Coberturas

Acusticosas

En la primera fecha de Cultura da la Nota 2013, Attaque 77 mostró otra faceta ante un Teatro Provincial colmado que respetó la propuesta pero buscaba otra cosa. Antes, los Gauchos de Acero se alejaron de la distorsión.

El ciclo Cultura da la Nota es tal vez el principal reducto que le queda al rock de la ciudad de Güemes para salvar los trapos, en lo que a convocatoria se refiere. Esto quedó demostrado, una vez más, en su primera fecha de 2013, compartida por Attaque 77 y los locales Gauchos de Acero. Su precio promocional de entradas generales a $20 logró dar vuelta lo ocurrido en noviembre de 2012, cuando el combo punk canceló un show idéntico al brindado en el Teatro Provincial a sala llena, por la casi nula venta de entradas anticipadas del recital que se iba a realizar por entonces en el Teatro del Huerto.

Misma suerte corrieron Javier Malosetti, Pedro Aznar, La Mississippi, entre otros, que lograron su mayor convocatoria en Salta, mediante este ciclo de entradas populares ejecutado por el Gobierno Provincial.

gauchos de acero

Con un otoño que le llegó a los árboles pero todavía no logró hacernos sacar los pulóveres, la noche del último miércoles de abril era de lo más agradable. Sera por eso que la gran mayoría se tomó su tiempo para ingresar al teatro. Su vereda semi peatonalizada siguió repleta hasta ya pasadas las 21.15. En ese momento, la gente que era ubicada en sus asientos por las habituales bellas acomodadoras del local, se encontraba en el escenario con los Gauchos de Acero en formación acústica, más el invitado Martin Molins en teclado. Lo de los salteños fue muy raro. Al despojarle la distorsión, efectos y el gran machaque de la batería a sus canciones, las mismas lucieron forzadas y demasiado simples, por más que los solos en la criolla de Emilio Jorge fueran sumamente acertados, el sabor que dejaron no fue el mejor. Lo que les faltó en el plano musical, sumado a los constantes acoples y la casi nula escucha del bajo, lo complementaron con buenas arengas para el público. Las que generaron cariñosas respuestas y aplausos reiterados. Con temas como “Lucha criolla”, “Murales” y “Metal y cuero”, repasaron sus dos discos editados hasta la fecha.

Transcurrido los quince minutos de espera, el trio Attaque 77 salió a escena con instrumentos acústicos al hombro más una sección de cuerdas, guitarrista, pianista y percusión. La salvedad de la noche era la batería de Leonardo de Cecco.

«El ciruja», «Vacaciones permanentes» y «Cuál es el precio» fueron las encargadas de arrancar la noche en la cual repasaron casi por completo Acústico en Teatro Ópera (2012) su CD más DVD, con el cual están girando desde entonces. “La mayoría de los artistas que nosotros admiramos en algún momento lo hicieron. Inclusive grupos de rock pesado, como el recordado acústico de Nirvana. Todos los grupos, por algún motivo, pasan por esa necesidad. Inclusive todavía más para una banda que tiene un sonido así, pesado, que viene del punk. Para nosotros era un desafío porque era mostrar las canciones desde otro lugar. Desarmarlas y volverlas a armar. Me parece que las canciones están buenas cuando se pueden tocar con una guitarra, nada más. Eso habla bien de una canción. En ese sentido estuvo bueno, porque las canciones fueron redescubiertas con otro sonido, otro temple, otro clima. Eso tiene un aire que está bueno, que es interesante. Nosotros tenemos ganas de ser cada vez mejor grupo, mejores músicos, y esto es una experiencia de aprendizaje muy profundo”, contaba Mariano Martínez, voz y guitarra, en la revista Rock Salta Nº12, a propósito de la aventura acústica.

attaque 77

Justamente MM, el ahora líder, junto al bajista Luciano Scaglione fueron los encargados de hablarle constantemente al público, logrando buenos pasajes humorísticos: como el olvido de una letra, las anécdotas de cada canción o alguna intimidad de la gira.

Lo llamativo del show fue el constante agite, ganas de saltar y hacer pogo por parte de la mayoría, y es que la ausencia del grupo fue tan grande que a pesar de contar con seguidores de añares, para muchos fue el primer show de Attaque al cual asistieron. Incluso desde parte del público se apeló a la memoria y se recordaron en los silencios una tocada hace casi diez años en el Micro Estadio Delmi presentando Antihumano (2003) y un show a fines de los 90.

Este es el factor determinante para analizar la fecha, tal vez si el grupo hubiera llegado hace dos o tres años y hubiera brindado un show al palo, este aventura acústica hubiera sido mejor recibida como lo que es y no hubiera dejado en muchos las ganas de algo más a pesar de grandes momentos como “Western” devenido en reggae.

Por el lado de las baladas, el costado con el cual el grupo se hizo fuerte en las radios y capitalizó una buena base de fans femeninas sonaron: “Chance”, “Hacelo por mí”, “Beatle” y, cómo no, “Arrancacorazones”. Un seguidor acérrimo de Superuva, Dos Minutos o Flema pegaría el grito en el cielo asegurando que Attaque 77 ya no es punk y es banda de minitas, y se iría cantando por lo bajo “Yo te amo” o “Paginas pegadas. Y es difícil contradecirlo cuando nadie se animó a pararse y desafiar a los guardias en el “El cielo puede esperar” o “Espadas & serpientes” y sí en las baladas mencionadas.

Lo más destacable del show en la parte musical fue la presencia de Andrea Álvarez, una histórica del rock argentino y una verdadera usina de ritmos en la percusión, que lograron darle distintos pasajes al punk acústico, sumando también buenos coros y sorprendiendo con un poco de baile cuartetero.

Para el final una emotiva versión a capela de “Donde las águilas se atreven” cerró dos horas y cuarto de show. Dejando una pregunta fundamental: ¿Cuánto habrá que esperar para verlos con un show eléctrico?.

Fallas a solucionar

A pesar de todas las bondades de Cultura da la Nota, hay fallas acarreadas en dos años que no se han logrado solucionar, ya sea por parte de la organización o del público. Lo mal que suenan las bandas locales, la falta de anuncio con tiempo del próximo show y principalmente el inicio de la venta de entradas, la enorme cantidad de gente que llega impuntual e interrumpe el show de la banda salteña, lugares vacíos que nunca se ocupan y el último mal que se agrega a la lista es la reventa de entradas.

 

Fotos y galería de imágenes por Gastón Iñiguez: