En la primera edición fuera del país, el festival argentino demostró estar a la altura de lo que se proponga.
Fotos gentileza de Cosquín Rock México
Exportar un festival tan argentino como el Cosquin Rock a otro país era una gran apuesta. Si bien México siempre tuvo muy buena recepción a las bandas y productos argentinos, hay que decir que es un país con muchos festivales de gran calidad, historia y convocatoria. El Vive Latino, el Pal Norte, el Machaca o el Coordenada son sólo algunos ejemplos.
Con José Palazzo a la cabeza (que debutó como DJ, amenizando el ingreso y dando a conocer más bandas argentinas y latinoamericanas), la apuesta salió bien y defendió ese ADN propio de Cosquin. Esto se percibió en un público que festejó la elección de una ciudad no capital y que haya sido un festival multidisciplinario. Las casi 25.000 que asistieron dieron cuenta de eso.
La idea fue unir a bandas mexicanas con argentinas y el resultado fue impecable. La puesta fue imponente, con dos escenarios enormes uno al lado del otro donde las bandas iban intercalándose para que no haya tiempos muertos sin música. El áerea de trabajo montada detrás de la estructura permitió tener armados entre 4 y 5 sets a la vez. Sin dudas, ese trabajo invisible al público es el que permite que todo salga sin retrasos y de la mejor manera.
El Cosquín Rock México logró reunir a Caifanes y Café Tacvba en una noche, algo de lo que no muchos pueden jactarse. Tuvo propuestas arriesgadas como Machingon y Golden Gaga (ambos estarán en Córdoba la próxima semana), la presencia de Cuca con sus 27 años a cuestas y el cierre bien arriba con Panteón Rococó, una de las bandas con mayor presente en México. Ellos también visitarán las sierras el próximo fin de semana.
Respecto a las bandas argentinas, Las Pelotas cumplió su rol de estar presente cada vez que haya un Cosquín (¿estarán en Perú, Chile y Colombia este año?), pero también demostró que a la historia se la sostiene con presente, y deleitó a casi 20.000 personas que había en el Parque Trasloma al momento de presentarse.
Los Cafres estuvieron a la altura de lo que el público mexicano esperaba. Ya son uno más por estas tierras y presentaron canciones de su nuevo disco, Alas Canciones.
La Beriso y Guasones trajeron su rocanrol con impronta argenta, y fueron muy bien recibidos. Seguramente no pasará mucho tiempo hasta que vuelvan a seguir ganándose este mercado que es tan anhelado por las bandas sudamericanas.
El momento de la tarde fue el show de Eruca Sativa, de lo mejor del rock argentino en estos momentos. Si bien abrieron el festival ante 7.000, fue todo un simbolismo que hayan sido la primer banda que tocó en Cosquín Rock México. Demostraron que no importa el lugar en la grilla donde los coloquen; Lula, Brenda y Gabi siempre van a dejar bien parado al rock del fin del mundo.
También se montó un escenario alternativo, donde tocaron Fanko, Zero Kill y Ojo de Buey. En el mismo lugar dió una charla Victor Pintos y sirvió para que la Embajada Argentina en México de charlas y muestras sobre nuestro país.
Además de lo musical, hubo de todo. Tirolesa, foodtrucks con comida mexicana y argentina, una intervención artística a un muro que luego fue derribado, simbolizando una amarga realidad que toca a todos los mexicanos. También hubo stands de auspiciantes, un VIP muy concurrido y puestos de merchandising que fueron arrasados por todos los presentes, que compraron recuerdos de esta histórica fecha.
Sin dudas que el saldo es positivo para el público, las bandas, la organización y para el rock en general. Cosquin Rock demostró estar a la altura de muchos de los festivales más importantes del mundo. Se vienen ediciones en Perú (septiembre 2017), Chile y Colombia. Mientras tanto, sigue adelante el armado de la edición aregtnina 2017, que tendrá lugar el próximo fin de semana en Santa María de Punilla. Desde la organización, anuncian que será «el más grande armado hasta ahora». Habrá que ir y comprobarlo.
La Beriso
