Analizamos el cuarto disco de la banda que celebra diez años de carrera.
Encontrar un preludio en un disco de rock -y más aún en estos tiempos- suele ser algo poco usual. En la era donde lo líquido (vale googlear a Zygmunt Bauman) domina la vida entera, donde el álbum va perdiendo lugar frente al single, al menos esa intención que anuncia un desarrollo conceptual, es para celebrar. Y que un disco de pop rock salteño arranque de esa manera, es doblemente valorable. ¿Acaso no pensamos que el pop es frívolo, poco sesudo y pasatista?
Tierra Bronca es el cuarto disco de estudio de Bort, lo cual posiciona a esta banda casi al nivel de producción de Perro Ciego, la banda referencia obligada cuando pensamos en el rock de Salta.
Si hay que elegir algo del disco son las diversas texturas musicales, donde sin lugar a dudas hay un gran trabajo, muchas búsquedas en intersección. Desde «Preludio» (que abre el disco) hasta “Mi ciudad» (catorceava y última canción) la banda hace gala de haber madurado ese momento cuando un músico elige y decide sonar de determinada manera: las guitarras, bajo y batería denotan un gran trabajo de producción, logrando exprimir el amplio margen sonoro que existe en el mundo de lo eléctrico. Las voces también, muestran el signo de la época, y por momento ese autotune daftpunkeano (que por cierto bien robó el trap), también sale a la cancha. El manejo de los climas también denota un conocimiento casi nerd de las tendencias del pop rock vernáculo y mundial de las últimas dos décadas. Y fuera del equipo tradicional, hay una tensión interesante entre lo clásico y lo posmoderno: hay mucho teclado y sintetizadores a cargo de Leo Bavio, Juan Otatti y los invitados. Pero tanto en el “Preludio» como en “Tanto» (mi canción favorita del disco) aparece una sección de cuerdas que da un color especial al disco.
Hay algo en algunas letras que invitan a pensar en el amor, o más bien el desamor, pero más desde un gesto de crisis interna en la relación con el otro. Hay mucho más de corazón abierto que de historias adolescentes, videojuegos y esas cosas propias del mundo pop. Pero bueno, siempre está la tentación de leer las letras literalmente, o de imaginar sentidos en ellas: al fin y al cabo, cada quien se las apropiará como desee.
El disco fue grabado en el estudio del Chaqueño Palavecino (Estudios Juan Angel, Rosario de Lerma) por Martín Wolmy, quien también tuvo a su cargo la mezcla y masterización, esta vez en Wolmix (su estudio). La producción corrió por cuenta de la banda. Los diseños (cada canción tiene una ilustración) y arte de tapa fueron realizados por Stefano Boidi (quien realizó también el de Sanogo), y las animaciones son de Facu Andrade.
Los Bort siguen siendo Juan Otatti, Leo Bavio, Matías Caballero y Tote Molina, quienes se hacen cargo de lo usual, más el aporte en estudios de pianos, sintes, ukelele y accesorios de percusión. Como invitados aparecen Nadine Hjelt y Sabino Figueroa en violines, junto a Martín Wolmy y Seba Levin en sintetizadores.
Tierra Bronca es el cuarto disco de la banda, el primero totalmente independiente (los primeros tres fueron para el sello indie Triple RRR Discos), y estará disponible en plataformas digitales.
Acá nota completa con la banda analizando pasado, presente y futuro.