Viví Tellas con los Redondos en el Teatro Ciudad de La Plata. 14 de septiembre de 1984. Foto: Ig Los Redondos en Fotos
Entrevistas

Vivi Tellas | La última invitada de los Redondos más teatrales

Hablamos con la artista que en los 80 compartió escenario con el Indio y Skay y le puso letra y voz a dos clásicos de culto justo antes de que la banda empezara su camino hacia la masividad.

Cualquier fan de Patricio Rey que se precie de serlo le dio play más de una vez al pirata del 13 de julio de 1985 grabado en el desaparecido bar porteño Stud Free Pub. En casete, CD, mp3 o por YouTube, ese show de los Redondos es un inevitable en la discografía ricotera. Un disco en vivo que circuló de mano en mano, por la web y en ferias, siempre por fuera del circuito oficial de disquerías, y que más de uno puede pensar que está a la altura de los álbumes de estudio de la banda del Indio, Skay y Poli.

Plagado de clásicos e inéditos, con un sonido más que aceptable, Stud Free Pub muestra la etapa de transición entre los discos Gulp! y Oktubre. Todavía eran tiempos de dos guitarras en vivo, con Skay compartiendo seis cuerdas con Tito Fargo, con Willy Crook como el joven que irritaba al Indio con su saxo; el Piojo Ábalos encargado de los parches, y con Semilla Bucciarelli, como siempre, a cargo del bajo.

La banda había encontrado una formación que no iba a durar mucho más. Los Redondos aún buscaban su nueva personalidad. Todavía no habían abandonado del todo el espíritu performatico de los primeros años, cuando eran un colectivo artístico capaz de mezclar música, teatro, monólogos y los ya famosos buñuelos de ricota que repartían entre el público que los iba a ver en aquellos recitales iniciales.

Stud Free Pub refleja ese momento. La lista de temas (imbatible) presenta canciones oficiales e inéditas. Una de estas últimas no forma parte del catálogo Solari/Beilinson sino que es un aporte que hizo uno de los “talentos invitados”, como le decían los Redonditos a los diferentes artistas que pasaban por su escenario.

El tema había sido escrito por una mujer que también lo cantaba y que personificaba a una novia enojada. Le decía a su ex pareja que mejor se quedara con su mamá, como si fuera la versión opuesta del reclamo machista que Memphis La Blusera iba a instalar al año siguiente con “La bifurcada”. Es, por supuesto, “Mamá alemana”, de Vivi Tellas, quien cantaba la canción junto a los Redondos en aquellas noches ochentosas del under porteño.

A comienzos de los 80, Vivi, artista de teatro, había creado las Bay Biscuits, un grupo que completaban Casandra Castro Volpe, Mayco Castro Volpe y Fabiana Cantilo y luego contó con Isabel de Sebastián e invitadas como Diana Nylon. Las Bay Biscuits participaban en shows de Serú Girán y los Redondos y también habían trabajado con Daniel Melingo, Andrés Calamaro y Pipo Cipolatti.

Las Bay Biscuits subían a los escenarios ricoteros para hacer canciones como “Mujeres aburridas” y coros en “Superlógico”. Lo hacían con aplomo porque ya estaban curtidas. A fines del 81 habían tenido que soportar la solemnidad de los fanáticos de Serú, que no se bancaron su actuación y les tiraron de todo.

Se las puede escuchar en diferentes grabaciones. En el año 2000 se publicó Yo no quiero volverme tan loco, un disco en vivo de Serú Girán que muestra parte de lo que fueron las presentaciones de diciembre del 81 en el Teatro Coliseo de Capital Federal. En un momento de ese álbum doble (en la versión de Spotify no está) se puede escuchar a Charly García presentar a la banda y decirle a la gente (más bien rogarle): “No se comporten como los de ayer”. Fue en vano.

“Para el público, nosotras sólo éramos chicas haciendo cualquier cosa”, le dijo Vivi a Florencia Ciliberti en el libro Otras Formas, artistas visuales que hacen música, de la editorial Gourmet Musical. Pero el ambiente ricotero era distinto. Propicio para cualquier sorpresa que pudiera saltar por encima de los decorados del rock. Ahí podían destacarse.

Para el 85, Las Bay Biscuits ya no existían pero Vivi continuaba como invitada de Patricio Rey. “Yo venía del teatro y los Redonditos me interesaban por eso, porque siempre les interesó lo teatral, la escena, la performance. Acordate de los redonditos de ricota que repartían. Las primeras veces que los vi no podía creer la performance que tenían”, le cuenta Vivi a Rock Salta vía telefónica desde su casa en Buenos Aires.

Cuando las Bay Biscuits se separaron, Vivi colaboró con dos canciones que cantó con los Redonditos como banda: “Mamá alemana” y “Hércules mío”, ambas creadas en colaboración con su amigo Ignacio Méndez.

“Con Ignacio, que falleció, nos empezamos a juntar. Yo estudiaba dirección teatral en la universidad, pero siempre estaba haciendo cosas en el arte”, recuerda Vivi, que asegura que ella cantaba, pero, en realidad, “no podía cantar”.

“Hacíamos una obrita de teatro con Ignacio y yo cantaba, tenía como un personaje para cantar, y a él le encantaba que yo cantara mal”, sigue, entre risas, y cuenta que ese personaje fue el que llevó al escenario de Patricio Rey. “La cantante que no sabe cantar. O sea, actuaba que cantaba”, dice.

Vivi Tellas con el Mufercho. Foto: Tiempo Argentino

“A los Redondos les pasé ‘Mamá alemana’, que es la historia de uno de los dueños del Café Einstein”, cuenta Vivi, que se refiere a su ex pareja Helmut Zeiger, que en 1982 creo aquel antro legendario junto a Omar Chaban y Sergio Aisenstein.

“En el Einstein tocaron por primera vez Los Twist, Soda Stereo. Todos estábamos ahí, era todavía la dictadura. Era como un refugio de artistas. Y yo tenía un novio, que era Helmut, que era nazi, digamos. Había mucho una estética medio nazi, pero era todo muy confuso. Entonces, cuando me separé le escribí esa canción”, cuenta Vivi.

«No necesito tu amor / Ni tu compasión / Si seguimos así / No habrá conclusión», dicen los primeros versos de esta canción que en Stud Free Pub suena como un outtake del sonido new wave de Gulp!, con un solo de Skay de rock sesentoso que ponía a bailar a todos. Para esas apariciones, Vivi se envolvía en una boa de plumas y desplegaba una actitud que reemplazaba cualquier defecto técnico que pudiera tener en su voz.

“El Indio se bajaba del escenario, mirá lo que te estoy diciendo (risas), y yo quedaba con la banda (más risas). Quedaba con la banda cantando solista -dice-. Pero como no sé cantar, tampoco podía hacer coros, ni nada. Básicamente gritaba”.

“Si es un problema de razas / Yo no te puedo ayudar / Si es un problema de amor / Quizás podamos hablar”, seguía la letra, que volvía una y otra vez a eso de “Quedate con tu mamá alemana”.

“Era súper rock”, recuerda Vivi. “La ‘Mamá alemana’ era súper punk. Fue muy divertido. La gente se volvía loca cuando cantaba mi canción. Se ve que lo hacía bien”, dice.

Vivi dice que su colaboración con los Redondos duró poco más de un año “muy intenso” en el que subíó en varias oportunidades a los escenarios de la banda. En esos shows también hacía “Hércules mío”, otra canción escrita en colaboración con Ignacio Méndez, inspirada en las tragedias griegas que estudiaba en la universidad.

“A Hércules la cantaba vestida de bailarina clásica, era muy teatral”, sigue Vivi, que en esas noches tenía más contacto con Skay y Poli que con el Indio, a quien recuerda como alguien “más privado” aunque siempre con buena onda hacia ella. “Imaginate que se bajaba del escenario. No era una minita que cantaba coritos desde el fondo. Estaba ahí al frente haciendo dos temas que no eran de ellos”, dice.

«¡Hércules! ¡Hércules! / Ya no hay hombres como vos», repetía Vivi desde el escenario, tras una introducción recitada que la dejaba en completa soledad hasta que la música comenzaba. Vivi, junto a los monólogos cada vez más esporádicos del Mufercho o Enrique Symns, era el único rastro que quedaba de los Redondos teatrales.

“Después se fue normalizando, para mí gusto, y se volvió una banda de rock. Dejaron atrás lo performatico”, dice: “Creo que yo fui lo último que se hizo en ese sentido”.