urtubey le hizo a la gente y que tiene que ver con que Salta reciba otras manifestaciones culturales, en este caso el rock. El segundo lugar, porque va a ser un incentivo muy importante para el turismo interno y externo», decía en El Tribuno el entonces ministro de Turismo, Federico Posadas, que hoy ocupa el mismo cargo en Jujuy.

El gobierno de Juan Manuel Urtubey no era el único interesado en aprovechar la llegada del Indio. Todos los locales de la Balcarce pasaron a musicalizar sus veladas con música de los Redondos. De repente, por esos días de previa de la primavera, «La bestia pop» sonaba en las peñas donde el folclore había sido el verdadero rey. La plaza 9 de Julio estaba invadida por ricoteros de otras latitudes, como si el Milagro no hubiera terminado. Eran otros peregrinos.

«Toda la ciudad cambió su cara habitual para darle paso al público ricotero que, con sus remeras de ocasión, no dejaba de mirar maravillado el paisaje, agradecer la calidez de la gente y sorprenderse de lo barato de los taxis, entre otras cosas», señalaba Rock Salta por aquellos días.

«Muchos fueron los oportunistas que quisieron hacer una diferencia revendiendo entradas a menos, igual y mayor valor de los $80 acordados, pero se vieron fracasando cuando desde la organización informaron que nunca se quedarían sin entradas, venga la gente que venga», seguía.

«Los que sí trabajaron y lindo fueron los taxistas, vendedores ambulantes y almacenes, que quedaron con ganas de mucho mas Indio», agregaba este sitio, que remarcaba que el paisaje era de «remeras agotadas, bares secos de alcohol, almacenes vacíos y restaurantes improvisando choripaneadas» como el saldo de color que dejó «la visita más importante en la historia del rock de Salta y de todo el Noroeste del país».

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