Illya Kuryaki en 1995, presentando Chaco en Chaco. Foto: Nora Lezano - Página 12
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Clase 95 | Veinte discos del rock argentino que cumplen treinta años

Un repaso por trabajos inolvidables, curiosidades y otras yerbas.

El tiempo pasa, nos vamos volviendo viejos. Y tecnos. Y libertarios, parece. Esto último no nos ocurre a nosotros en Rock Salta, desde ya. Pero estadísticamente la cosa va para ese lado. Así como en la India los grupos de rock salteño llevarían miles de personas a sus recitales, en Argentina la sociedad transita en su mayoría por el camino de la baldosa individualista y carente de empatía.

Pero antes no era así, podríamos decir, mirando al horizonte con arrugas en la cara y cada vez menos pelo en la cabeza. ¿Viejazo o reflexión madura? Una cosa no quita la otra. Y además podemos asegurar que antes, al menos, buena parte de la juventud tenía un norte diferente al de los garcas de siempre. Y mucho tenía que ver el clima de época, que encontraba un reflejo, entre otras cosas, en el rock.

Para recordar esos momentos en los que celebrar al menemismo no era sinónimo de ser un basado, repasamos veinte discos de 1995. Obras que en este 2025 cumplen treinta años. El futuro llegó hace rato.

Almafuerte – Mundo guanaco

Versiones pesadas de tango y folclore, metal de clase trabajadora con clásicos instantáneos como “El pibe Tigre”, y una respuesta directa a sus ex compañeros de Hermética. El debut de Almafuerte encerraba la violencia de un cross a la mandíbula. Ricardo Iorio mandaba a todos los eunucos a bufar.

Attaque – Amén!

¿El último disco de la etapa de oro del grupo? Amén! es una constante respuesta a la crisis económica que el menemismo causaba en todo el país. Un llamado a despertar de la siesta social. Treinta años después, podría servir una vez más.

Los Auténticos Decadentes – Mi vida loca

En 1995, al menos cinco canciones de este disco sonaban hasta el hartazgo en las radios y las fiestas. En 2025 probablemente también. Mi vida loca fue el paso decisivo de los Decadentes para dejar de ser sólo una banda “divertida” y pasar a ser un grupo popular, inevitable.

Fabiana Cantilo – Sol en cinco

Producido por Pedro Aznar, el quinto disco de Fabiana Cantilo la mantenía en un lugar preferencial de cantantes argentinas, algo que había empezado en 1991 con sus primeros hits. En Sol en cinco se destacan “Ya fue”, un tema en contra de “la mala vida”, como le dijo la propia artista a Rolling Stone; y “Nada es para siempre”, una canción que Fito Páez había compuesto a fines de los ochenta para Novela, un trabajo que saldrá recién en este 2025. ¿Incluirá su propia versión?

Divididos – Otro le travaladna

Estoy mal y no sé qué hacer. Ricardo Mollo y Diego Arnedo reaccionaban al éxito de La era de la boludez con un autoboicot histórico. Primero se quedaron sin baterista. Después consiguieron reemplazar a Federico Gil Solá con Jorge Araujo y grabaron un disco anticomercial que ya venía mal predispuesto desde el título, al que hay que leer de atrás para adelante para entenderlo. Con todo, Otro le travaladna tiene canciones que hoy son gemas del grupo, como “Tomando mate en La Paz”, “Basta fuerte” y “Agua en Buenos Aires”.

“Lo que pasó con ‘Agua en Buenos Aires’ fue como una maldición, porque es un tema que tiene cuatro grabaciones en distintos estudios. Y al final la grabación que quedó en el disco es la del demo. Era la que más nos gustaba. Lo grabamos en Los Ángeles, iba a estar en el disco La era de la boludez. Después lo grabamos en Buenos Aires dos veces y al final quedó el demo que hicimos al principio de todo, que lo hicimos acá (en la sala de ensayo), en ocho canales, con un aparato que ya está fuera de uso que se llama DAT; grabado con micrófonos que no son de grabación y hecho ahí en el momento, superponiendo canales, porque hay más de ocho instrumentos grabados. Y siempre nos gustó más ese demo que todas las grabaciones que hicimos en esos estudios. Así que muy raro lo que pasó con ese tema, pero lo que tiene es la esencia. La esencia de cómo fue tocado en ese momento y eso fue lo que hizo que terminara el demo (en el disco), en vez de grabaciones mucho más costosas. Pero bueno, nosotros tenemos más en cuenta eso que ver si realmente está bien grabado. Buscar la interpretación”, le dijo Mollo a la revista Rock Salta en una entrevista en 2012.

2 Minutos – Volvió la alegría, vieja!!

El segundo disco de 2 Minutos fue armado con canciones que habían quedado afuera de Valentín Alsina, su magnífico debut de 1994. A pesar de ser descartes, más de un tema de Volvió la alegría, vieja!! se convirtió uno de los clásicos más importantes del grupo, como “Todo lo miro” y “Mosca de bar”.

En 2014, el Mosca, cantante del grupo, recordó aquellos inicios discográficos en la revista Rock Salta: “A los dos primeros discos los grabamos en Valentín Alsina, a quince cuadras de mi casa, con el productor Amilcar Gilabert, que había grabado con Charly García, Calamaro. Nos tocó grabar con él y era ‘¡Guau! Vamos a grabar con éste loco’. Y nosotros de otro palo. Pero estuvo muy bueno, el chabón se copó con nosotros. Dijimos vamos a vender dos mil, tres mil discos, el año que viene nos devuelven el contrato, nos pegan una patada en el orto y ya fue. No nos daban ni cabida. Y a los dos meses nos invitaban a comer: ‘Chicos, qué quieren tomar, vamos a comer asado’. Pedíamos vinos caros, si igual no los iban a cobrar. Y al segundo año, en el 95, nos dijeron ‘¿No quieren ir a grabar a Estados Unidos?’. Dijimos ‘No, si tenemos el estudio acá a quince cuadras de casa’. ¡Qué boludos! Teníamos todo pago”.

Los Fabulosos Cadillacs – Rey Azúcar

El megaéxito que habían tenido los Cadillacs con “Matador” dos años antes tenía que ser sostenido por una espalda fuerte, y eso es lo que intentó hacer “Mal bicho”, el tema que abría Rey Azúcar, el disco punk alterlatino del grupo. Post influencia de Mano Negra y antes del volantazo porteño de Fabulosos Calavera, la banda intentó algo así como el soundtrack de un libro de Eduardo Galeano.

Claudio Gabis y la Selección – Convocatoria Vol. I

El primer volumen de este disco doble apareció en 1995 y todavía no está en Spotify. Claudio Gabis ocupaba su lugar de prócer del rock y blues local con un disco homenaje al género y a sí mismo. El ex guitarrista de Manal invitó a grandes nombres como Charly García, Ricardo Mollo, Andrés Calamaro, León Gieco y Ricardo Soulé. Con sus interpretaciones, Joaquín Sabina y Horacio Fontova son los tapados que sorprenden y Alejandro Medina reclama un lugar que todavía no se le dio del todo. En 1997 llegaría el segundo volumen, que incluiría el recordado “Maradona Blues”.

Casandra Lange – Estaba en llamas cuando me acosté

Arranca como si fuera una nave espacial abriendo una compuerta por la que saldrá el ser más extraño del universo. Algo así era Charly García a mediados de los noventa. Aunque este disco es cualquier cosa menos raro, especialmente si se lo compara con el monumental Say No More que llegaría en 1996. Casandra Lange fue grabado en vivo durante algunas presentaciones veraniegas. Incluye versiones de Los Beatles, Hendrix, Dylan, Talking Heads, Stones, entre otros. También tiene dos canciones inéditas e instrumentales de Charly: “15 forever” y “Te recuerdo invierno”.

Charly García – MTV Unplugged

La otra cara del monstruo. La excelencia del maestro. Grabado el 4 de mayo de 1995 en Miami, Charly sorprendió con un repertorio acústico inapelable y una performance a la altura de la leyenda. “Lo mejor del Unplugged es volver a escuchar a Charly en un piano acústico, en este caso un Baldwin de gran cola”, señaló Roque Di Pietro en la segunda parte de su fundamental libro Esta noche toca Charly, de Gourmet Musical.

Algunos datos

Según un informe del suplemento No del diario Página 12, en 1995 se editaron 147 CD de rock argentino, 2 más que en 1994, y 34 más que en 1993. 114 de esos 147 fueron producidos por compañías independientes y sólo 33 por sellos multinacionales. Del total, 62 fueron grabados por artistas debutantes. 37 discos fueron de punk, heavy y hardcore. El rock alternativo sumó 23 producciones. El blues y el rocanrol también tuvieron 23 representantes, un número bajo para ambos géneros. Y 15 fueron compilados, un récord. Hubo más bandas que solistas: 121 contra 26. Pero no todas eran rosas: aquel año de crisis económica las ventas bajaron un promedio de 40 por ciento respecto a 1992, cuando sólo se habían producido 85 discos.

Illya Kuryaki & The Valderramas – Chaco

Como toda lista es caprichosa y arbitraria, se puede decir que Chaco no sólo es el mejor disco de 1995 sino que es probable que también sea Top 3 de discos del rock argentino de toda la década del noventa. El tercer álbum de IKV fue una bomba cuya onda expansiva todavía corre libre por los campos del continente. Como si fuera poco, el dúo de Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur se rodeó de una banda de lujo: Fernando Nalé, Ricardo Verdirame, Claudio Cardone, Gustavo Spinetta, Fernando Samalea y Gustavo Ridilenir. El disco era, según Spinetta, una obra para “la gente que tiene el cerebro oprimido”. “Es un mensaje universal que puede servir para el Chaco, África u Oriente”, le decía a una radio de, sí, Chaco, en 1995. ¿Alguien todavía no lo escuchó?

La Mississippi – Bagayo

El segundo disco de la banda que todavía lidera Ricardo Tapia es un magnífico trabajo de blues porteño. Casi todas las canciones se volvieron infaltables en los recitales del grupo. Cuesta nombrarlas sin repasar la lista completa. “Blues del equipaje”, “Matadero”, “Mala transa”, “Un trago para ver mejor” y la versión country blues de “Nocturno a mi barrio”, de Aníbal Troilo, son, quizás, las más destacadas.

Pappo’s Blues – Caso cerrado

El octavo volumen de Pappo’s Blues no tiene una formación fija que acompañe al Carpo. Es un disco de pocos hits e introspección sorprendente. El cover de “Ruta 66” sonó en las radios pero no logró el éxito de Blues Local con “Mi vieja”. Lo mejor de este disco son dos canciones en las que Pappo hace caso a uno de sus clásicos y mira hacia adentro: “Blues para mi guitarra” y “Duendes”.

La Renga – Bailando en una pata

El “barrio” llegaba a Obras y se expandía por todo el país. Con “Blues de Bolivia” y “Voy a bailar a la nave del olvido”, La Renga alcanzaba la masividad por fuera del nicho de fans del AMBA y preparaba el terreno para el éxito masivo de Despedazado por mil partes (1996). El primer disco de rock chabón que la pegó.

Los Rodríguez – Palabras más, palabras menos

¿Es rock argentino? Es y no es. Si bien el grupo estaba radicado en España, podemos decir que tenía la doble nacionalidad. Palabras más, palabras menos marcó el fin de la banda de Andrés Calamaro, Ariel Rot, Julián Infante y Germán Vilella. «Para no olvidar», «Aquí no podemos hacerlo», «Milonga del marinero y el capitán», entre otros temas, lo hicieron ascender de inmediato.

Soda Stereo – Sueño Stereo

Parecía que se separaban pero les salió uno de sus mejores discos, aunque las horas ya estaban contadas. Los Soda “volvieron” en 1995 después de un silencio de tres años que podría haberse prolongado para siempre. Pero como hicieron Los Beatles con Abbey Road, Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti impulsaron un final a toda orquesta que seguiría en Confort y música para volar y los recitales de despedida de 1997. Como siempre, Cerati sólo podía ir para arriba. Sueño Stereo sólo fue un pasó más en esa carrera ascendente que se interrumpió en 2010.

Superuva – Un poco de lío

El debut de Superuva es un clásico del punk nacional. La banda se había inspirado en el nombre de un vino popular para bautizarse. El disco es una inyección vital que detrás de su desprolijidad irónica esconde, como siempre en las bandas de esos años, una mirada pesimista de la rutina nacional.

Varios – Caballos salvajes

Intentó ser un Tango Feroz II, pero sólo el tema de Andrés Calamaro logró trascender. “Algún lugar encontraré” fue uno de los hits de ese año y quedó para siempre pegado al famoso grito de Héctor Alterio, la puta que vale la pena estar vivo.

Varios – Fuck You!

Habían pasado apenas ocho años de la muerte de Luca cuando apareció este compilado doble y desparejo que se vendía por separado. Pedro Aznar, Massacre, Antonio Birabent, Juana La Loca, Lethal, Attaque 77 y otros formaron parte de este tributo que pasó pronto al olvido. Diego Torres haciendo “No tan distintos” quizás habría molestado al homenajeado.

Varios – Montecarlo Jazz Ensamble

Inspirado en Stolen Moments. Red, Hot & Cool, un disco a beneficio de la comunidad afro de Estados Unidos afectada por el VIH, María Gabriela Epumer, Fernando Samalea y Chiche Bermúdez planearon un proyecto similar destinado a las comunidades originarias de nuestro país. El resultado es una mezcla de jazz, funk y hip hop que cuenta con los Illya Kuryaki, Willy Crook, Fats Fernández, Lito Epumer, Gillespi, entre muchos otros.