Si enfriaste tu merienda viendo al misterioso pájaro Minah saltando al tercer paso, con ese tranquilo ritmo característico, imposible de atrapar, que aparecía cuando quería, siempre caminado para adelante, serio e inmutable, no sólo sos una persona de riesgo sino que también tuviste la suerte de ver dibujitos con melodías de música clásica. En este caso, «The Hebrides», de Felix Mendelssohn, inspirando sin querer, quizás, a niños que entre dibujos y música como único lenguaje crecían rodeados de arte. Hoy tenemos en la tele a los Gauchos de Güemes sacando pecho para mantener las tradiciones que a ellos les parecen adecuadas, negando que la vida es un constante aprendizaje y que a veces no hace falta hablar para bajar línea.